Hazle caso a mi mujer.

...Liam....

Se que hice mal en mentir, pero era una oportunidad única para alejarlo de ella. Un hijo es una unión muy fuerte. Byron no se atrevería a interferir en mi relación. Seguro ahora tiene la seguridad de que Fabiola es sólo mía.

Llegué por Fabi, y lo que ví fue al Imbécil de Byron en su oficina.

— Vete. Estás algo pasado de copas. — Dijo ella.

— ¿Sabes cómo se llama la chica de cabello rojo. — ¿De que estaban hablando?

— No. Y no me interesa conocer su nombre. Ni revivir el pasado. La vida siguió, las cosas fluyeron, y ahora cada quien está con la persona indicada. — Me gustaría que dijera eso de corazón.

— ¿Estás segura de que Liam es el indicado? — La pregunta de el, es una que me he hecho cientos de veces. Pero nunca sale de mi boca cuándo estoy con ella.

— Con Liam tengo algo que nunca tuve contigo.

— ¿Hablas del bebé? — Reí mentalmente. Ni siquiera existe tal bebé. Si por mí fuera ya tendría tres o cuatro con ella. Pero se niega a qué la toque.

— No.

— ¿Entonces que.? ¿Qué es eso que tienes con el, y no tuviste conmigo.?

— Un amor de verdad. Un amor completo y no algo a medias.— Dijo ella. Y yo sentí cómo si el mundo se detuviera unos segundos. — A él no le importa quién es mi padre, se siente orgulloso de presentarme cómo Fabiola Styles. Nunca se avergonzó de mi. Se alejó cuándo debió alejarse. Y estubo cuándo más lo necesite. En cada acción que realiza me demuestra lo mucho que me ama. Cosa que tú no supiste hacer.

— Lo siento. Fui un idiota.

— Y las idioteces se pagan caro. Deberías irte.

— Fabi... — El se acercó a ella. Ese era el momento en que debía entrar. No puedo permitir que la besé.

— ¿Liam? — Adalet de repente me habló.

— ¿Qué hace aquí?

— Vine a cuidar a mi hermano. Si no te llamo tu no me notas. — Ella se rió. — No se por qué me sorprende.

— Adalet no quiero ser grosero. Pero en éste momento necesitó ocuparme de algo. — Entré a la oficina y alejé a Byron de mi prometida.

— Hazle caso a mi mujer. Vete. — El me miró con algo de rencor. No es que me importe como me ve. Pero si me molesta que este a solas con el.

— Tu mejor no te metas. Esté asunto no te concierne.

— Fabiola es mi mujer, pronto será mi esposa, y lo que sea que hables con ella me interesa.

— Tu te aprovechaste de mi ausencia.

— Yo no te dije que te fueras. Tú la dejaste por imbécil.

— ¿Quién te crees para hablarme así? Eres un do nadie.

— Piensa lo que quieras. La opinión de un tipo cómo tú me tiene sin cuidado. Amor vámonos.

— Está bien. — Fabi tomó sus cosas, antes de poder cruzar la puerta Byron tomó su mano.

— Casarte con el será el peor de tus errores. No serás feliz. — Fabiola lo vio unos segundos, en sus ojos pude ver las dudas que tenía. Tal vez también ella piensa que ésto es un error.

— El peor de mis errores fue amarte. — Le dijo ella y jaló su mano. — Nunca más vengas.

— — —

Ya están pasando de las ocho de la noche, y Byron no regresa a casa. Violeta está muy preocupada, y muy enojada también. Ella está esperando en su habitación. Pasa una hora más y escucha ruidos en el pasillo. Adalet viene con el.

— ¿Te lo llevaste a tomar? — Pregunta Violetta muy molesta. A lo que Ady se pone todavía más molesta.

— Yo, lo único que hice, fue asegurarme de que llegará bien. — Ella lo lleva adentro y lo deja sobre la cama. — Encárgate de ahora en adelante. — Le ordena Adalet a su cuñada. Violeta le quita los zapatos, la camisa.

— ¿Cómo se te ocurre ponerte borracho?

— No puedo soportar que esté embarazada.

— ¿Estás hablando de tu ex? ¿Te pusiste así por ella? — Violeta se molesta mucho. Continúa reclamado pero Byron no responde. Se queda dormido.

A la mañana siguiente Byron se despierta con mucho dolor de cabeza. Violeta no está a su lado, se pregunta que hizo la noche anterior. Si dijo algo que pudiera molestar a su novia. El se levanta y abre las cortinas de su habitación, ve a su prometida en el jardín, caminando de un lado al otro.

El se baña, se cambia y baja a buscar una pastilla para el dolor. Mientras está en la cocina llega Violeta. Quién no tiene un buen aspecto en el rostro.

— ¿Dormiste bien? — Pregunta Byron.

— ¿Cómo dormirás tu si durante toda la noche cuidas de una borracha?

— Lo siento mucho.

— ¿Hay algo más por lo que quieras disculparte?

— ¿Hice algo incorrecto?

— Dijiste algo que no quería escuchar.

— ¿Qué cosa?

Violeta lo piensa una y otra vez, quiere decirle que el habló de cancelar la boda. Sin embargo se niega a decirle.

— Dijiste que no quieres ser papá todavía. — Byron internamente suspira.

— ¿Eso dije?

— Si. Espero que en el futuro cambies de opinión. Yo si quiero tener hijos. — Ella lo abraza.

— Claro que sí. En el futuro los tendremos. — Le dice el muy convencido. Adalet ve lo que está pasando y nuevamente se decepciona. De los dos, de una por no querer aceptar la realidad, y del otro por seguir mintiendo.

.....

Fabiola está dormida todavía. Liam que se quedó a su lado toda la noche le da un beso.

— No te quiero perder. — Susurra en su oído.— Byron no te merece. Yo si te amo de verdad. — El se acerca para besar sus labios. Y justo cuando los pega ella despierta.

— Amor no me he cepillado los dientes. — Le dice ella medio adormilada.

— ¿Y eso qué? Tus labios siempre saben bien.— Liam de nuevo la besa. Ahora Fabi le corresponde. El continúa explorando la boca de ella, el beso se vuelve más apasionados y Liam baja sus labios a la clavícula de ella, mete su mano entre su blusa y toca sus pechos. Fabiola al sentir las manos de el en ese lugar lo aleja.

— Creo que ya debería levantarme.

— ¿Y si nos quedamos en la cama? — Le pide el algo ansioso.

— No. Tenemos que ir a trabajar. — Dice Fabiola y se levanta.

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