Festa, parte 1 - Aisha

Es sábado, hoy es el día de la fiesta de Victoria Sánchez, al final podré ir, después de aquel día no volví a ver al jefe, él salía antes de que llegara y volvía después de que me hubiera ido.

Me despierto a las 11:00, le doy un besito en la frente a Allan y lo dejo durmiendo, me baño y me pongo un vestidito para estar en casa, me siento en la cama y despierto a mi príncipe.

*Yo* - Amor, hora de despertar.

Él abre los ojos lentamente y lo cojo en brazos.

*Yo* - Buenos días, amor.

*Allan* - ¡Mamá!

*Yo* - Vamos a tomar un baño bien rico.

Pongo agua en su bañera y le doy un baño, luego lo visto y vamos a la cocina.

Pasamos la tarde juntos, Alice, Allan y yo. Cuando ya eran las 18:00, Helena vino y se llevó a Allan a su casa, así que Alice y yo fuimos a mi habitación para elegir nuestra ropa.

*Alice* - ¿Qué tal este?

Ella coge un vestido del armario.

*Yo* - No, es demasiado largo, quiero uno corto, cuando uso vestido largo con tacones, es un desastre.

*Alice* - Jajaja, está bien.

Después de varios intentos, cada una elige uno y nos vestimos, nos maquillamos y arreglamos el pelo.

Ropa, Aisha:

En un pequeño pueblo de la región montañosa, vivía un joven llamado David. Era un chico tímido y reservado, pero tenía un gran amor por la naturaleza. Pasaba la mayoría de su tiempo explorando el bosque cercano y fascinándose con las plantas y los animales que encontraba. Un día, mientras caminaba por el bosque, escuchó un ruido extraño proveniente de un arbusto. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño y herido pájaro. David decidió llevarlo a su casa y cuidarlo hasta que se recuperara. Con el tiempo, el pájaro se convirtió en su amigo más cercano y le puso el nombre de Sapato. Juntos, David y Sapato exploraron el bosque y vivieron muchas aventuras emocionantes. Pero un día, Sapato desapareció misteriosamente. David estaba triste y preocupado, pero no se rindió y se propuso encontrar a su querido amigo. Después de días de búsqueda, finalmente encontró a Sapato, pero estaba en peligro. Determinado a salvarlo, David se enfrentó a sus miedos y luchó contra los obstáculos que se interponían en su camino. Al final, logró liberar a Sapato y regresaron juntos a su hogar. La amistad entre David y Sapato se hizo aún más fuerte después de esa experiencia, y prometieron siempre cuidarse mutuamente. Juntos, descubrieron el verdadero significado de la amistad y la importancia de nunca rendirse.

Era una vez una joven llamada Aisha. Tenía el cabello negro y largo que llegaba hasta su cintura. Aisha siempre llevaba el cabello suelto, y cuando caminaba, parecía que las ondas de su cabello bailaban al ritmo de su paso. Su cabello era su distintivo, y siempre recibía muchos cumplidos por su aspecto. Aisha estaba muy orgullosa de su cabello y lo cuidaba con mucho esmero. Pasaba largas horas cepillándolo y aplicándole productos para mantenerlo suave y brillante. Aisha sabía que su cabello era su mayor arma de seducción y siempre estaba lista para impresionar a todos con su apariencia. No había duda de que el cabello de Aisha era su tesoro más preciado, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para mantenerlo hermoso.

Batom, Aisha era una joven de dieciocho años que vivía en un pequeño pueblo en el corazón de España. Era una chica alta y delgada, con largos cabellos negros y grandes ojos verdes. Siempre llevaba consigo su libreta de notas, donde plasmaba todas sus ideas y pensamientos. Aisha tenía una gran pasión por la escritura y soñaba con convertirse en una reconocida novelista algún día.

Desde muy temprana edad, Aisha había demostrado habilidades literarias excepcionales. Sus profesores siempre elogiaban su creatividad y su imaginación desbordante. Aunque sus padres no entendían completamente su pasión por la escritura, siempre la apoyaban en su camino hacia el éxito.

Aisha pasaba largas horas en su habitación, sumergida en su mundo de palabras. Escribía sobre todo tipo de temas: desde romances apasionados hasta intrigantes misterios. Su escritura era cautivadora, con una mezcla perfecta de emoción y suspense.

Un día, mientras Aisha caminaba por las calles del pueblo, se encontró con un hombre misterioso. Era alto y vestía un elegante traje negro. Llevaba consigo un maletín de cuero y una mirada enigmática en los ojos. El hombre se acercó a Aisha y le entregó un pequeño libro extrañamente encuadernado.

"Este libro contiene la clave para desentrañar los secretos del mundo", le susurró el hombre. "Eres una escritora talentosa, y estoy seguro de que encontrarás inspiración en sus páginas".

Aisha no podía creer lo que estaba sucediendo. Sentía una mezcla de curiosidad y emoción mientras abría el libro por primera vez. Las páginas eran de un color amarillento y estaban llenas de tinta gastada, como si hubieran sido escritas hace siglos.

A medida que Aisha leía el libro, se daba cuenta de que no era una historia común y corriente. Contenía antiguos secretos y conocimientos que habían sido olvidados por el mundo moderno. Era una historia que desafiaba la imaginación y cuestionaba la realidad misma.

Con cada palabra que absorbía, Aisha podía sentir cómo su creatividad se expandía. Su mente se llenaba de nuevas ideas y perspectivas. La historia en el libro la envolvía por completo, convirtiéndola en su protagonista.

A medida que escribía su nueva novela, Aisha se daba cuenta de que el misterioso libro no solo le había otorgado inspiración, sino también un nuevo sentido de propósito. Descubrió su verdadero poder como escritora y se dio cuenta de que su voz, a través de la escritura, tenía el poder de cambiar el mundo.

Batom, Aisha se convirtió en un éxito inmediato. La novela fue aclamada por la crítica y encantó al público. El mundo quedó fascinado por la historia de una joven escritora que encontró la inspiración en las páginas de un libro misterioso.

Pero a pesar de su éxito, Aisha nunca olvidó al hombre misterioso que le había entregado el libro. Siempre se preguntaba quién era realmente y qué secretos ocultaba. Pero tal vez eso era parte de la magia del misterio, recordó Aisha, abrir puertas a nuevos mundos y a infinitas posibilidades.

Roupa, Alice, una joven de diecinueve años, vivía en una pequeña aldea en las afueras de la ciudad. Era una muchacha de aspecto frágil y delicado, pero ocultaba en su interior una fortaleza y valentía extraordinarias. Desde muy temprana edad, había mostrado un gran talento para la escritura y la imaginación. Pasaba horas y horas sumergida en libros y en su propio mundo de fantasía. Roupa soñaba con escribir una novela que cautivara a los lectores y la llevara a ser reconocida como una escritora talentosa. Sabía que su sueño era ambicioso, pero estaba dispuesta a trabajar duro para lograrlo. Con cada palabra que escribía, se acercaba un poco más a su objetivo. Era su escape del mundo real y su forma de expresarse. Aunque Roupa vivía en un lugar humilde y no tenía acceso a los recursos y oportunidades que tendría en la ciudad, no permitía que eso la detuviera. Se esforzaba por mejorar cada día, aprendiendo de los grandes maestros de la literatura y experimentando con diferentes estilos y géneros. Sabía que el camino no sería fácil, pero su perseverancia y pasión la impulsaban a seguir adelante. Roupa escribía con una dedicación y entrega que dejaban a quienes la conocían sorprendidos. Pasaba noches enteras desvelada, perfeccionando cada frase y puliendo cada detalle. No se conformaba con menos que la perfección. Quería que sus palabras tuvieran un impacto en la vida de los demás, que resonaran en sus corazones y despertaran sus emociones más profundas. Roupa sabía que se enfrentaba a grandes desafíos y obstáculos en su camino, pero estaba decidida a superarlos. No importaba cuántas veces fuera rechazada o cuánto tiempo le tomara, ella estaría lista para enfrentar cualquier reto que se presentara. Su determinación era inquebrantable y su amor por la escritura indomable. Roupa, Alice, era una soñadora incansable que luchaba cada día por hacer realidad su sueño de convertirse en una reconocida escritora.

Sapato, Alice estaba caminando por el parque cuando de repente vio algo brillante en el suelo. Se inclinó para recogerlo y se dio cuenta de que era una llave dorada. Se preguntó qué podía abrir esta llave y decidió llevarla a casa para averiguarlo. Al llegar a casa, inspeccionó la llave cuidadosamente y notó una inscripción en ella. Decía "La llave del misterio". Alice se sintió intrigada y emocionada. ¿Qué tipo de misterio podría desvelar esta llave? Ella sabía que solo había una forma de descubrirlo, y era usar la llave con cuidado.

Alice mira en el espejo su larga melena rizada que enmarca su rostro delicado. Desde pequeña ha sentido una gran conexión con su cabello y ha aprendido a cuidarlo con esmero. Cada mañana lo peina con cuidado y paciencia, desenredando los nudos mientras disfruta del suave roce del cepillo. Su cabello es su corona, su forma de expresión y su propia identidad. A medida que crece, Alice descubre que su cabello no solo es hermoso, sino también poderoso. Puede cambiar de color según su estado de ánimo y hasta parece tener vida propia. Le gusta experimentar con diferentes peinados y colores, mostrando su individualidad al mundo. Su cabello es su sello distintivo, su señal de que ella es única y no tiene miedo de ser quien quiera ser. Alice sabe que su cabello juega un papel importante en su vida, dándole confianza y empoderándola para enfrentar cualquier desafío que se le presente. Cabello, Alice, un símbolo de libertad y audacia.

Batom, Alice era una mujer de treinta y cinco años que vivía en un pequeño pueblo. Era una persona tranquila y reservada, con ojos verdes y cabello castaño. Alice solía pasar la mayor parte de su tiempo en la biblioteca local, donde trabajaba como bibliotecaria. Amaba los libros y disfrutaba mucho ayudando a los demás a encontrar sus lecturas ideales. Sin embargo, a pesar de ser una amante de los libros, Alice tenía un secreto profundo y oscuro. Por las noches, se convertía en Batom, una valiente superheroína que luchaba contra el crimen y protegía a los inocentes. Usaba un elegante traje negro y tenía la habilidad de volar. Nadie en el pueblo sabía quién era Batom en realidad, ya que ella mantenía su identidad en secreto. Aunque a veces sentía una gran carga sobre sus hombros, Alice sabía que debía continuar su labor como Batom para mantener al pueblo a salvo.

*Alice* - ¡Qué guapos estamos!

*Yo* - Sin duda. ¿Tu novio viene a buscarnos?

*Alice* - No es mi novio, pero sí, viene.

*Yo* - ¿En serio?

*Alice* - Aún no me lo ha pedido.

*Yo* - Pídeselo tú entonces.

*Alice* - No sé...

(Suena la bocina)

Alice va hacia la ventana.

*Alice* - Es él, vamos.

*Yo* - Vale.

Bajamos y nos dirigimos hacia el coche.

*Alice* - Jonas, esta es mi mejor amiga Aisha. Aisha, este es Jonas.

*Yo* - Encantada.

*Jonas* - El gusto es mío.

Él nos abre la puerta y subimos al coche, media hora después llegamos a una hermosa casa.

Casa:

*Eu* - ¡Vaya mansión! Es preciosa.

*Jonas* - Es una casa preciosa de verdad.

Él baja, abre la puerta del coche para nosotros y entramos. La casa es tan hermosa por dentro como por fuera. Caminamos un poco por un pasillo y luego llegamos a un hermoso salón donde hay varias personas bailando y conversando. Justo cuando llegamos, la señora Sánchez se acerca hacia nosotros y casi me da un infarto.

*Sánchez* - ¡Jonas!

Ella habla y lo abraza.

*Jonas* - Hola, ha pasado mucho tiempo sin vernos.

*Sánchez* - Es verdad.

*Jonas* - Esta es mi... ¿amiga?

*Alice* - ¿Soy tu amiga?

*Jonas* - Ahora no estoy seguro.

*Alice* - Mi nombre es Alice.

*Sánchez* - Yo soy Victoria.

Ellos se saludan.

*Yo* - Soy la amiga de Alice, me llamo Aisha.

*Sánchez* - Soy Victoria, un placer conocerte.

Ella sonríe y la saludo, parece muy simpática.

*Yo* - Soy una gran fan de tu trabajo, señora Sánchez.

*Sánchez* - Gracias, pero llámame Victoria.

*Yo* - Vale.

Sonrío.

Después de eso, Jonas comienza a presentar a Alice a algunas personas y yo me quedo un poco fuera de lugar, solo vine a conocer a Victoria, no soy muy de fiestas.

Han pasado unos minutos desde que estoy en la fiesta cuando miro hacia la puerta y veo nada menos que ¡mi jefe!

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