El primer encuentro

Alberto

Tania se ha quedado dormida, desde la madrugada no había dormido, además lo que presenciaron no fue muy agradable, creo que hoy que he visto a Rubio en acción fue impactante, incluso a mi como hombre me impactó. Me alegra que mis hombres usen pasamontañas y ropa táctica así no serán reconocidos. Verla aquí pegada a mí, dormida por el cansancio y el estrés me conmueve, no entiendo que me pasa con ella, me hace sentir extraño, no es solo atracción, es... algo más profundo, quisiera besarla, acariciarla y hacerla mía, pero sospecho que me equivoque al pensar que era como Rosa, pienso más bien que ella nunca ha estado con ningún hombre. Lo averiguaré, si es así, espero poder ganarme su corazón... ¡Vaya!, acabo de sorprenderme a mi mismo, ¿ganarme su corazón?...

Alberto se levantó con cuidado de la cama para no despertar a Tania y fue al baño, se lavó la cara y los dientes y se miró al espejo.

- ¿Qué te pasa? (dijo en un murmullo a su imagen en el espejo), ninguna mujer te ha hecho sentir así ¿y ahora está chica desde su primer mirada te ablando? No tienes oportunidad, ella nunca entrará en este mundo solo por ¿amor?, ¿pasión?. Ay Alberto, tantos años encerrando tus sentimientos en lo más profundo de tu alma y llega esta mujer y te rompe. (Se miraba a sí mismo con severidad, recordando toda su vida hasta este momento), tendrás que tener cuidado con ella, úsala, cobra el rescate, libérala y olvida lo que ahora estás comenzando a sentir. Saber que este no es lugar para ella, no es su mundo, es el tuyo, es el que Don Néstor te obligó a tener. ¿O qué?, crees que si ella sabe quien y que eres estaría sintiéndose segura a tu lado? Mírate bien en este espejo, lo que ves, lo que ven todos, es solo la máscara del monstruo en el que te convirtió esta vida que te ha tocado vivir.

Limpio las lágrimas que ya resbalaban en sus mejillas, no quería permitirse ser débil así que se desnudó y entro a la regadera, ahí bajo el fresco chorro del agua lloró como tantas noches lo hizo desde que siendo niño lo separaron de su familia.

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Tania

Me he despertado al sentir el vacío a mi lado, por un instante pensé que se habían llevado a Alberto pero escuché ruido en el baño así que me obligó a tranquilizarme. Pienso en las chicas en Mary sobre todo, lo que hemos presenciado fue salvaje, una violación siempre será un evento traumático para quien lo sufre, no importa si ya no eres virgen, la violencia del acto de ser tomada sin consentimiento es aberrante, rompe el alma, solo ruego que nuestras familias paguen pronto el rescate. Aunque no sé si las familias de Mary y Silvia tendrán recursos, lo poco que han dicho mientras lavábamos a Mary después del evento me dio a entender que ellas no son de padres ricos. Así que si hay manera, le pediré a mi padre que las apoyemos en lo que se pueda. ¿Quién será la siguiente? ¿y si cobrando el rescate no nos liberan? Yo nunca he estado con alguien, mi padre me mandó a Suiza al internado y con la intención de que me relacionará más, pensando que quizá así perdería algo de mi timidez, pero nada, regrese igual, aunque con nuevas amigas que serán empresarias en todo el mundo al igual que yo aquí. Ahora corro peligro de ser la siguiente en la lista de ser atacada sexualmente, pero yo no quiero iniciar de esa forma mi vida íntima, quiero que mi primera vez sea cálida, amorosa y con alguien que yo elija. Alberto me hace sentir mariposas en el estómago y la electricidad que me recorre cuando lo toco o lo abrazó me hace sentirme viva. ¿pensará mal de mi si yo tomo la iniciativa?, ¿y si lo sorprendo en el baño?, al parecer está tomando una ducha. Espero que no me confunda con una mujer ligera.

Tania se levantó y sintió la mirada del hombre que cuidaba desde el balcón, lo ignoro y entró en el baño sigilosamente, el hombre del balcón sonrió bajo su pasamontañas pensando que su jefe iba a recibir su regalo y siguió vigilando. Dentro del baño el ruido del agua en la regadera impidió que Alberto escuchara a Tania entrar, ella lo vio a través del plexiglás transparente recargado sobre sus manos a la pared, su hermoso cuerpo parecía temblar, ¿acaso estaba llorando?, este pensamiento la hizo sentir que su decisión era correcta, si el estaba llorando por no haber podido ayudar a Mary, ella lo consolaría y lo amaría, se desnudó y camino hacia la regadera.

Alberto lloraba bajo el chorro de agua como lo hizo muchas veces durante su niñez y adolescencia, así evitaba que alguien viera lo vulnerable que podía ser. No sintió a Tania entrar hasta que la sombra de la chica junto a la regadera lo hizo voltear, se miraron a los ojos y no pareció molestarle que ella lo viera así, débil como niño, ocultando del mundo su dolor, ella abrió la puerta de la regadera y entró, se recorrieron con la mirada sus cuerpos y la electricidad pareció estallar entre ellos, en un instante Alberto ya la abrazaba y le besaba por primera vez, su sabor era como miel en su boca e intensificó el beso despertando su necesidad de poseerla.

Tania respondió al beso y en silencio sin decir nada pues todo parecía dicho entre ellos, respondió cada caricia que recibía, sintió como él la cargaba y enredo sus piernas alrededor de su cintura, permitiendo de esta manera que su hombría estuviera más cerca de su intimidad.

Alberto la recargo de esta manera contra la pared y en un instante la miro para saber si estaba lista para recibirlo.

- ¿Quieres?...(susurro)

- Si, solo ten cuidado, yo nunca...(contestó también en un susurro).

Alberto bajo su mano y tocó con delicadeza aquella prende preciada que ella le ofrecía. La acarició y sintió como Tania se arqueaba de placer contra su cuerpo, se posicionó con cuidado y arremetió despacio. Sintió que cedía ante su impulso y se detuvo.

- Mírame Tania, quiero ver tus ojos cuando este por primera vez en ti.

Ella lo miró y sostuvo su mirada, la beso rápidamente y en un instante entró profundamente en ella y se detuvo, ella temblaba de deseo al mismo tiempo que sentía que la habían partido en dos al recibirlo, sus pupilas se dilataron de placer y Alberto al sentir que lo apretaba en su interior comenzó un lento vaivén que lanzaba oleadas de electricidad en esos cuerpos unidos bajo el chorro del agua fresca.

Volvieron a besarse con pasión, los gemidos contenidos y susurrados para evitar ser escuchados desde afuera. las caricias, el conocerse de manera tan íntima solo fueron creciendo hasta que ambos llegaron al clímax. Se quedó dentro de ella hasta que su hombría decreció y después de un beso apasionado sonrieron.

- ¿Puedo preguntarte por qué?

- Lo que pasó en el salón me hizo pensar que si yo era la siguiente, no me gustaría que mi primera vez fuera de esa manera, además desde que te vi por primera vez en el club no sé que me pasa contigo Alberto, luego entrar y verte aquí llorando bajo el agua me ha doblado el corazón, creo que me estoy enamorando de ti. Y no creo estar equivocada, confío en ti.

Tania, yo...(quería decirle que no era quien ella pensaba, pero sabía que lo repudiada, aún no estaba listo, quería más, haberla probado lo había movido en lo más íntimo de su ser, era adictiva), no permitiré que te toquen, creo que eso lo hicieron solo para hacernos ver que no están jugando, que esto es serio y nos joderán si las familias no pagan. Pero te prometo que no permitiré que te toquen.

- No quiero que seas un héroe, yo siento que nuestras familias pagarán, pero creo que Silvia y Mary no tienen esa posibilidad. ¿Habrá forma de ayudarlas?, si me permiten hablar con papá, sé que el apoyara mi idea.

Estas palabras conmovieron más a Alberto, si la chica le gustaba antes, ahora escuchándola se dio cuenta que buscaría la manera de que saliera bien librada de esta situación, así le fuera la vida en ello. Tenía mucho que pensar.

Alguien toco la puerta del baño y una voz dijo.

- Salgan al otro cuarto, ya es hora de comer algo. El jefe les tiene noticias.

Se vistieron con ropa de playa, Tania se puso unas bermudas y una playera de Alberto, buscando ocultar su cuerpo y salieron del baño, un hombre encapuchado y con un arma los siguió hacia el otro cuarto.

Ahí se reunieron con todos los demás, Mary seguía en la cama echa un ovillo, Luis (por el cual ahora Alberto sentía repulsión) ya comía un plato de fruta de la mesa habían puesto junto a los sofás del cuarto.

- Coman pichoncitos, (dijo Rubio) el jefe subirá en un momento.

Se sentaron a comer en silencio, Tania y Rosa intentaron que Mary comiera un poco, pero de momento era imposible. Solo logro beber un poco del té negro que les subieron y volvió a cerrar los ojos.

Así que se sentaron a comer, debían tener fuerzas suficientes para lo que venía.

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