Una verdad dolorosa

Volvimos al castillo, decidí tomar una baño, quería sumergirme en la bañera y no volver a salir, cada vez eran más frecuentes los recuerdos. Ya podía sentirlos como míos.

Kai había pedido que trajeran a mi nana, el ahora lavaba mi cabello, el lugar estaba en silencio pero no necesitabamos las palabras. Toda mi vida había sido engañada, no solo en este mundo, renací en otro y también se aprovecharon. No merezco ser madre, no luche por mis hijos. Por que ahora tenía algo seguro, era la madre de Ailyn, de la otra niña que me quitaron y del bebé que perdí en mi vientre.

Fui al salón, la nana estaba ahí, se le veía asustada, me imagino que cree que pronto morirá.

Nana: Mi niña que alegria verla.

Sentí su abrazo pero tenía emociones encontradas así que no respondí a su manifestación de afecto.

Lucia: Nana estás aquí para que me cuente la verdad. ¿Que pasó el día en que di a luz?

Nana: Ya lo sabes, hubo una pequeña complicación con la niña.

Lucia: hoy no tengo paciencia. ¿Que hicieron con mi hija?

Nana: Solo se la llevaron un momento después la trajeron.

Lucia: ¡Dime donde está mi verdadera hija! ¡Aquella que nació de mi!

Detrás de mi grito e impaciencia, un gran estruendo sonó en el lugar, el piso del salón se abrió en dos.

Lucia: Preguntaré de nuevo, que hicieron con mi verdadera hija.

Nana: Yo la verdad lo siento mucho, sus padres me obligaron a callar, pensé que era lo mejor pues tú te veías feliz con Ailyn.

La nana se lanzó al suelo… comenzó a llorar.

Lucia: Sigue hablando.

Nana: La noche de su boda yo la vi cuando volvía a la casa pasada la media noche. Te veías como un fantasma, como si tú alma estuviera en pena, trate de hablarle pero no me respondió.

Su ropa estaba manchada de sangre Justo en medio de sus piernas, eso solo podía significar una sola cosa. Yo me llene de miedo que su padre la viera. La acompañe en silencio hasta la habitación.

Fui en busca de Lord Varon, lo vi con una señorita esta ya pasado de tragos no podía ni caminar. Le dije que debía llevarlo a su habitación, por el camino él se durmió, casi no puedo ponerlo en la cama. Se me ocurrió desvestirlo, les haría creer a todos que el matrimonio se consumó en esa habitación. Me hice una pequeña herida en mi mano y dejé mi sangre cayera por el miembro del hombre.

Salí de ahí rogando que todo saliera según pensaba.

Al siguiente día el médico los revisó y dio por confirmado el acto. Yo estaba tranquila hasta el día que descubrí que estaba embarazada. Sabía muy bien que no era de su esposo.

Los meses pasaron y su vientre cada vez se hacía más grande, esperaba que el bebé se pareciera a usted.

Un día comenzó con los dolores de parto era el momento de que conociéramos al bebé. Cuando la partera la tuvo en sus manos todos quedamos aterrados.

Había nacido una niña con la piel pálida, orejas alargadas, sus ojos eran negros y su cabello blanco. La baronesa gritó al verla.

Yo alcancé a decirle que había tenido una niña, me quede en la habitación ayudándole a limpiar. Después fui por agua y las toallas. Su padre estaba hablando con una de las sirvientes, ella había tenido una hija unos días atrás, le pidió a la niña, le dijo que le haría un pago muy grande, seguiría viviendo en la casa la podría ver pero jamás sabrían la verdad. Si Lord Varon lo descubrirá los iba a exponer ante la sociedad y podía perder su estatus.

La pequeña Ailyn no nació de su vientre pero fui testigo que usted la amo como su propia madre, lord varón no pasaba tiempo en casa, si algún día iba se desviaba rumbo a la habitación de la Baronesa.

Todo iba bien hasta aquel día que me obligaron a drogarlas en la comida. Yo hice que las dos se durmieran. El barón le quito a la niña, se la entregó a su verdadera madre, las dos abandonaron el reino. Ese barco llevaba la mercancía de Lord Varon, lo que distribuiría por otros reinos, su padre aprovechó para subir a la mujer y a la niña en ese viaje.

Perdóneme pero yo hice todo lo que hice por cuidarla, quise evitar que sufriera, no sabía que su padre la enviaría al castillo.

Lucia: ¿Donde está mi verdadera hija?

Nana: Mi niña…

Lucia: ¡Donde!

Podía sentir que mi piel se quemaba en llamas, quería acabar con todo el lugar.

Nana: Su padre. El mismo día que nació la asesino.

Lucia: ¡No! ¡No! ¡No! Estás mintiendo.

Nana: No miento, esta enterrada en el cementerio del pueblo, hay una tumba sin nombre. Cada semana voy a colocarle flores blancas.

Lucia: No te creo. ¡Me llevarás ahora mismo!

No espere una respuesta tome del brazo a la nana y la saqué del castillo, escuchaba voces en mi mente, era Kai, gritaba para que me quedara.

Vasile nos llevó al pueblo, todo el camino mi cuerpo tenía un aura extraña. Era como si mi sangre cambiara de color.

Llegamos al cementerio, llevaba casi a rastras a la nana. Ella solo lloraba, decía que la perdonara.

Me indicó donde estaba la tumba, había una lápida sin nombre, tal como ella lo había indicado habían flores blancas.

Me arrodillé ante la tumba, con mis propias manos comencé a cavar, rogaba que no encontrara nada.

Sentí una pequeña caja madera, mis dedos sangraban al tratar de romperla. Una manta cubría un cuerpo, lo saqué con mucho cuidado.

Era cierto, había un bebé. Al tocar su pequeño cuerpo rompí en llanto, mi corazón se conectó con aquel que yacía en mis brazos. Mi hija estaba ahí, mi maldito padre la había asesinado.

Mi grito se tuvo que escuchar hasta el cielo, quería acabar con todos. El lugar se volvió oscuro, escuchaba rayos, la lluvia con un gran viento.

Lucia: ¿Por que? ¿Porque la vida se encarga de arrebatarme a mis hijos?

Trataba de cubrir a mi hija con mi cuerpo.

Lucia: Soy una mala madre, no pude protegerte mi bebé. No sirvo para nada.

Besaba su pequeño cuerpo, ella era mía, lo fue al menos por un instante.

Nana y Vasile salieron huyendo, todo ahí se estaba quebrando.

Sentí que me abrazaron por la espalda, Kai salió del castillo en mi búsqueda. Ahora las dos estábamos bajo su consuelo.

Lucia: Era nuestra hija Kai. Nuestra bebé.

Deje que la viera, solo era sus huesitos. Pero sus manos eran como las de mi esposo, en su pequeña cabeza había dos mini cuernos. Era igualita a su padre.

Kai besó su cabeza, después la mía.

Lucia: Quiero a mi padre, la Baronesa y Lord Varon muertos.

Kai: Pagarán por lo que nos hicieron. ¡Lo juro!

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