capitulo: 18

Katrina los siguió hasta el comedor, pero aún estaba disconforme con lo que estaba pasando.

*Cambia esa cara cariño, tu papá hizo bien en ayudarlas, ser capturada y vendida al mejor postor no debe ser nada bonito* Dijo Asmotiel acariciando su mano para tranquilizarla.

*Lo sé, no es eso lo que me molesta, sino que pretenda ver el hechizo como si no fuera nada peligroso* se quejó Katrina.

*Aunque aparente tranquilidad, no lo está, le preocupa que el hechizo sea más poderoso que el de ella, y más aún siendo una de las más fuertes* Dijo Edward al escuchar las quejas de su hija.

*Eso quiere decir, que no nos enfrentamos a simples insatisfechos de poder, sino a unos con ambición de controlarlo* Contestó Asmotiel.

*He estado pensando, en algo, pero no sé si estén de acuerdo* Dijo Katrina, Asmotiel inmediatamente contestó.

*Si estás pensando en ponerte de carnada, estás loca, jamás permitiré que te pongas en peligro* hablo molesto, Sofía y los demás se pararon en seco, al escucharlo.

*No estas pensando en hacer eso ¿verdad hija?* pregunto Edward con preocupación.

*Porsupuesto que no, no estoy tan loca para hacer eso* contestó frunciendo el ceño.

*Por favor, dejemos de hablar de guerras y conspiraciones durante el desayuno* Pidió Sofía, los demás asintieron para luego sentarse en sus lugares.

*Ya pueden servir* ordenó Edward, los de servicio asintieron para luego hacer su trabajo.

*Hace días tengo curiosidad, ¿los del servicio son vampiros o brujos?, no lo puedo saber porque ninguno emana ningún olor y tampoco tienen sus ojos amarillos o rojos* Preguntó Asmotiel.

*Son humanos, descendencia de los que salvamos hace muchos años, no creas que los obligamos a servirnos, ellos deciden que hacer con su vida, todos los presentes son personas estudiadas, hasta la que limpia los pisos tiene una profesión, aunque estudiaron la decisión de quedarse y servirnos fue de ellos* explico Edward, todos se miraron confundidos, no podían creer lo que estaban escuchando.

*Si que son raros, no puedo creer que en esta casa no haya ningun sobrenatural aparte de ustedes* Dijo Balio, mientras masticaba un pedazo de manzana.

*Mira quién habla, el demonio solitario* se burló Ágares.

*No te burles, mañana conocerás a mi hermosa alma gemela, quedarás con la boca abierta de solo verla* contestó Balio, Asmotiel sonrió al verlos bromear en la mesa, Edward por su parte comía como si no hubiera un mañana, su comida era ensalada de fruta remojada con Sangre y una baso de jugo envés de agua o leche usaban sangre.

*disculpa lo que diré, ¿pero no sienten nada al verlo comer de esa manera?* pregunto Agares, todos voltearon a mirar.

*Por qué sentirían algo al verme comer, somos una familia y como tal compartimos la mesa juntos, aunque no comamos lo mismo, o te molesta verme comer* pregunto Edward mientras un poco de sangre escurre cor su barbilla, cosa que hizo al propósito para mirarlo a los ojos a Agares.

*Cla, claro que no, no me molesta, solo fue una pregunta* contestó Ágares nervioso, aunque es un demonio poderosos, sabe que no es rival para un vampiro como lo es el príncipe.

*Ja,ja,ja, pobre demonio quedó asustado después de ver los cormillos se papá* se burló katrina.

*Dejen de hablar y tomen desayuno tranquilos, hoy tenemos muchas cosas que hacer* Dijo sofia, mientras les da una miranda de advertencia.

Todos asintieron para después terminar su desayuno en silencio.

*+*

Mientras en la mansión Norwood disfrutaban de su desayuno en familia, en Lioth las cosas estaban muy mal, Asmodeus, comenzó a torturar a la Nahama, estaba desesperado, no sabia que le estaba pasando, después de cada tortura que le hacía, su cabeza dolía y recordaba los momentos más felices con su familia.

*Ahhhh, Maldición que me está pasando, Bael ven aquí* llamo con desespero.

Bael es su amigo desde que eran niños y ahora es su comandante, es el único en que puede confiar, también tiene a Tamar, una demonio de alto rango, pero hace un tiempo se está comportando de forma sospechosa y eso estaba poniéndolo en alerta, se había dado cuenta de que algo no estaba bien en ella, aun así no quería aceptar que uno de sus comandantes le hubiera traicionado y hacer que haga tal atrocidad en contra de su familia.

*¿Me llamo Majestad?* Pregunto el demonio al llegar, Asmodeus asíntio mientras agarraba su cabeza.

*Bael, quiero que lleves a la reina a un lugar donde nadie sepa dónde está, incluidos Tamar y yo, no quiero que nadie se le acerque más que para darle su comida* ordenó, tenía que alejarla lo más posible, no puede seguir haciéndole mas daño, aún no sabe lo que le está pasando, pero no le quedaba más tiempo para volver a perder la razón.

*Cómo usted ordene su Majestad* contestó, para luego ir hacer lo que le ordenó su rey, pasaron las horas, Asmodeus se fue a su oficina para pensar que fue lo que lo regreso a sus sentidos por unos momento.

*Nahama, perdóname por todo lo que le he hecho a nuestra familia, pero no sé qué me está pasando, ahhhh* comenzó a gritar agarrando su cabeza, justo después de tomar un cafe, el mismo que viene tomando desde hace más de 300 años.

Asmodeus se dió cuenta que la bebida era el culpable, pero ya era tarde, lo había bebido, ahora volverá hacer el mismo desalmado que mató a su nieto, nuera y torturaba a su amada Nahama, justo en ese momento llego Tamar, con una brillante sonrisa.

*Majestad, veo que ya volvio ser el mismo de siempre, la verdad estaba algo preocupada, al verlo un poco confundido* Dijo la demonio, mientras se sienta en sus piernas.

*Levántate Tamar, no es momento de tus bromas, vamos a ver cómo está la reina* Dijo Asmodeus, mientras empujaba a Tamar de su regazo, la demonio gruño molesta, en todos estos años a pesar de estar con un fuerte hechizo no pudo meterse en la cama y eso le molesta a más no poder.

*No entiendo por qué tanto quieres ir a verla, ese vejestorio ya no es más que una maldita traidora* Dijo mientras camina molesta tras el, al llegar a lo más profundo del calabozo, buscaron por todos lados y al no encontrarla Asmodeus destrozó el lugar, Tamar estaba preocupada, no entendía lo que estaba pasando, en pocos días sería la muerta de ese vejestorio y desapareció sin dejar rastro alguno.

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