Regresa conmigo.

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Dos horas después, Fabiola vuelve a despertar. Ve a Liam a su lado durmiendo y sonríe. Le acaricia el cabello y esté se despierta.

— Hola. — Saluda ella.

— Hola. — El la mira con ternura.

— Si te quedaste. — Los ojos de Fabiola brillan de felicidad.

— ¿Por qué te sorprendes? Siempre hago lo que tú quieres. — Eso último lo dice con algo de reproche.

— ¿Vas a volver conmigo? Eso es lo que yo quiero.

— Ya hablamos de eso.

— Te extraño.

— Yo también.

— Regresa conmigo.

— No puedo.

— ¿Por qué?

— Por qué tú no me amas, y mi amor no ha sido suficiente.

— Yo te amo.

— Deja de mentirte.

— No me estoy mintiendo. En verdad te amo.— Asegura ella, pero el no le cre.

— Ya ví que estás bien. Tus padres no van a tardar. Yo ... — El se levanta para irse.

— Liam. — Le habla ella. El se queda quieto. — Dame un beso. — Pide amablemente.

— Fabi.

— Por favor. — Súplica nuevamente. Liam no se resiste a su petición, acerca sus labios y le da un cálido y corto beso. Fabiola no queda satisfecha, lo toma del rostro y vuelve a besarlo, hasta que sus pulmones se agotan. — Liam. Vuelve conmigo. — Súplica nuevamente mientras sube sus ojos a los de el. — Eres mi alma gemela.

— También eres mi alma gemela. Pero no pareces estar destinada a ser mi pareja.

— Si lo estoy. Quiero estar contigo. Además me prometiste que nos casaríamos. Debes cumplir.— Liam quiere acabar con su valentía.

— Está bien. Vamos a casarnos. Te haré los tres hijos que quieres. — Dice Liam muy serio. Fabiola sonríe.

— Okay. ¿Cuándo va ser la boda? — Liam no cree ese cambio tan drástico que tuvo.

— ¿Te golpeaste la cabeza? — Pregunta el muy molesto.

— Según yo no. — Responde tranquilamente.

— ¿Y por qué estás actuando así?

— ¿Cómo?

— Me confundes.

— No te confundas. Habló enserio, quiero casarme contigo. — Ella le toma la mano. — Por favor. Te haré muy feliz. Seré la mejor de las esposas.

— Fabiola yo...

— Si te vas a negar no respondas ahora. — Interrumpe ella con rapidez.

— No me voy a negar. — Dice el tranquilamente.— A ti nunca te puedo negar nada. — Ambos sonrien y se besan nuevamente.

— No te vas arrepentir. — Fabiola sonríe como una niña pequeña.

— Pasé lo que pase nunca me arrepentiré de estar contigo. Si esto no funciona serás mi más bello error, y si funciona, serás el mayor motivo de mi felicidad. — Dice Liam con una sonrisa.

..........

El que no está muy sonriente con lo que acaba de ver y escuchar es Byron. No le agrada saber que Liam y Fabiola se reconciliaron y van a casarse.

El espera a que Liam se vaya y luego decide entrar a verla.

— Hola Fabi.

— ¿Qué haces aquí? — Ella se sorprende al verlo.

— Estaba preocupado por ti. ¿Cómo estás?

— Estoy bien, gracias. — Dice ella fríamente.

— Me da mucho gusto. — El se sienta a su lado y agarra la mano de ella. — Escuché que te vas a casar. — Fabiola jala su mano.

— Así es. Me voy a casar.

— ¿Por qué?

— Por qué lo amo.

— Eso no es verdad. Tú no lo amas. Tú me amas. Yo lo sentí cuando te besé.

— Hace unos días estaba confundida. Pensé que aún te amaba. Pero bastó con perderlo unas horas, para darme cuenta de que no quiero una vida sin el. Amo a Liam. Lo amo de una manera en que a ti nunca te amé.

— No me mientas. Me estás lastimando mucho.

— ¿Por qué estarías lastimado? También hiciste tú vida. Violeta es hermosa. Y he notado lo mucho que te ama.

— ¿Y has notado cuánto la amó yo? — Fabiola permanece en silencio. — Nunca la he visto, o he sentido lo que sentía cuando te tenía cerca. Cuándo te miraba, cuando te abrazaba, o cuando te besaba. Se que nunca podré amarla cómo te amo a ti Fabiola.

— Lastimosamente no pensaste así cuándo terminaste tu relación conmigo. Pusiste a tu familia antes que a mí.

— No fue así.

— Claro. Ahora que lo pienso bien no fue así. Tú pusiste a mi familia sobre ese amor que me tenías.

— Aún lo tengo para ti. Estos años no cambiaron las cosas. Te amo. Cada día y cada noche que pase en Italia pensé en ti.

— Yo cada día y cada noche que pase sin ti sentí un dolor horrible. Un maldito dolor que nadie me enseñó a borrar. Por qué nadie te enseña a ser fuerte, las circunstancias te obligan. Y a mi me obligaron. Tú me obligaste a pensar cada día menos en ti. Tú ausencia me obligó a pensar en alguien más. Y tú abandonó me obligó a superarte.

— Ese día no quería abandonarte. Quería tomar tu mano, decirte lo mucho que te amo, y besarte. Eso era lo que quería.

— ¿Y por qué no lo hiciste? ¿Por qué me dejaste sola en ese aeropuerto?

— Por qué pensé que te iba a superar. Pensé que en el futuro tu sólo serías el recuerdo de mi mejor error.

— ¿Y no lo soy?

— No. Tú eres el recuerdo de mi más grande amor. Y quiero que dejes de ser un recuerdo. Quiero que seas la mujer con la que voy a compartir el resto de mi vida. — Byron saca de su bolsillo una cajita. Adentro está el anillo de su madre. — Cásate conmigo.

— No. — Fabiola responde con rapidez. — Devuelve eso a su dueña. Yo no lo quiero.

— ¿Es por qué le perteneció a mi madre? Si tú quieres te compró otro.

— ¡No sé trata del anillo! — Fabiola eleva un poco la voz. — Se trata de ti y de mi. Ya no podemos estar juntos. Tú tienes a una mujer en tu casa, y yo...

— Violeta se irá. Le dije que te amo. La conozco y se que no se quedará después de escuchar eso.

— A mi no me importa si ella se va o se queda. Ésto se trata de mi corazón. El ya tomó una decisión. Y no se llama Byron. El escogió a Liam. Y aunque te sea difícil creerlo, debes hacerlo. Mi corazón ya no está ciego, abrió los ojos y se dió cuenta de que Liam lo es todo para el.

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