Mi Nirvana
El bullicio de la ajetreada ciudad J reposa en una pequeña cafetería conocida por sus deliciosos pasteles. Clayus, por su parte, visita esa cafetería todos los días con la intención de verla aunque sea de lejos y por un instante. Así es, hablamos de Emily, una chica ordinaria y realmente hermosa que cautivó a Clayus con un amor a primera vista. Allí está tomando una taza de café en un balcón de aquella cafetería, siendo observada detalladamente por Clayus desde sus labios ligeramente mojados por cada sorbo que da, hasta cada cabello de su cabeza iluminados por la luz del sol haciéndolos ver como finos hilos de oro que van de la mano con esos ojos color celeste que brillan al ver esa rebanada de pastel. Mientras Clayus la admiraba, las palabras de una voz masculina le hicieron salir de su burbuja.
- Quiero ser su perro, eso es lo que dice tu cara amigo - dijo en son de burla a su mejor amigo Eliot.
- Es así como le hablas a tu jefe - dijo Clayus fulminando a Eliot con la mirada.
- Jajaj amigo - palmeando su espalda - no estamos en la oficina, así que técnicamente no eres mi jefe.
Clayus lo miró fijamente soltando un suspiro
- no tienes remedio.
- Fuera de sí tengo remedio o no. ¿Por qué no le hablas en vez de verla desde lejos como loco acosador? Hablo en serio, desde que supiste que este lugar estaba en su horario, vienes todos los días a este café solo para verla. Haces esto desde hace tres meses, no le has regalado ni una rebanada de postre, al menos no de forma directa.
Clayus, con la mirada perdida y las pupilas bien dilatadas, guardó silencio un instante mientras en sus retinas estaba el reflejo de una sola mujer. Respondió...
- Eliot, ella es hermosa y seguro lo sabe. Mírame, soy ordinario, tez morena, cabello plateado y ojos negros. Si me le acerco, quedaré paralizado haciendo el ridículo. Me rechazará de seguro. Además, estoy con Camile. Mejor la miro de lejos mientras come postre gratis.
- Oye viejo, no seas negativo. Puede que seas su tipo y te equivocas. Eres un hombre muy apuesto, la piel morena es también hermosa. Es más, si fuera Camile, ya te habría amarrado con un hijo. Pero claro, como a ella solo le interesa el dinero, de todos modos, ¿por qué sigues con ella?
Clayus, restándole importancia a las palabras de su amigo, respondió:
-Lo sabes bien, el abuelo odia esos rumores
Eliot, un poco divertido, recordó:
-Cómo olvidar la vez que casi nos mata cuando creyó que éramos pareja
Clayus, un poco irritado, respondió:
-Eso fue tu culpa, maldito borracho
SEMANAS DESPUÉS
Mientras Clayus revisaba unos papeles, Eliot tocó la puerta de madera que obstruía el paso hacia el despacho donde se encontraba Clayus.
"TOC TOC"
Clayus, con desinterés, respondió: "Adelante", mientras dirigía su atención con lentitud a Eliot, quien se le acercó con una pila de papeles un poco sombrío.
-Necesito que firme estos documentos para antes del almuerzo. También le informo que su primo Alek se casará mañana. Esta es la invitación. Aunque nuestra relación no sea buena, le sugiero que prepare un buen regalo...",
Clayus, sarcástico, respondió: "¡JA! Así que ese infeliz se casa. Me pregunto quién será la pobre mujer que cayó en sus garras".
Eliot, soltando un suspiro, respondió: "Espero de corazón que en verdad la ame. Todas sus relaciones terminan en problemas legales por culpa de su machismo...".
Clayus, entendiendo la preocupación de Eliot, respondió: "Ahora entiendo por qué traías esa cara. Te preocupa la víctima de ese bueno para nada...".
Eliot, con cierta combinación de rencor y nostalgia en su voz, respondió: "...bueno, sí. Recuerde que una de ellas fue mi hermana...".
Clayus, recordando que ella lo amaba, respondió:
-Pero ella lo amaba. Por eso se fue del país y olvidó el asunto. Deberías hacer lo mismo
Eliot, entendiendo la postura de Clayus, respondió: -Entiendo, señor, pero me da impotencia... Le veo en el almuerzo.
La hora del almuerzo llegó y Clayus apenas terminó su papeleo. Fue directo a la cafetería con la esperanza de ver a la rubia, ya que se había ido a un viaje de negocios y no pudo verla por casi dos semanas. Pero al llegar, notó que no estaba, así que preguntó a la dueña
- Disculpe, ¿pero la chica rubia que suele tomar café y pastel en ese balcón...?
La dueña, pensativa, respondió: - Oh, ¿te refieres a Mily?
Clayus, ansioso, preguntó: - ¿Ella sabe si vendrá hoy o si vino a una hora más temprana?
La dueña, pasándole un sobre, respondió:
-Toma esto
Clayus, un poco impaciente, preguntó:
-¿Qué es esto?".
-Bueno, la otra vez me pagaste por una semana de postres porque no ibas a estar aquí, pero Mily solo vino 3 días. Ya que un chico de más o menos tu altura se la llevó, desde entonces no le he visto más en ese sobre. Está tu... - Interrumpida -
alterado-un chico..¿cómo que un chico se la llevó?¿y si la secuestraron?
Tranquilo nene, tal vez era su novio. Los vi irse de la mano.
- ¡¿Qué?! - Perdiendo los estribos.
- Oye, es tu culpa por no hacer nada más que comprarle pasteles y mirarla como a un tonto desde lo lejos. Eres mucho más guapo que el tipo que se la llevó...
Clayus salió muy consternado del café, esperando que la chica estuviera bien. Así que decidió investigar el asunto y quién mejor que Kazu, un viejo amigo de la familia, por cierto el mejor detective del país. Con su ayuda, la encontraría en un par de horas. Sin embargo, fue grande su desilusión cuando Kazu le dijo que tendría información para él en 2 días, pues era como si hubieran borrado su rastro. Faltaban unas horas para la boda de su primo y no dejaba de pensar en la rubia. ¿Qué pasó con ella? Sin duda, nunca encontraría la respuesta desde su sofá. Así que, aunque se perdió la ceremonia de su primo, decidió ir al banquete para despejarse. Al llegar al lugar, estaban sus abuelos, el padre de su primo, así que los saludó como es debido
- "Abuelo, abuela, tío, buenas tardes. Felicidades por la boda. Deseo que tengan muchos nietos".
Abuela: Pero qué descarado, Clayus. No asististe a la ceremonia, es la parte más importante. Aun así, Alek estará feliz de verte aquí.
-Pido disculpas por eso, me surgió algo.
Tío: Aunque te criaste con tu madre, no tienes modales. No saludaste a mi esposa.
- Tono burlón - Disculpe tío, pero como es tan joven, creí que era su "nueva" secretaria. Y como se divorció hace menos de una semana...
-¡Tú malcriado!
Abuelo: - Con dolor de cabeza - Ya basta ustedes dos. Es un día de fiesta, no querrán arruinarlo con una de sus estúpidas escenas.
Los invitados comenzaron a llegar. Pronto comenzaron las nupcias, anunciando la llegada de los recién casados. Todos aplaudían con cada paso que daban los novios, incluido Clayus, quien lo hacía por mera formalidad. Aunque el velo tapaba a la novia, para Clayus esa silueta era muy conocida. Quería saber si esas sospechas que apachurraban su corazón eran concretas. Por eso, fue directo a la mesa de los novios para felicitarlos. Puso la mejor cara que pudo, pero entre más se acercaba, más se desangraba su corazón, pues la novia al lado de su primo era la rubia del café.
Abrazó a su primo - "Felicidades, te deseo lo mejor. Tienes una esposa muy linda" -.
Abrazó a la rubia, ahora esposa de su primo. Pudo sentir su perfume, era delicioso, pero se apartó enseguida, pues su cuerpo era tan pequeño y blandito que creyó que rompería.
- No dejes que este idiota te intimide.
Fue lo único que pudo decirle a la chica antes de que su garganta se cerrara por el nudo que tenía atorado. Alek respondió el saludo muy orgulloso
-Gracias, Clayus-
Esto mientras le dio un codazo a la rubia, quien solo miraba hacia abajo. Al sentir el golpe, esta levantó la mirada para agradecer,pero sus ojos estaban sin ese brillo especial de una novia, lo cual era muy raro. Y fue aún más raro que su voz se escuchara leve y seca, como si contuviera el llanto
- acias
Fue lo único que se escuchó, para luego bajar la mirada. Clayus no paraba de pensar en esa escena, a pesar de que habían pasado 3 meses desde aquel día. Conociendo a su primo, no era raro que la rubia no fuera más a la cafetería. Aun así, visitaba el lugar todos los días y miraba aquel balcón en el que alguna vez se sentó la rubia, con la esperanza de verla aunque sea una vez más.
La puerta de la oficina es tocada por Eliot.
-Adelante.
-Mmm... Clay, creo que deberías ir a casa, amigo. Mira la hora, son pasadas las 11 y ya todos los empleados se han ido.
-sin ningún interés- Puedes irte también. Hoy no iré a casa, ya es muy tarde. Dormiré aquí.
-preocupado- Entonces... ¿te acompaño? Prepararé un café.
Mientras el pelimorado preparaba café, Clayus soltó un suspiro, hizo a un lado sus papeles y habló.
- ¿De qué querías hablar?
- ¿Disculpa?...
- Preparas café cuando tienes algo en mente.
-nervioso- ¿Qué tiene de raro tomar café con mi mejor amigo? No hace falta que...
- Te conozco como a la palma de mi mano. Habla de una vez.
-rostro sombrío- Clay, me preocupas. Estás así desde... -dudoso-
-cierra los ojos y los abre, soltando un suspiro- la boda...lo admito, me afectó mucho. Sé que te preocupas por mí, pero mañana es la cena familiar y necesito mantener la mente ocupada para estar sereno en la cena cuando la vea.
-amargo- Lo siento mucho.
-con el corazón pesado- Nada que lamentar. Lo que pasó, pasó. No hay nada que se pueda hacer. Si ella lo ama, está bien. Siempre y cuando sea feliz, no me quejaré.
-Pero ella... No me da confianza que una frágil chica como ella esté con ese... bestia.
- Ya basta. Iré a dormir.
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