Y me rechazó.

...Minutos antes. Fabiola....

William vino a felicitarme, es doctor de mi abuelo, y se ha convertido en un buen amigo. También se lleva muy bien con Liam.

— Te ves hermosa Fabi.

— Gracias. Pensé que no tenías tiempo hoy.

— ¿Y perderme tu fiesta de compromiso?

— Yo creó que tenías otras intenciones al venir. — Observé a mi amiga, y el sonrió dulcemente.

— Ella me gusta mucho.

— ¿Ya le dijiste?

— Si. Y me rechazó.

— Lo siento.

— No te preocupes. ¿Dónde está tu prometido?

— Fue a saludar, mira ya viene.

— William. — El y Liam se saludaron con un apretón de manos. — Qué bueno que pudiste venir.

— Tuve que reagendar citas. Pero aquí estoy. — Ví que Adalet salió de la fiesta, se veía algo molesta. William también la vió.

— Me salió algo de imprevisto. Creó que me iré ahora.

— Cuida el corazón de tu paciente. — Le dije con una sonrisa, el entendió perfecto a lo que me refería, sonrió y se fue tras Adalet.

— No sabía que era cardiólogo.

— Los hombres enamorados son de todo un poco.

— ¿William está enamorado? — Liam parecía sorprendido.

— Eso parece.

— ¿De quién?

— No te lo diré. Esa información es clasificada.

— Vaya. Soy tu prometido y ni así me compartes secretos.

— Lo siento, pero una cosa es el amor que te tengo y otra los secretos de mis amigos. — Liam me observo con algo de incrédulidad. — ¿Por qué me miras así?

— ¿Cómo te estoy viendo?

— Olvídalo.

— Fabi. — El me abrazó y nuestros labios quedaron muy cerca.

— Dime.

— Te amo.

— Yo también. — Le dí un cortó beso. Al separarme sentí una mirada pesada sobre mi, supuse de quién se trataba y preferí ignorarla. Mi padre se acercó a nosotros y me invitó a bailar, yo acepté y me fuí con el. Mientras bailaba el preguntó si estoy segura de lo que acabó de hacer.

— ¿Hablas del compromiso?

— Si.

— Estoy enamorada. — Mi padre me vio cómo si no me creyera.

— ¿Estás enamorada, o estás fingiendo estar enamorada?

— Liam es un gran hombre.

— Y tú una gran mujer, eres hermosa, inteligente y trabajadora, cualquier hombre se sentiría dichoso junto a ti. — No cualquiera. Byron no se sentía de ese modo.

— ¿No te agrada mi prometido?

— No es que no me agrade. Simplemente estoy preocupado. Habiendo tantos hombres, ¿por qué tiene que ser Liam?

— Por qué es Liam.

— ¿Qué clase de respuesta es esa.?

— Papá yo sé que hay muchos hombres, pero ninguno es cómo el. Liam me hace sentir que soy lo mejor de su vida, me da detalles incluso cuándo no es un día que yo consideré especial, siempre respeta mis decisiones sin importar si está de acuerdo o no, y siempre ha estado a mi lado, no le importa si es sólo como amigo, o novio. Nunca voy a considerar a otro hombre más que a él.

— Yo entiendo que lo quieras mucho, pero el cariño no es suficiente en un matrimonio. Hay cosas que son importantes.

— ¿Qué cosas? ¿el sexo?

— Aunque lo digas en ese tono si es importante.

— Según mi madre, tú y ella tenian uno bueno, pero nunca se casaron. — Reproche algo molesta.

— No la quería condenar a un matrimonio con un fugitivo.

— ¿Amas a mi madre?

— Porsupuesto, ella es la única mujer a la que he amado.

— ¿Qué hay de la señora Belén? ¿Nunca sentiste nada por ella.

— Ella es hermosa, y me gustaba mucho, pero si yo la hubiera amado nunca le hubiera hecho daño, y si lo hice.

— ¿Entonces por qué...?

— No quiero que sigas hablando de mi vida. No vamos a comparar estás situación. Tú eres mi hija y quiero tu felicidad.

— Yo estoy segura de que esa felicidad está al lado de Liam.

— Si de verdad piensas así está bien. No voy a interferir más en tus asuntos.

— Gracias papá.

— No me agradezcas. Eres una adulta. Tú debes tomar tus decisiones. Yo sólo intentó que no te equivoques.

Luego de la plática con mi padre, llegó mi madre. Se perdió más de la mitad de la fiesta.

— Hija perdón, el vuelo se atrasó y... — Cuándo vió a mi padre sus ojos se iluminaron. Se puso algo tímida con el.

— Hola Jaqui. — Saludó mi padre.

— Hola. — Ella fue un poco más seca.

— ¿Me harías el honor de bailar conmigo? — Mi padre le extendió la mano, y ella algo nerviosa la tomó. Luego fueron a bailar y noté cómo se miraban. Creó que ambos siguen enamorados, y ninguno dice nada.

— Me gustaría que tus ojos me mirarán cómo tú madre mira a tu padre. — Liam me rodeó con sus brazos.

— Un día te veré así. — Me dí la vuelta y lo abracé también. Si algo disfrutó mucho es que el me tenga en sus brazos. Escuchar su corazón y sentir su calor.

— ¿Ya pensaste en una fecha para la boda?

— Aún no...

— Tal vez nunca tenga una fecha. — Dijo Byron detrás de Liam. El me soltó y lo vio a la cara. — ¿Por qué querría una fecha si no se quiere casar contigo? — Liam apretó la mandíbula, y su agarré hacía mi se estaba volviendo más fuerte.

— Deberías irte. — Le dije a Byron.

— ¿Por qué debería? Yo fui invitado.

— Tu familia fue invitada. Pero tú no.

— No te recordaba siendo tan descortés.

— No te recordaba siento tan idiota.

— La gente cambia.

— Lo mismo digo.

— Amor. — Llegó la prometida de el. — Estoy cansada. ¿Nos vamos ya?

— Claro. — El le dió un pequeño beso. — Fue una fiesta agradable. Pero ya nos retiramos.

— Felicidades por tu compromiso. — Dijo su prometida.

— Gracias.

— Ojalá que sean muy felices. — Byron no parecía sincero al desearme felicidad.

— Claro que lo seremos. — Abracé a Liam. — Encontré a la persona indicada, y es por eso que seré feliz. — Byron sonrió con amargura. Luego se fue con su novia.

— Gracias por darme mi lugar.

— Siempre lo haré.

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