"¿Esto es realmente oro?" preguntó Clara sorprendida, sus ojos también se fijaron en la etiqueta de precio adjunta a la carta, lo cual la conmovió profundamente. Su sueldo estaba lejos de ser suficiente.
"¿De dónde sacaste este dinero?" Clara se maravilló ante la vista del costoso oro.
"No te preocupes de dónde vino el dinero. Compré este oro con dinero legítimo, no de un robo", dijo Charzo con una sonrisa.
Clara miró a Charzo con ojo escéptico. Le parecía muy extraño; ¿de dónde podría haber encontrado Charzo el dinero si no trabajaba?
"No es posible que... ¿seas un narco, verdad?" preguntó Clara, afilando la mirada hacia Charzo.
"Dios mío, cariño, ¿en qué estás pensando?" Charzo le dio un golpe en la frente a Clara.
"¡Ay! ¡Eso duele! Entonces dime, ¿de dónde sacaste el dinero?" preguntó Clara, sin saciar su curiosidad.
"Deja eso, no necesitas saberlo. Solo úsalo", le dijo Charzo.
"Si no me lo dices, entonces me niego a usar o aceptar este regalo tuyo", dijo Clara, poniéndose de pie y cruzándose de brazos enojada.
"Vamos, siéntate de nuevo", persuadió Charzo a su esposa a que se sentara en la cama. "Si te dijera que esto proviene de vender mi videojuego, ¿me creerías?" Charzo preguntó, mirando a los ojos de Clara.
"¿Un juego? ¿Tú puedes hacer juegos?" preguntó Clara.
"Sí, y he ganado algo de dinero. ¿Qué te parece si nos mudamos a un lugar de alquiler? Al menos tengo algo de dinero, y tú podrías comenzar un pequeño negocio, así no tendrías que trabajar así," sugirió Charzo.
"¿Estás hablando en serio? ¿Cuánto dinero tienes? Me preocupa que si nuestro negocio no despega, terminemos de vuelta aquí," se quejó Clara.
"No, esta vez tengo suficiente para garantizar que podamos iniciar un negocio y obtener buenas ganancias. Estoy decidido en esto, podemos construir algo propio," Charzo la tranquilizó. Pero Clara dudaba, temía dejar la casa de su madre y tener que regresar, aumentando la animosidad hacia su familia.
"¿Estás seguro?" preguntó Clara, mirando a Charzo.
"Sí, absolutamente seguro. ¡Mañana empezaré a buscar nuestro nuevo lugar y averiguaré qué tipo de negocio sería bueno para ti, ¿de acuerdo?" declaró Charzo.
"Bueno entonces, simplemente lo aceptaré," dijo Clara resignándose. Charzo caminó hacia la mesa, tomó una caja y se la entregó a Clara.
"¿Y esto qué es ahora?" preguntó Clara mientras la aceptaba, abriendo la caja y sonriendo.
"Vaya, estos zapatos son tan bellos, gracias. Últimamente me estás regalando cosas con mucha frecuencia", dijo Clara, probándose los zapatos que le quedaron perfectamente.
"Siempre que tenga dinero, seguiré comprándote cosas. Antes, cuando no tenía nada, no podía darte nada", explicó Charzo.
¡Pam!
Un beso aterrizó en la mejilla de Charzo, y eran como una pareja en pleno éxtasis de un nuevo amor.
***
La mañana había llegado y muy temprano Charzo estaba preparando el desayuno para, después de terminar con todas sus tareas, poder salir a buscar su nuevo hogar.
"¡Clara! No salgas hoy", dijo Lena, viendo cómo Clara se preparaba para ir a trabajar.
"¿Qué pasa, mamá?" preguntó Clara, perpleja.
"No preguntes por qué, solo quédate en casa hoy", insistió Lena.
"¡Charzo! Ve al mercado y compra los víveres", le ordenó Lena.
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