Los negocios sucios

Valentina se sumergió en los negocios de la familia con una dedicación que impresionó incluso a los miembros más experimentados de la organización. Sabía cómo hacer que las cosas funcionaran y su intuición para los negocios se demostró en sus primeros meses al mando. Pero en la mafia, los negocios nunca eran limpios. Había siempre un precio que pagar y Valentina sabía que tenía que estar dispuesta a hacer lo que fuera necesario para mantener a su familia a salvo y en lo más alto.

Mientras se encontraba en su oficina, uno de sus hombres entró apresuradamente y le entregó un archivo. Lo abrió, y lo que encontró la hizo estremecerse. Era una lista de nombres y cantidades, todos relacionados con negocios ilegales y peligrosos.

Valentina se puso en pie y miró al hombre fijamente. "¿De dónde has sacado esto?" El hombre bajó la cabeza.

"Lo encontramos en las pertenencias de un miembro de la familia de una banda rival, después de una redada". Valentina frunció el ceño. Sabía que la mafia tenía sus propios negocios sucios, pero esto era diferente. Había un nivel de crueldad y depravación en la lista que le hacía sentir enferma.

Tomó una decisión inmediata. "Reúne a los hombres. Vamos a resolver esto ahora mismo".

Juntos, ella y sus hombres recorrieron los lugares en la lista. Los miembros de la banda rival se resistieron, pero no pudieron hacer frente a la superioridad numérica de la familia de Valentina. Se enfrentaron en violentas peleas, y algunos miembros de la banda rival fueron gravemente heridos. Finalmente, llegaron a un lugar en la lista que les dejó horrorizados. Se trataba de un local donde se traficaba con personas, especialmente mujeres y niños. Las mujeres estaban desnudas y drogadas, y los niños estaban atados y encerrados en jaulas.

Valentina se acercó y vio el horror en los ojos de las mujeres. Sabía que tenía que hacer algo. Ordenó a sus hombres que rescataran a las víctimas y que detuvieran a los traficantes. Y ella misma, con su ira encendida, golpeó al dueño del lugar hasta dejarlo inconsciente. Cuando la policía llegó al lugar, Valentina ordenó de que la organización se asegurara que no hubiera testigos. Sabía que si la policía descubría lo que habían hecho, la familia estaría en peligro.

De regreso en su oficina, Valentina se sentó con los hombres que la habían acompañado. Estaba exhausta, pero también se sentía orgullosa de haber hecho algo bueno en un mundo lleno de maldad. Pero la sensación de triunfo fue efímera, ella sabía que la mafia seguía siendo un mundo oscuro y peligroso y que los negocios sucios siempre estarían presentes. Sabía que tenía que estar preparada para cualquier cosa y que su familia dependía de ella para mantenerlos a salvo.

Valentina se enfrentaba a una elección difícil: seguir adelante con la mafia, a pesar de su conciencia, o abandonar todo lo que conocía y arriesgarlo todo en busca de una vida más honesta y justa. Pero ella sabía que la segunda opción no era realista. La mafia era su vida, su familia, su hogar. Y aunque no siempre estuviera de acuerdo con las acciones que debía tomar, sabía que no podía abandonarlos.

Así que se levantó de su silla y se dirigió a la ventana de su oficina, contemplando las luces de la ciudad que brillaban debajo de ella. Sabía que seguiría luchando, día tras día, por mantener a su familia a salvo y por hacer lo que fuera necesario para asegurar su supervivencia.

Los negocios sucios de la mafia eran una realidad y Valentina sabía que no podía cambiar eso. Pero podía hacer algo diferente: podía asegurarse de que su familia fuera una organización que actuara con cierta ética y moral, incluso dentro del mundo oscuro de la mafia.

Con esa idea en mente, Valentina decidió que a partir de ese día, se aseguraría de que todos los negocios de la familia fueran lo más limpios y éticos posibles. Sabía que no sería fácil, y que tendría que hacer muchos sacrificios para lograrlo. Pero también sabía que si lograba cambiar la forma en que su familia hacía negocios, estaría marcando la diferencia.

Dejando atrás el horror que había visto esa noche, Valentina tomó una decisión, una decisión que cambiaría el rumbo de su vida y el de su familia y mientras se preparaba para lo que vendría, se sintió llena de determinación y valentía, lista para enfrentar cualquier cosa que la mafia le lanzara.