Recordando un amor perdido

Guardo las cosas en la cajuela y acomodo a Dayra en su silla de coche, llevo maletas para dos semanas, Iván estará ocupado y no vendrá a casa, lo hace cada tres meses, me dice que es porque el General toma dos semanas de descanso y él no puede moverse de ahí, yo nunca he visitado su trabajo, me mantengo al margen para no ocasionar problemas, Iván me dice que están prohibidas las visitas pues el General es muy severo, yo prefiero no causarle problemas, así que aprovecho para pasar tiempo con mi Mamá, no tengo hermanos y nuestra familia vive en Quintana Roo, así que desde que murió papá ella vive sola y cada que tengo oportunidad me quedo varios días de visita, aunque cuida a Dayra un tiempo cada día, se que mi compañía le hace mucho bien y yo soy feliz estando con ella y recordando tantas cosas del tiempo en el que viví ahí.

DAYRA: Mami, ¿nos quedaremos con la abuela?

-Si mi sol, dos semanas, llenaremos la alberca y jugaremos con Tom (el gato).

DAYRA: ¡bravo, me encanta cuando papá tiene mucho trabajo pues hacemos cosas muy divertidas!.

(Que bueno que esto no lo escuchó Iván, a veces me reclama porque piensa que le meto ideas a Dayra).

Mi mamá es una hermosa mujer de 61 años, fue maestra de primaria durante 35 años y ahora está pensionada, es una mujer muy dulce, como su nombre Mariana, desde que quedó viuda adoptó a Tom, un gato que llegó un día lastimado, de seguro de una pelea, ella lo cuidó y curó y ahora Tom no se va.

Llegamos a casa de mi mamá, me bajo del auto y antes de abrir la cajuela observo la casa de enfrente, doy un suspiro y voy por Dayra para ayudarla a salir del coche, ella corre a tocar el timbre de la casa, suena muy gracioso, como un pollo de goma, Dayra ríe y mi mamá sale feliz a recibir a su nieta como cada mañana.

Yo sigo observando la casa vacía de enfrente y me vienen algunos recuerdos...

FLASHBACK

Tengo 12 años, estoy cursando primero de secundaria, mi mejor amiga es Laura de 8 años, ella vive en la casa de enfrente, sus padres continuamente salen de viaje, así que ella se queda mucho tiempo sola con la servidumbre y sus dos hermanos, Luis de 12 y Darío de 17, bueno está a punto de cumplir 18, en un mes es su cumpleaños.

Laura va al Colegio más caro de la ciudad, la lleva su chófer, como es un colegio solo de niñas sus hermanos van a otro colegio tan prestigioso como el de Laura, pero es mixto, no entiendo por qué ella no va al mismo colegio que sus hermanos, pero me agrada la idea pues ella regresa más temprano y puedo jugar con ella antes de que lleguen Luis y Darío.

Cómo todas las tardes estoy en la casa de Laura dentro de su habitación jugando a las muñecas, aunque estoy en secundaria, me fascina jugar a las muñecas con Laura, toda su habitación se convierte en el mundo de Barbie, tiene muchos aditamentos pero además usamos nuestra imaginación y con lo que está a la mano hacemos toda una ciudad, y por supuesto Ken es la pareja de la Barbie de Laura, yo prefiero el G.I. JOE que tomamos prestado del cuarto de Luis, me gusta mucho, se parece a Darío, es muy alto a comparación de mi muñeca Barbie, de cabello negro, ojos verdes, es mi Darío de juguete.

Llegan Luis y Darío, Luis toca la puerta y la abre, nos ve jugando, me saluda guiñando el ojo y se va, Darío ni nota que estoy ahí, continúa su camino hacia la habitación de al lado.

Laura me plática que Luis va a ir a una competencia de Karate y Darío participará en una obra de Teatro, ella empezará clases de Ballet, me da tristeza saber que ya no podré jugar con ella hasta el fin de semana.

Pasan los días y extraño mucho a Laura, ella llega hasta las 7 de la noche y a esa hora mi mamá ya no me da permiso de ir a su casa a jugar, así que estoy tomando la rutina de subir a la azotea a jugar con mi perrita Schnauzer, barro toda la azotea, juego con ella y me siento en la cornisa a observar la casa de Laura, hoy regresó temprano Darío, entró a su habitación y está la cortina abierta, el se ve al espejo sube sus brazos y hace fuerza, después se quita la camisa y vuelve a hacer lo mismo, yo observo su torso desnudo, se que no debo estar ahí, pero no quiero dejar de ver, de repente, voltea hacia donde estoy, ¡demonios! de seguro sintió mi mirada, me escondí de inmediato, no sé si me alcanzó a ver, creo que debo bajar de aquí, veo a la casa de enfrente y las cortinas están cerradas.

Es el fin de semana, los sábados mi mamá me permite ir a jugar con Laura toda la mañana, sus hermanos regresan al medio día de actividades deportivas y Laura y yo hacemos una gran ciudad en su habitación para jugar.

Ya van a dar las 12, le digo a Laura, me tengo que ir, (la verdad tengo mucha vergüenza de encontrarme con Darío, después de verlo sin camisa el otro día), Laura me pide que no me vaya, demasiado tarde, han llegado sus hermanos.

LUIS: hola Mar, ¿Cómo estás?

(Mi nombre es Marina, pero Laura siempre me ha dicho Mar, creo que sus hermanos no saben mi nombre)

MARINA: Muy bien, gracias

(En eso me encuentro con los ojos verdes de Darío, su mirada me hizo sentir como electricidad en mi cuerpo, no sé que estoy sintiendo, debe ser la vergüenza, bajo la mirada).

LUIS: juguemos escondidas

LAURA: Pero juguemos los cuatro, o será muy aburrido (lo dijo mirando a Darío y haciendo cara de puchero).

La primera en contar fue Laura, salimos corriendo a buscar un escondite, me fuí a un lugar muy retirado de la casa, es un patio trasero y hay una bodega debajo de las escaleras que llevan a la azotea, es un escondite excelente, pasó tiempo y no me encontraban, salí cuando dijeron que había ganado, le tocó el turno a Luis, salí corriendo y de repente sentí como tomaban mi mano, sentí que mi cuerpo se estremecía, era Darío, ven debajo de la cama, estábamos los dos, agitados por haber corrido, los dos boca abajo, se ven los pies de Luis y Darío me abraza y tapa mi boca con su mano, estoy que me derrito, Luis se aleja y él me suelta, me observa con sus ojos verdes y me dice "Ganamos", salimos del escondite y llegó mi mamá por mí, adiós Laura, adiós chicos, tengo que irme.

Darío siempre fue mi amor platónico, nunca supo que me hacía sentir cuando estaba cerca de él, siempre me vió como la amiga de su hermanita, y yo suspiraba cada vez que lo veía, a veces platicábamos de cosas triviales, pero él era mayor y cuando salió la Preparatoria sus padres lo enviaron a España a continuar sus estudios, todos los días subía a la cornisa a ver su ventana vacía.

El día que salí de mi casa para casarme con Iván, observé la ventana vacía por última vez, como esperando encontrarme con Él, ya tenía 5 años deshabitada la casa, se mudaron y la dejaron sola, ahí perdí el rastro de mi mejor amiga y de mi primer amor.

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