Una noche agitada

Estrella

Ese mismo día de la visita de mi hermano por la noche todo estaba tranquilo, era una noche despejada, sin nubes, solo se veían las estrellas y la hermosa luna qué alumbraba afuera, era hermosa esta noche.

Mi guapo prometido me acompañó a mi habitación, ahora no estoy en el área de invitado, estoy en la mansión principal, eso es más cerca de Daniel, dijo que es para estar más cerca uno del otro, la verdad nuestra relación poco a poco está mejor, y cada día que pasa me enamoro más de él.

Hoy lo llame por su nombre, sin el señor o Duque, y me encanta como suena mi nombre en sus labios, tanto que deseo lo diga en la intimidad, deseo estar en su brazo, qué me haga suya de una buena vez, los besos ya no son suficientes y me muero de ganas por sentir sus caricias y sus besos por todo mi cuerpo.

Ente más paso el tiempo con él, más me cuesta el controlarme, y no sé si llegue hasta los siete meses que faltan para la boda, algo dentro de mí necesita sentir esa cercanía de su cuerpo, de su calor.

Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando la venta de mi habitación se abrió y una sombra obscura completamente de negro se acercó ami de manera amenazante.

Fue muy tarde cuando me di cuenta que lo tenía en la espalda.

-Hermanita, pero mira nada más que bien te ves en tus ropas de dormir, no sabes cuantos años espere para poder tenerte en mis brazos, hoy te enseñaré lo que es un verdadero hombre, y me suplicaras qué siga haciéndote mía una y otra vez.

-que haces aquí, alejate de mi no me toques o gritare.

-Inténtalo, no creo que los guardias despierten en mucho tiempo.

-Qué hiciste

-Nada, solo les di un buen sueño por digamos, toda la noche, así nadie en el pasillo te escuchará gemir mi nombre.

-Estás loco, aléjate de mí, no me toques.

Aunque hacía de todo por alejarlo no podía, su fuera era mayor a la mía, y aunque he entrenado me falta fuerza, mi maestro siempre lo ha dicho, no logro soltarme de sus sucias manos, y ha comenzado a desgarrar mi ropa yo solo puedo gritar y rogar a los dioses qué me ayuden qué alguien en esta enorme casa me escuche y me salve de este sucio ser.

-No suéltame, déjame no me toques.

Por más que grito y pido auxilio nadie viene y ya me tiene desnuda, él se quita la ropa, me tiene amarrada a la cama, no sé cómo ni en que momento lo hizo, solo sé que sentir sus manos en mi cuerpo me da asco, me da miedo y por más que intento cerrar las piernas no puedo.

-Basta deja de luchar, nadie vendrá a ayudarte, deja de pedir ayuda, todos están dormidos.

-No, déjame yo no quiero yo solo puedo ser de Daniel, solo Daniel puede tocarme.

-Daniel, Daniel, solo escuchar su nombre me llena de rabia, el pensar que él pudo haberte tocado antes, qué te hayas entregado a él y gemidos para él me llena de rabia, pero sabes sé que sigues siendo pura, virgen y yo seré tu primer hombre.

-No, déjame no me toques no se acerque.

Por más que quiero luchar no puedo, es como si poco a poco me quedara sin fuerzas, y no sé que más hacer qué no sea gritar por ayuda.

En eso la puerta se abre de golpe y solo puedo ver de lejos el otro de mi amado Daniel y un gran grupo de guardias y estos no son del Ducado son del palacio. Yo ya no pude más y caí desmayada en cuanto vi a Daniel me sentí a salvo y supe que todo estaría bien.

Daniel.

Estaba en camino a palacio con un grupo de guardias de ahí, me fueron a buscar de imprevisto porque al parecer había algunos bandidos cerca y era el más indicado para el trabajo, pero algo me decía que debía volver y como si fuera un sueño o algo extraño, escuche gritar a Estrella por ayuda, así que no lo pensé dos veces y les pedí regresar a mi casa, ahí vi a todos los guardias y sirvientes como desmayados, y en algunos lugares algo como latas o botellas de vidrio con algo dentro, al olerlo veo que es un somnífero potente, y justo hoy vino el hermano de mi Estrella, así que no lo pensé dos veces y fui corriendo a su habitación, ahí la vi a ella, atada a la cama con su ropa rota y su hermoso rostro empapado de lágrimas, en sus bellos ojos solo vi terror y no lo pensé dos veces me abalance sobre el infeliz qué seguía intentando entrar en su intimidad.

-Suelta a mi mujer infeliz.

En cuanto escucho mi vos dio la vuelta y como loco comenzó a reír.

Solo pude darle unos golpes, ya que los guardias me detuvieron y les pedí lo arrestaran, además de ponerle unos grilletes, no una soga, tenían que ser grilletes y una cadena atada del cuello, pues y manos, así no podrá escapar, mi hermosa Estrella estaba desmayada y solo pude desatará y cubrirla con una sabana, le pedí a uno de los guardias qué fuera por un médico, necesito saber si el muy infeliz le hizo daño, más del que yo veo, el dizque hermano estaba en un carruaje con rejas, ese lo llevábamos para los bandidos, ahora veo que solo era una falsa alarma para alejarme de casa y que pudiera entra a hacerle daño a Estrella.

El médico no tardó en llegar y por suerte era una mujer, y procedió a revisarla, además de las lecciones en las muñecas y pies y algunas uñas rotas por haberse defendido no había más daño, pero el trauma era fuerte así que la doctora me recomendó mucha paciencia y sobre todo amor, que eso le ayudaría a salir adelante.

La deje en mi habitación para que durmiera, ya que le habían dado algo para dormir bien, espero y no tenga pesadilla, los guardias se llevaron al hombre al palacio para ser encerrado en los calabozos.

Ahora solo queda esperar que despierte Estrella y no me rechaze, tantos meses de convivencia se pueden venir abajo por culpa de ese mal nacido.

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