YA NO MÁS

Salí del cuarto del piano, yo esmerada en mi arreglo hasta me maquillé y no lo notó pero me dijo que buscará a Manuel, es tan tonto que ni se da cuenta, le di una bofetada y salí corriendo a mi cuarto y lloré pero al levantarme fui al baño y me vi al espejo me dije "YA NO MÁS" llore hasta las cuatro de la mañana y me puse mi bata después me quede dormida.

Me quede estático cuándo me dio la bofetada, verla así me excito quise detenerla y decirle cuánto la amaba, hacerle el amor pero mi orgullo fue mayor y deje que se fuera, siempre que abro la boca con ella es solo para hacerla sentir mal, jamás me ha gustado lastimar a las mujeres pero no se que me pasa con ella que actúo como un maldito miserable, fui a ducharme y mi amigo estaba más caliente que el mismo infierno, agua fría me dije; después de ducharme me quede profundamente dormido pero desperté cerca de las 4 de la mañana, iba al baño pero me quede tras la puerta de Elena y la oí llorar seguía llorando por lo que le dije pero ¿por qué?, se supone que ama a Manuel mañana le pediré una disculpa y me olvidaría de todo "YA NO MÁS" me dije vendré solo lo indispensable a bañarme, cambiarme de ropa y volver a irme era lo mejor, ella vería libremente a Manuel y yo esperaría el término del año para el divorcio y regresar a Dubai... Eran las 10:30 de la mañana y Cornelio entró a mi cuarto para despertarme.

Cornelio: Señor, señor, ¿no irá a trabajar?

Arturo: ¿Qué hora es?

Cornelio: Son las 10:30 de la mañana señor.

Arturo: Me daré un baño que me preparen algo ligero ¿mi esposa se despertó ya.

Cornelio: Aún no Fiorella dijo que se le miraban los ojos hinchados como si hubiera llorado mucho.

Arturo: Déjala dormir has lo que te pedí por favor.

Cornelio: Si señor.

Arturo: ¿Algo más?

Cornelio: Señor no se si molestarle con estas cosas.

Arturo: ¿Qué pasa?

Cornelio: Se trata de Azucena.

Arturo: Cornelio tú tienes esos asuntos en tus manos has lo que mejor te parezca.

Cornelio: Señor es que se trata de su esposa.

Arturo: ¿Qué pasa con ella?

Cornelio: Azucena es mi grosera y muy igualada, le ha faltado al respeto.

Arturo: ¿Dime que ha pasado?

Cornelio le ha contado todo lo que Azucena le a dicho a Elena y lleno de furia se metió al baño y dijo que el se haría cargo y así fue.

Mientras tanto en la constructora, Ricardo no se atrevía ni a salir y mucho menos hablar con Sofía estaba avergonzado y Bernardo burlándose de él.

Ricardo: De verdad eso hice.

Bernardo: Debiste ver tu cara de adolescentes celoso fue de antología.

Ricardo: No me atrevo ni a darle la cara a Sofía.

Bernardo: Tarde o temprano la tendrás que llamar, te dejo y ten valor me voy a mi oficina con permiso.

Estaba resuelto a pedirle una disculpa cuando ve llegar a un mensajero que se le acerca.

Muchacho: Disculpe ¿la señorita Sofía Lozano?

Sofía: Soy yo.

Muchacho: Esto es para usted ¿me firma de recibido?

Sofía: Si claro.

Margarita: Apuesto a que son del señor del Villar.

Sofía: Son hermosas.

Margarita: Espero que hayas llegado a tu trabajo y espero te gusten las rosas besos princesa háblame si quieres que pase por ti ¡que tierno y que detalle!, llámalo.

Sofía: Lo haré más tarde esta bien.

Margarita: Pero le hablas no lo dejes esperando tanto tiempo no vemos.

Margarita se fue a su lugar y se oyó una puerta que se azota... Sofía se sintió emocionada y Ricardo estaba lleno de celos y caminando de un lado a otro en su oficina.

En la mansión bajo Arturo muy enojado hasta la cocina dónde estaban los empleados llego y jalo a Azucena.

Azucena: Por favor Arturo no me jales me lastimas.

Arturo: Agarra todas tus cosas y te largas de aquí nadie óyelo bien nadie traspasa la autoridad de mi esposa ella es la dueña y señora y es quien da las órdenes Cornelio dale el dinero que le corresponde y no le des carta de recomendación sigan con lo suyo con permiso.

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