CAP 1 Sangre.

A veces algo tan simple como una gota de sangre te puede condenar.

Yo no pedí nacer con este tipo de sangre llamado científicamente RHNULL, más conocido como sangre dorada. Se preguntarán qué lo hace tan especial; pues mi tipo de sangre es compatible con todos los grupos de sangre. Eso es bueno, porque mi sangre puede salvar vidas. Pero hay algo en mi contra: ningún grupo sanguíneo es compatible conmigo, solo mi mismo tipo de sangre, y en el mundo solo hay entre cuarenta y cincuenta personas con ese tipo de sangre.

En caso de que yo necesite sangre, tendría que buscar una aguja en un pajar o mover cielo y tierra para encontrar a alguien compatible conmigo.

Sin pensar que un buen gesto o intentar salvarle la vida a una amiga me pondría la firma a mi sentencia.

Les contaré cómo empezó todo.

Soy Tatiana Díaz Linares, de nacionalidad colombiana, tengo 26 años, soy graduada en licenciatura e idiomas extranjeros. Pues no soy la chica más linda, pero tengo mis encantos. No soy una chica flaca, pero tampoco soy gorda; digamos que estoy en término medio. Tengo ojos negros, piel trigueña y cabello largo, pintado de rojo cobrizo por idea de Lorena, quien me sugirió hacerme un cambio de look.

Soy hija de una madre soltera. Ella y yo éramos muy unidas. Murió hace tres años de una isquemia cerebral.

Así que decidí probar suerte en otro país, volviéndome una emigrante aquí en los Estados Unidos. Pasamos una travesía para llegar a esta tierra: hambres, frío, cansancio y persecuciones.

Hasta llegar a esta tierra con muchos sueños que cada día se veían más lejos. Ser emigrante en un país donde no tienes a nadie es difícil, así fue donde conocí a una chica venezolana llamada Lorena; ambos nos convertimos en amigas. Al principio, fue difícil, dormíamos en la calle, en transporte o el metro, a veces con hambre buscábamos trabajo, pero donde nos contrataban no nos pagaban lo justo porque no teníamos documentos legales. La primera en conseguir trabajo fue Lorena, entonces ella pagó una pequeña pieza para poder dormir las dos, hasta que encontré trabajo de niñera. Pudimos alquilar una habitación y dormir mejor. Poco a poco, fue mejorando nuestra situación hasta conseguir trabajo en un club mexicano como cantante. Así pude empezar a estudiar de día una carrera en psicología y de noche trabajaba. No me iba mal, estaba solicitando los papeles de migración. Lorena y yo vivíamos y trabajábamos juntas, ella era mesera. Todo está mejorando para nosotras, pero ese día todo cambió.

Ya el club empezó a cerrar, eran las dos de la mañana, así que yo ayudaba a todas las muchachas que limpiaban. Solo había pocos en el lugar, limpiábamos, acomodábamos las mesas y recogíamos las botellas. Es cuando entra un grupo de hombres con capuchas, enseguida los reconocimos Lorena y yo. Por que era una de las pandillas que azotaba el lugar, siempre usaban tatuajes que los identificaban. Yo conocía algunos pandilleros por Lorena, ya que su novio es el segundo al mando, pero esta pandilla en especial y la del Baby, el novio de Lorena, eran enemigas. Así que nos empezaron a apuntar, los hombres exigían el dinero, pero Lorena se paralizó. Entonces uno de ellos que me llamaba gorda me obligó a abrir la caja registradora, por que me apuntaba con un arma. Pero Lorena, del susto, dejó caer un vaso de vidrio. Mientras abría la caja, apreté el botón de emergencia. Al poco tiempo, empezaron a sonar las patrullas. Uno de ellos agarró el dinero sin dejarme de apuntar, pero uno de ellos vio el collar de Lorena, que era un regalo de su novio, y se lo iba a quitar, pero ella no lo dejó. Entonces, el hombre le clavó la navaja arrebatándole el collar. Ella cayó al piso, los seis hombres salieron dejando a mi amiga Lorena en el piso. Yo solo traté de detener la hemorragia, le gritaba que no se durmiera, hasta que llegó la policía y la ambulancia con los paramédicos. Yo fui con ella en la ambulancia. Los paramédicos trataron de detener la hemorragia, pero no podían. Me preguntaron si sabía qué tipo de sangre tenía Lorena, y les dije que ella era AB, pero no había en el lugar.

Banco de Sangre del Hospital. Cuando llegamos al hospital, yo estaba cubierta de sangre y Lorena estaba inconsciente. Hasta que Erick, conocido como "el Baby", apareció. Le conté todo lo que sabía mientras yo solo sentía su enojo. No sabía qué hacer, solo lloraba. El médico vino y nos informó sobre la situación que era lo que más temía: Lorena había perdido mucha sangre y necesitaba sangre urgentemente, pero no había disponible. La sangre más cercana estaba a tres horas de allí, por lo que Lorena no aguantaría tanto. Fue entonces cuando olvidé todos los consejos de mi madre, pero no podía dejarla morir. "Mi madre me decía que mi sangre era una bendición y una maldición. Era mejor que nadie lo supiera".

Caminando hacia donde el doctor se encontraba, le pedí: "Doctor, por favor salve a mi amiga", llorando con mi ropa sucia de sangre. "Créame, hago todo lo posible, pero sin sangre no aguantará mucho. Contuvimos las hemorragias, pero está muy débil para llevarla a cirugía. Ha perdido mucha sangre. Es posible que no resista", dijo el doctor con seriedad.

Yo haré lo que sea. Pero sálvela, doctor. Le dije al médico. "¿Qué tipo de sangre eres?", preguntó el doctor mientras me observaba. Saqué mi celular, quité el forro y mostré mi identificación colombiana. El doctor me miró sorprendido, me llevó a donde necesitaban mi sangre y comenzaron a sacarla sin saber que estaría en la mira de alguien que necesitaba más que mi sangre.

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