Repudió

Capítulo 9

Cada segundo en esa habitación se sentía como una eternidad, como cuando te sumerges bajo el agua sosteniendo la respiración por unos minutos. Pero en realidad han pasado segundos y ya no puedes soportar más. Mahtob se sentía sin esperanzas, pensaba en todo lo que había dicho el demonio que le quitó su libertad. Realmente su padre la dejaría de buscar, se resignaría a lo que la gente murmurará sobre ella. Aunque fuera a regresar solo para morir, era mejor hacerlo a manos de su padre, que en ese encierro que la estaba torturando física y psicológicamente. Mientras acomodaba su velo recordó que un humano sin agua puede vivir de 3 a 5 días y sin comida de 8 a 21 días, sabía que era una muerte lenta y agonizante.

No podía esperar a ver el destino que le tenía preparado el desgraciado que la arranco de su vida, tenía que buscar como escapar. Esperaría que alguien entrara a la recámara a llevarle comida, así que desocupo la bandeja del desayuno, se sentó junto a la puerta a esperar que alguien entrara, lo atacaría y así poder escapar. Tal vez moriría en el intento pero era mejor que esperar pacientemente su destino. Más tarde la ama de llaves había enviado la comida de Mahtob con uno de los sirvientes, mientras Pedro no estaba en casa no había vigilancia, así que era una oportunidad para Mahtob; aunque ella ignoraba esta grata oportunidad.

Después de una larga espera ella casi se queda dormida nuevamente por la debilidad, cuando escucho que quitaban la llave a la cerradura se preparó para golpear a quien fuese que entrará. Ella temblaba de miedo y por la adrenalina, sin observar quien era golpeó fuertemente al sirviente y para quedar conforme le dio dos golpes más. Tomó un cuchillo que estaba en el piso y salió corriendo de ahí sin detenerse, la casa era enorme solo esperaba que nadie se interpusiera en su camino. Pero Refugio se encontró con ella.

—Apártate de mi camino no quiero lastimarte.—dijo Mahtob amenazandola con el cuchillo

—Por favor señorita tómelo con calma, si huye el joven la encontrará y podría ser peor para usted.—dijo Refugio

—Ayúdame a salir de aquí, de igual manera ya estoy muerta.—respondió Mahtob mientras brotaban sus lágrimas. Refugio veía que era solo una jovencita que tenía la edad de su hija.

—Está bien la ayudaré, salga por la cocina esa puerta la dirige directamente al jardin trasero, esa puerta no tiene llave. Recorra todo el bosque, llegará a una carretera a unos metros está una cabaña donde tiene productos a la venta. No dudo que la señora de ahí, decida ayudarla pero vaya deprisa, que el Señor no tarda en llegar.—dijo Refugio

—Le estaré agradecida eternamente, Shukran.—respondió Mahtob

Refugio se quedó paralizada acababa de traicionar a su Jefe, si se enteraba le costaría la vida. Pero su instinto de madre pudo más, por eso accedió a ayudar a esa hermosa jovencita.

Así como le había dado las indicaciones la ama de llaves Mahtob pudo salir, corrió por el bosque, aunque había momentos en que no podía más, ya que estaba muy débil por la falta de alimento y el estrés constante. Le faltaba el aire ya no podía continuar, pero su instinto de supervivencia la motivaba a no rendirse.

Mientras tanto Refugio ayudaba al joven que había recibido los golpes de Mahtob, de pronto entró Danilo el señor había llegado. Subió de inmediato para asegurarse que seguía con vida la rehén.

—¿Que sucedió aquí Refugio?—pregunto Danilo

—La joven atacó a Rico, creó escapo. No la encontré por ningún lado.—respondió Refugio

—Si el señor les perdona la vida por semejante estupidez, considérense afortunados.—respondió Danilo

Refugio se sentía tranquila ya que dentro de la casa no había cámaras y en la parte trasera tampoco, solo al entrar a la mansión y en la puerta. Algunas en el jardín, así no la culparían de que la joven había logrado escapar.

—¿Que pasa Danilo?—preguntó Pedro

—Señor, la señorita atacó a Rico y huyó de la habitación.—respondió Danilo

—No pudo haber ido lejos seguro está todavía en el bosque manda a todos los muchachos a buscarla y que la traigan de vuelta. Ah y desasté de Rico no quiero inútiles en mi casa.—dijo Pedro

—como usted ordené.—respondió Danilo

Pedro sabía que toda esa extensión de tierra le pertenecía no había nada cerca, todos trabajaban para él. Solo pensaba en como la castigaría por haberse atrevido huir. Mahtob logró llegar a la cabaña, ahí estaba una mujer de la tercera edad.

—Por favor señora ayúdeme, le daré mis aretes es oro son suyos. Solo déjeme hacer una llamada.—le decía Mahtob en castellano, mientras le señalaba el teléfono, la señora comprendía lo que necesitaba, sin dudarlo se lo prestó.

—Shukran, Shukran.— decía Mahtob

Mahtob llamó a su casa, sonaba y sonaba. Y así crecía su ansiedad. De pronto contestan el teléfono.

—Diga!—respondió Mohamed

—¿Padre? Soy yo—dijo Mahtob

—Ingrata como te atreves a llamar, mujer exhibicionista. Te entregue mi corazón y tú lo apuñalaste. Allah disminuya tus días, pecadora trajiste vergüenza a mi casa y a mi familia. Arderás en el mármol del infierno.—gritaba Mohamed

—No padre, yo no escape.—decía Mahtob sin poder contener sus lágrimas

—Estas muerta para mi, te arrojo al viento quédate allá a donde escapaste. Ya no eres mi hija estás muerta.—grito por último Mohamed y colgó.

—Padre.—dijo mahtob mientras su corazón se quebraba en mil pedazos.

Al parecer Pedro tenía razón, era cierto que él había hecho creer que ella se había escapado, si volvía sería condenada a los azotes hasta la muerte. Ahora era una hoja en el viento, sin raíces sin familia. Tenía que llamar a Ali, sabía que él le creería y la ayudaría. De repente escuchó la voz de su captor.

—Tu tiempo se acabó. Volvamos a tu casa.—dijo Pedro

—Esa no es mi casa, y jamás perteneceré a ti. Así que mátame cobarde solo muerta me llevarás de nuevo al encierro.—dijo Mahtob sin mostrarle temor.

—Bien como tú quieras.—dijo Pedro

Sus custodios la tomaron por la fuerza y la llevaron a arrastras hasta la camioneta. Pedro le agradecía a la señora por haberles avisado y recuperó los aretes que le había entregado Mahtob a cambio de la llamada. Ni en sus peores pesadillas, imagino vivir algo así. ¿Que haría ese demonio con ella?.