CAPÍTULO 20 EFROM LAS NINFAS OSCURAS PARTE 2

Gritos sonóricos se escuchaban alrededor, las banshees estaban enojadas frente a la negativa del duque.

La situación se estaba complicando, al parecer los gritos melancólicos de las ninfas oscuras solo tenían un objetivo, llamar a más de las suyas... el duque sabía que su visita no les había agradado, así que montó nuevamente su caballo y calmó a su bestia susurrándole en el oído.

La presa para las ninfas había cambiado, se estaban aglomerando alrededor de los caballeros y así poder derribar a quien había destruido a muchas de las suyas hace unos años.

Los caballeros estaban algo conmocionados pero no era momento de acobardarse... en sus caballos tomaron posición de defensa y se concentraron buscando agudizar su oído para ubicar a sus oponentes.

En medio del estruendo la ninfa quien en un principio reconoció la espada, vociferó a gran voz "MORIRÁS HOMBRE DE LA ESPADA GANDAL"

El duque en medio del aleteo de las ninfas que se mostraron como espectros por los cielos, dio orden a gran voz de continuar el camino y atravesar todo lo que vuela, mientras emprendieron a galope el camino, las ninfas empezaron su ataque de frente hacia el duque, este con su espada las cortaba una a una desapareciendo como polvo, el escuadrón que presenciaba la majestuosidad de las banshees, podían reconocer sus figuras, algunas eran cadavéricas con cabellos abundantes y largos de color naranja, rojizo, marrón negro o blanco, pero solo una de ellas poseía el cabello plateado y era quien gobernaba sobre ellas, la más poderosa de todas. Las banshees volaban y se escondían en los árboles esperando el momento justo para atacar.

Aunque la hora del amanecer se acercaba el denso bosque y la neblina no permitirían que los rayos del sol se asomasen. Las ninfas decidieron atacar todas juntas, habían visto como aquel hombre acababa con cada una de ellas sin contemplación..así les llevó in tiempo hasta que la horas de la mañana llegaron sin precio aviso, pero ellos aún permanecían en medio de la oscuridad del bosque.

El duque dio orden de parar a la tropa... su rostro estaba distorsionado por la ira... así que se lanzó desde su caballo hacia una de las ninfas, atrapándola en el aire para acorralarla sobre el suelo, tomándola del cuello, era tanta la fuerza que ejercía que la alimaña se revolvía con gritos ahogados en el suelo... este tipo de acto paró el ataque de las ninfas oscuras que percibieron su ira, únicamente a distancia mostraban sus colmillos de bestia, agitadas en el cielo y con las garras extendidas listas para atacar.

El barón Joel, no comprendía el enojo de su señor y porqué había decido parar la tropa, no era bueno, podían aglomerarse más ninfas por lo que preguntó "mi señor que ha pasado, no es bueno quedarnos en un solo sitio"

Erik tomó su espada y atravesó a la ninfa que tenía atrapada en sus manos y se levantó de nuevo sobre sus pies y habló al barón, "estas alimañas no nos dejaran en paz a menos de que mueran... prepárense para la batalla, este será un pequeño calentamiento"

El duque después dirigió su mirada hacia los espectros y hablo a la ninfa mayor, "¡Dime maldito espectro... de dónde sacaste ese collar!"

La ninfa empezó a rodear por los cielos al duque, a todo grito y risas estridentes, había llamado la atención del duque Cork, hasta que promulgó "MORIRÁS IGUAL QUE SU DUEÑA JAJAJAJAJA .... MORIRÁS... ABSORBEREMOS TU ALMA JAJAJA"

Los caballeros no podían entender que sucedía y a que collar se refería el duque, el escuadrón que era espectador de lo que ocurría, no podían comprender de qué diablos estaba hablando y a cuál collar se refería el duque, ellos no podían ver ninguno pero al parecer la ninfa había comprendido las palabras del duque.

El duque levantó su mano y voz, dando orden al ataque, los caballeros con voz sonora indicaron su lucha y ataque a las ninfas y una por una fueron destruyendo, Erik no había tenido compasión y buscaba llegar a quien dominaba el grupo pero esta al verse acorralada decide retirarse, acto seguido Erik tomó el arco de unos de sus hombres, apuntó rápidamente hacia la ninfa a quien derribó de los cielos y cayó al suelo revolcándose de dolor, esto llevó a parar el ataque y convertir a todos en espectadores, de lo que se avecinaba.

Erik se acercó colocando su pie sobre su pecho y tomó el collar de su cuello y preguntó por última vez "de dónde lo sacaste"

La ninfa, se río y le dijo "no traicionamos nuestra lucha", Erik la observó por un momento y le dijo "a caso no sabéis que al perder tu divinidad te convierte en una traidora" seguido Erik la atravesó con su espada volviéndola polvo... las ninfas que observaban solo se agitaron en los cielos y desaparición junto con la niebla.

El duque tomó el medallón y lo apretó con sus manos, dando un fuerte grito a los cielos, sus hombres no comprendían que había sucedido entre los espectros y el duque. Ángelo se acercó al barón Joel y le dijo en voz baja "Dime qué diablos está pasando y por qué mi señor habló de un maldito collar con esa maldita bruja, por qué se siente frustrado... a caso no ganamos a esos miserables espectros"

"Ángelo una pregunta a la vez, además no tengo respuestas a tus preguntas yo tampoco sé que ha sucedido en este encuentro, es mejor no importunar a mi señor" respondió el barón Joel

Otros de los caballeros del escuadrón, Máximo, se bajó de su caballo y se acercó al duque y le dijo "mi señor creo que de esos aprovechar y salir lo antes posible, el príncipe todavía no reacciona, al parecer todavía el echado no ha desaparecido, a este paso podría ser consumido"

Erik calma sus ánimos... caminó hacia su bestia y tomó una de su bota de cuero y se la arrojó a Máximo y le dijo "dale de beber esto, hará que detenga las ilusiones y recobre la conciencia" miró hacia sus caballeros y ordenó "pueden quitarse las vendas de sus ojos, las banshees no volverán por un buen rato... buscarán reorganizarse para volver... debemos aprovechar el tiempo abonado... andando"

Erik se dirigió a su caballo y lo montó. Máximo rápidamente abrió la bota de cuero y con ayuda de Ángelo dieron de beber al príncipe dejándolo nuevamente acostado en el lomo de su caballo.