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Yolanda y Alejandro pasan un rato fingiendo ser una pareja de enamorados, llenos de burlas y caricias, llamando la atención de todos, mujeres y hombres celosos de la pareja.

Ambos ya no pueden soportar estar juntos.

Yolanda: Cariño, tengo que confesarte que tu perfume me está dando náuseas, entonces, ¿terminamos esta noche? Está hecho por hoy.

Alejandro: ¿Mi perfume? ¿Entonces no te gusta?

yolanda: no

Alejandro sabe lo que ella está provocando, pero aún siente rabia y hasta cierto malestar, por este rechazo de ella.

Alejandro: No te creo, eso no es lo que suelo escuchar.

Yolanda: Sabes, la gente miente, eres un hombre importante, es normal tratar de complacerte, pero soy sincera y tengo buen gusto.

Alejandro: ¿Eres sincero?

Él rueda los ojos.

Yolanda: No te preocupes cuando nos casemos, te compraré un buen perfume.

Alejandro se jala levemente la chaqueta y la huele cuando Yolanda voltea la cara, ahí es cuando se da cuenta de que ella solo estaba bromeando, pues en realidad su perfume es bueno y llama la atención a donde quiera que vaya.

Así que decide burlarse de ella, Alejandro abraza a Yolanda y se agacha un poco, haciendo que su cabeza encaje en su cuello y Yolanda inhala todo su perfume.

pensamientos de yolanda

Solo puede estar bromeando, este perfume me da dolor de cabeza, trato de alejarlo, pero él sigue apretándome contra su cuerpo. Pensándolo bien, no es tan malo, pero su presencia lo es, necesito alejarme de él lo antes posible y como sé que me odia...

Yolanda: Vaya, ¿estás armado?

Alejandro: Sabes que sí.

Yolanda: Esa no es el arma de la que estaba hablando.

Miro sus pantalones.

Yolanda: ¿Se excita cuando está con una mujer fea?

Me suelta rápidamente y toma un trago del mesero que pasa, sonrío, finalmente deslizándome de sus brazos.

Alejandro: Ni siquiera me excitaría contigo desnuda frente a mí.

Se lleva el vaso a los labios y se limpia la comisura de los labios con el alcohol.

Alejandro: Acabemos con esto.

Alejandro llama la atención de los invitados y de inmediato todos dejan de hacer lo que están haciendo y lo miran, yo solo puedo pensar en lo que va a hacer, estoy jugando con él, pero sé que tendré que tener cuidado, Alejandro no es tonto, también bromeará, pero me aseguraré de que siempre estés un paso por delante.

Alejandro: Damas y caballeros, sabemos por qué estamos hoy aquí, esta ha sido una de las mejores noches de mi vida, porque encontré a la mujer que siempre amé.

Si no supiera como son los hombres, hasta me creería lo que dice, viendo cada gesto, su forma de hablar, a los ojos de los que le rodean, todo parece muy real, pero nada de eso me sorprende, se pone ser gracioso

Alejandro: Delante de todos quiero compartir mi amor y pedir la mano de esta señora en matrimonio.

Patético se arrodilló en el suelo.

Alejandro: Yolanda, ¿aceptas casarte conmigo?

Saca un hermoso anillo de compromiso de su bolsillo y espera mi respuesta. Es hora de hacer el apasionado.

Yolanada: Si, claro mi amor.

Coloco una mano en la mía apreciando, como una mujer sorprendida y llena de felicidad, sumamente enamorada.

Alejandro pone el anillo en mi dedo y besa mi mano, luego salto a sus brazos en un abrazo y me habla al oído.

Alejandro: Ese matrimonio nunca se va a dar.

Me río, es imposible equivocarse.

Alejandro: Es imposible que esto funcione.

Creo que leyó mis pensamientos.

Yolanda: Claro que lo harás, seremos marido y mujer para siempre y todo lo tuyo será mi prometido.

Invitados: beso, beso, beso.

Alejandro: ¿No querías el beso, chica? Entonces besa, muestra tu amor frente a todos.

Alejandro me besa como si estuviera tratando de provocarme y coloco mis manos tocando nuestro beso, luego muerdo su labio con fuerza y ​​me suelta.

Yolanda: Eres muy mala besando.

No escucha y los invitados se acercan cuando nos levantamos, para que nos feliciten, después de un rato ya estoy exhausto, cansado de tanta gente falsa y envidiosa, solo quiero irme, porque hoy he tenido basta de burlas.

Cuando estoy a punto de llamar a mi padre para que podamos salir juntos, noto movimiento en la entrada de la casa.

Dulce: Estás controlando algo, ¿quién está aquí?

yolanda: no lo sé.

Alejandro y unos guardias de seguridad salen hacia la entrada, pero no se ve muy bien lo que está conectado, solo hombres hablando en voz alta.

Algunas personas cercanas al movimiento se alejan asustadas.

Miro a mi alrededor y veo a los guardias de seguridad de mi padre en alerta, algunos van allí.

Yolanda: ¿Qué es ser papá?

...

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