Tania
Me quedé dormida plácidamente, la brisa y el sonido del mar entrando por el ventanal me arrullaron, todavía pensé que una casa en la playa sería magnífica para vivir. Un fuerte ruido de gritos, balazos y forcejeos me despertó, al identificar que no era producto de una pesadilla, me metí bajo la gran cama de dosel asustada. Entre tanto barullo escuché la voz de Alberto que me llamaba pues entro por el ventanal abierto. Me tendió la mano y apenas la tome me saco de mi escondite, asustada y abrazándome a su cuerpo. De repente la puerta se entró y entraron unos hombres encapuchados, yo no hable, todo lo hizo él, de manera curiosa me sentí tranquila y protegida en sus brazos, una extraña electricidad me recorría y juro que podría haberlo besado en ese momento, pero la situación era bastante peligrosa.
Nos sacaron de la habitación y fuimos al gran salón, Rosa y el resto estaban ahí, creo que la más vestida era yo, porque incluso una de las chicas solo llevaba la sabana cubriendo su cuerpo.
Nos pidieron los datos de nuestras familias y al vernos en situación de secuestro, no tuvimos más opción que dárselos, se llevaron a Alberto para que les indicara desde donde podían hacer las llamadas, una de las chicas creo se llama Mary no deja de llorar, así que me acerque y le tome la mano para hacerla sentir mejor.
Después entra Alberto, lastimado, estos brutos lo han golpeado, de seguro no les dijo o dio algo que pidieron. Sus guardaespaldas han sido reducidos y heridos así que estamos a merced de estos tipos, yo opte por rasgar un poco de mi playera para limpiar la sangre de su rostro.
Ahora solo queda esperar a que nos diga el jefe de este grupo que respuestas obtienen de nuestras familias.
Alberto está a mi lado, así que me siento más tranquila, solo espero me permitan buscar un botiquín para terminar de curarlo.
- ¿Te duele mucho?
- Un poco Tania, gracias por curarme, es solo que no les dije de entrada donde tengo la caja fuerte y me dieron este regalito, pero lo hicieron frente a ustedes para que todos sepamos quien manda.
- Y que haremos bro, ¿quedarnos Quietos?, me agarraron en pleno acto. Quiero vengarme.
- Mejor quédate tranquilo, Luis, más vale no provocarnos. Creo que no se andan por las ramas u no creo que quieras hacerla de héroe o arriesgar a las chicas. Vamos a esperar a ver qué pasa.
- Ok, bro.
- Dejen de cuchichear o les emparejó otros golpes.
Alberto levantó las manos en señal de que guardarían silencio y los hombres que los custodiaban solo los observaron.
...****************...
Se quedaron medio dormidos en la espera, Alberto se mantenía alerta dirigiendo la operación con la mirada y señas disimuladas con las manos, Rubio, atento a estos movimientos iba y venía al despacho para pasar el mensaje a Marcos.
Tania miraba por el ventanal hacia el mar, viendo como el sol comenzaba a vislumbrar tras el horizonte.
- ¿Te duele menos? (susurro pegada a su cuerpo)
- Si, gracias, ya disminuyó un poco el dolor.
- Ya casi amanece, todos están cansados, se han quedado dormidos.
- Esperemos a ver si nos permiten descansar. Espero negociar con ellos, digo, la casa tiene víveres suficientes para todos, mientras esperamos la respuesta de nuestras familias no tenemos por qué pasar hambre o estar atados. No hay manera de salir de aquí con ellos vigilando, mis hombres están heridos y desarmados.
- Tienes razón Alberto, ojalá se pueda negociar con ellos.
...****************...
Marcos llegó a la sala y miró al grupo sentado en el piso. Indicó que despertarán a los que estaban dormidos y con un gesto de la mano indico a Alberto que había noticias.
- Vaya, espero que los señoritos hayan dormido. Hemos marcado a sus familias y les hemos notificado su situación, ahora volveremos a llamar en un rato más para ver si aceptaron nuestras exigencias. Oficialmente, ustedes están secuestrados y no tiene porqué haber víctimas si sus familias pagan el rescate que exigimos.
Alberto levantó la mano simulando timidez.
- Que quiere "señorito" dijo Marcos en tono burlón.
- Yo sé que nuestras familias pagarán, pero porque no nos permite dormir, comer y estar tranquilos, aquí en la casa hay suficientes suministros para varios días, hay para todos, entiendo que estamos secuestrados pero esto podría ser una situación menos traumática para todos, incluso usted y su grupo ganarían, serían atendidos a cuerpo de rey por el personal de cocina.
- Vaya, conque inteligente el señor. (Marcos pareció pensar en la propuesta de Alberto, habló en voz baja con Rubio, un poco alejado del grupo, después regreso). Nos parece bien, pero espero por su bien no intenten nada, porque lamentaría tener que darles un escarmiento.
- Yo le prometo que nos portaremos bien.
- Por si las dudas antes que nada, le mostraré lo que podemos hacer, si se pasan de listos.
Rubio camino hasta donde estaba una de las chicas.
- Tú (indicándola con el dedo), ¿cómo te llamas?
- Mary López, señor (totalmente abrazada a Luis, quien solo miraba por su seguridad personal como siempre).
- Párate preciosa.
- Luis ayúdame (dijo Mary con ojos llorosos). Por favor
- ¿Y arriesgarme a que me golpeen? Estás mal.
- Dije levántate niña (sin decir más, la levantó sacándola del grupo, la sabana apenas cubría su cuerpo)
- No hay necesidad de ejemplos, ya le prometí que no haremos nada (dijo Alberto).
- Tú cállate o te volveré a dar un culatazo por quererte hacer el valiente.
Tania jaló a Alberto hacia sí queriendo protegerlo.
El cuerpo de Mary temblaba visiblemente cuando fue despojada de la sábana que la cubría quedando desnuda ante los ojos de todos, lloraba sin poder evitarlo.
Rubio la comenzó a tocar bruscamente, pellizcando sus glúteos y sus senos.
- Pero mira que bonito manjar me voy a desayunar.
Acto seguido la subió en la mesa del salón, desabrocho su pantalón y antes que alguien dijera nada, entró en ella quien lanzó un grito desgarrador al sentirse asaltada, Rubio la golpeó y mordió sus senos.
- ¡Muy bien perra! Ahora si sabes lo que es un macho.
Los hombres rieron ante el espectáculo, el grupo se juntó más sintiéndose humillados, Alberto solo esperaba no dañará mucho la mercancía su hombre, aunque con un mes en un barco que la llevaría a Tailandia, llegaría sin marcas.
Rubio salió del cuerpo de Mary y la volteó dejándola boca abajo sobre la mesa y volvió a arremeter contra ella, entrando salvajemente en ese cuerpo joven que se arqueó ante el dolor provocado por el embate.
Los sollozos y gritos de la joven se fueron acallando ante cada embestida de Rubio en su interior, cuando el hombre terminó, la arrastro hasta el grupo y ahí la dejo sin contemplaciones.
- Bien (arreglándose la ropa), ahora ya saben lo que les puede pasar si se hacen los valientes y esto (indicando el cuerpo de la joven) también incluye a los hombres. Ja ja ja.
Marcos habló después de dejar que hicieran efectos las palabras de Rubio.
- Ahora podrán subir a dos de los cuartos, más tarde les enviaré comida, limpien a su amiga.
Alberto cargó a Mary por solicitud de Tania y la llevaron a la habitación donde Tania, Rosa y Silvia la lavaron con sumo cuidado y la acostaron en la cama de Tania, los chicos se acomodaron en el sofá a dormir.
- Creí que Mary te gustaba mucho Luis.
- Calma Bro, es como las otras con las que he andado, solo una más, y ahora ni siquiera quedó buena para otra encamada. Quizá tú quieras compartirme a Tania.
- ¡Estás loco! (Alberto lo atrapó por el cuello contra la pared, ¿te das cuenta de que estamos secuestrados?
- ¡Alberto, suéltalo! (Tania tomó su brazo y Alberto de inmediato lo soltó). Déjalo no vale la pena, las chicas cuidarán de Mary, ellas pueden descansar en la cama, los chicos en los sofás y la tumbona del balcón, vamos a tu habitación para terminar de curarte, necesitamos descansar, esto va para largo.
- Vamos entonces.
En el balcón había 3 guardias vigilándolos. Ellos pasaron a su habitación y Alberto cambió su camisa manchada de sangre, Tania se había traído otro cambio de ropa para cambiar la ropa rasgada. Busco el botiquín y curo la herida como correspondía, le pregunto si podía darse un baño y Alberto le dijo que sí, observo su hermoso cuerpo a través de un espejo sin que ella se diera cuenta. Definitivamente, la quería a su lado. Cuando ella salió del baño, él esperaba sentado en su cama y la invito con un ademán.
- Creo que debemos dormir un poco mientras traen algo de comer, esto va para largo y necesitamos estar fuertes. ¿Te molestaría dormir conmigo?
- De hecho te lo iba a pedir yo a ti Alberto, estar a tu lado me hace sentir segura aun en esta situación.
Sin decir más, se abrazaron a dormir esperando nuevas noticias de sus secuestradores.
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