Capitulo VIII

Narra Mía

Entre y me quedé parada cerca de la puerta, lord Whitesnake estaba sentado cerca del escritorio y el archiduque estaba parado frente a la ventana por lo que puedo ver el es rubio y debe medir como un metro noventa

Lord Whitesnake al verme me dió una mirada triste, mientras que yo solo le regale media sonrisa, cuando iba hablar escuché la voz de él

Noah: Matías ya te puedes retirar

Matías: Con su permiso su excelencia

Lord Whitesnake se acercó a mi y hizo una reverencia y después se marchó así que el lugar se sumergió en un silencio hasta que me arme de valor y hablé

Mía: Perdón su excelencia pero no entiendo para que me mandó a decir que viniera

Noah: Se puede saber por qué no estabas aquí

Mía: No sabía que usted llegaba hoy, por eso decidí salir

Noah: Así yo no estuviera aquí tu deber como mi esposa es quedarte aquí

Mía: Lo siento pero eso no me parece justo, al igual que usted tengo derecho a salir

Noah: Desde ahora en adelante tienes prohibido salir

Mía: ¿Como?

Noah: Que desde ahora en adelante tienes prohibido salir

Mía: Usted podrá ser mi esposo y el señor de esta casa pero no tienes el derecho para tenerme encerrada aquí

Noah: Claro que sí soy tu esposo

Mía: Acaso no leyó el contrato que usted firmo cuando decidió casarse conmigo, por qué yo si lo leí

Él al escuchar lo que yo dije se dió la vuelta y ahí es donde pude verlo, tiene unos hermosos ojos azules que enamoran a cualquiera además de algunas pecas alrededor de la cara y unos labios que te incitan a pecar

Me quedé tan hipnotizada al verlo que no supe en que momento el llegó hasta donde estaba yo

Noah: Oye te estoy hablando

Mía: ¿Que?

Noah: Te estaba preguntando ¿que es lo que dice el contrato ?

Mía: Me puedo sentar

Noah: Si

Tome asiento y después lo mire

Noah: Ahora sí me puedes decir

Mía: El contrato de matrimonio dice qué tengo los mismos derechos que usted, así que usted no me puede prohibir que salga

Noah: Maldito

Mía: Bueno yo me retiro

Noah: ¿Quien te dijo que te podías ir?

Mía: Bueno pensé que ya me había dicho todo lo que tenía que decirme

Noah: Pues no, ¿Quien te dió el derecho de cambiar mis cosas?

Mía: Pensé que como ahora era la señora de la casa podía

Noah: Pues te equivocas está casas es mía y si yo digo que aquí no se hace nada

Mía: Yo también vivo aquí que no se te olvide

Noah: Para mí desgracia

Mía: Bueno si eso era todo lo que tenías que decirme entonces me retiro que tengas una linda tarde

Me levanté de ahí y estaba por salir cuando el volvió hablar

Noah: Ví el reporte de todo lo que has hecho durante estos 4 meses y note que no has gastado mucho dinero

Mía: Lo que pasa que me gusta ahorrar

Noah: Y si no has usado dinero del archiducado ¿como haces para donar cosas al orfanato?

Mía: Tengo mis negocios al igual que tú

Noah: ¿Que negocios?

Mía: Lo siento pero no puedo decirte

Salí rápido de ahí antes de que ese idiota se le diera por preguntar más cosas

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