No hacerla enojar

Akim

Ver a Cindy darle una patada en la entrepierna no pude evitar sentir un poco de lástima por el pobre idiota. Otro dato importante sobre la futura madre de mis hijos, no debo hacerla enojar nunca.

Es una bella fierecilla, pensar de que estaba que la besaba pero justo llegó ese tipo a romper el mágico momento que se instaló entre los dos.

Me fui a mi casa una vez ella entró al edificio. La tenía metida en mi cabeza, y sí, la quiero para mí. Sé que no le soy nada indiferente por como reacciona su cuerpo a mi cercanía. Quizás es muy pronto para decir que estoy enamorado, pero si me sacude mucho el piso.

Lo primero que quiero es que haga esa carrera que tanto anhela, se la propondré como plan de ayuda de su trabajo. No quiero ser impertinente con mis ofrecimientos.

Al llegar a casa Malmcon me esperaba en el despacho, parecía bastante entusiasmado con Cindy, me dio una punzada de celos, pero cuando hablé con él, pasó ese sinsabor que tenía.

-A ver hermano, no te niego que Cindy es hermosa, pero no es mi tipo, no es una hermana, ya sabes, las blanquitas nunca me han gustado

-Espero que la vida no te calle la boca- le dije al tiempo que soltaba una carcajada.

Malmcon en gusto de mujeres siempre las busca afro, jamás está entre sus gustos una chica blanca, latina ni oriental. Es muy arraizado a sus gustos étnicos, por llamarlo de alguna forma.

Así que por ese lado estoy un poco tranquilo con él, se que no intentará nada con ella, aunque sabe que esa mujer me encanta y él respeta mucho la lealtad de hermanos que tenemos.

-La blanquita me pareció simpática, además me gustó que hoy vi a Thonia diferente, más risueña, la nena últimamente estaba demasiado apagada- refiere mi hermano

-Sí, también pude notarlo- digo con una sonrisa

-Creo que mi futura cuñada a llegado como un huracán y eso que solo tiene un día de haber llegado a esta casa.

Malmcon se levantó y se despidió para irse a su habitación, yo me quedé un rato más en el despacho pensando en la bella hada que me trajo el destino.

A la mañana siguiente pasé nuevamente por mi bello ángel, SI, ya es mía aunque ella aún no lo sepa. La llamé a su número para avisarle que ya me encontraba esperándola.

Salió acompañada de dos mujeres más, creo que son sus mejores amigas, se ven muy cercanas. Son muy hermosas, pero mi pequeña hada lo es mucho más.