En la oscuridad

Ya había camino

Ya había caminado antes por estos pasillos, pero hoy tenia la sensación que eran más largos y oscuros. Llegue a la habitación, la puerta era negra, también habían figuras talladas, pero esta vez eran criaturas mágicas, hadas, sirenas, elfos todos en un bello paisaje de fondo.

Le di dos golpea a la puerta, escuché un Adelante. Lentamente comencé abrirla, todo estaba oscuro solo había un pequeño rayito de luz que venía de la luna.

Lucia: ¡Hola señor! Le traje su comida.

“No se que daba más miedo en esa habitación si el silencio o la oscuridad”

Había una pequeña mesa asi que deje la charola. Seguía sin ver al rey asi que comencé a caminar hasta la salida. Cuanto tome la manija de la puerta hablé.

Lucia: Señor le dejo la comida, que tenga buena noche.

Ya tenía un pie afuera cuando escuché..

“Espera”

Quede helada, pensé que ya podía escapar de ahí.

“Entra”

Con mis nervios de punta ingrese , otra vez caminaba lento, fui hacia la ventana donde estaba el rayito de luz.

Lucia: ¿Desea algo señor?

“Hablar”

Lucia: ¿Por que el rey quisiera hablar conmigo?

“Cuéntame algo, se que todo el día te la pasas hablando”

Lucia: Señor que le puedo contar, lo único extraordinario que me ha pasado hoy fue que me corte tres veces el mismo dedo pelando papas. También encontré una araña dentro de la lechuga casi muero del susto.

“Sigue”

Lucia: Bueno ya que lo dice también me queme por tonta. ¿Dígame si no soy muy despistada al tratar de coger la manija de un caldero de hierro sin un trapo?. Ah este paso pronto no tendré huellas dactilares.

“No entendía por que le contaba todo esto, creo que tenía ganas de desahogarme”

Lucia: ¿Señor usted podría contarme que hizo hoy? ¿O eso no se puede preguntar? Lo digo por que no quiero morir.

“Eres una mujer extraña y hablas demaciado”

Lucia: Lo se, mi mamá siempre me decía que yo hablaba hasta por los codos, si me tapan la boca de seguro me salían letreros por todas partes.

“La baronesa”

¡Mierda no pensé en eso!

Lucia: No señor, esa mujer no tiene instinto de madre, hablo de mi nana, ella fue la que me crió, ya sabe usted el dicho que madre no es la que engendra si no la que cría.

“Entiendo”

Lucia: ¿Señor podemos encender una luz? Al menos una vela, la verdad siento que estoy hablando con mi conciencia y me estoy asustando, estoy por pensar que usted es mi amigo imaginario.

“Te asustaría mi apariencia”

Lucia: No creo que sea para tanto.

“Lo es”

Lucia: La verdad no sabe todas las cosas horribles que he visto y míreme aquí estoy vivita. Déjeme decidir si me asusta o no.

“Cierra los ojos, me acercare a ti”

Lucia: Está bien.

Cerré los ojos no quería hacerlo enojar desobedeciéndolo.

Sentí su olor Justo enfrente de mi, sin verlo ya sentía su aura imponente. Me cubrió los ojos con alguna especie de tela.

Lucia: Ah caray me recuerda cuando en los cumpleaños me vendaban los ojos, debía ponerla la cola al burro.

“Dices cosas muy raras”

Lucia: Lo siento señor, es que cuando estoy nerviosa hablo más de lo normal.

“¿Me temes?”

Lucia: Bueno no directamente a usted, solo que me da miedo decir algo impropio y que eso desencadene mi muerte.

“Por ahora no dejaré que me veas, no estás lista”

Lucia: ¿Yo no lo estoy? O ¿Acaso usted no lo está?.

“Solo obedece”

Lucia: ¿Puedo tocarlo?

“¿Tocarme?”

Lucia: ¡Si! Así al menos puedo imaginarlo, tener una referencia suya. ¿Puedo?.

“Bien”

Comencé a tocar su pecho, cada vez que iba moviendo mis manos iba hablando.

Lucia: Tienes una camisa, es un lino, debe ser de un color claro quizás blanco.

“Haces trampa, me estás viendo”

Lucia: Le aseguró que no, es solo lógica, estos días ha hecho mucho calor, lo mejor es vestir ropa fresca y clara, así que supongo que usted también lo cree. ¿Me equivoco?

“Sigue”

Lucia: Bien, ahora siento los botones, tres no están puestos, el Material es rígido, no es un metal, lo sé por el olor. ¿Acaso es oro o plata?

“Oro”

Lucia: Por supuesto que debe ser oro. Ahora siento su pecho, es firme y no hay barriga, debe hacer ejercicio. Su piel es delicada, ahora su mandíbula, no hay barba, los pómulos son definidos, nariz respingada, tiene solo dos ojos, qué alivio, las orejas…. ¿Son puntudas?

“¿Te asustan?”

Lucia: No, son como los duendes o elfos. ¿Señor si se las toco le dan cosquillas? ¿o es mentira?.

“Mentira”

Lucia: Que lastima. Su cabello es largo, es liso por lo que siento, su frente..

“¡Espera!”

Sentí que me sujeto mis dos manos.

Lucia: ¿No me diga que tiene un tercer ojo? ¿Lo lastime?.

“No es eso”

Lucia: ¿Entonces?

“Te asustara”

Lucia: Deseo continuar.

Me soltó las manos, seguí tocando su frente hasta que supe por que no quería que lo hiciera.

Lucia: Tiene cuernos y son largos, me imagino que pueden ser incómodos a veces.

“¿No te asustan mis cuernos?”

Lucia: La verdad si le contara que hubo una etapa de mi vida donde yo también los tuve, parecía un alce montañero con la cantidad de cuernos que tenía en mi frente.

“¿Tenías cuernos?”

Lucia: Si, metafóricamente hablando. Mi prometido y su amante me los colocaron por mucho tiempo.

“¿Lord Varon y la baronesa Verdad?”

¡Otra vez yo y mi bocota!

Lucia: Pues creo que ellos también, si toca mi frente podrá sentir mis mini cuernos. Ese par poco a poco me los está haciendo crecer.

Baje mis manos por sus brazos, sentí sus dedos, son largos y las uñas puntiagudas.

Lucia: ¿Son como garras?

“Si”

Lucia: Pues ya tengo una idea de cómo es usted, la verdad no me aterra, espero algún día me deje verlo.

“No lo creo”

Lucia: Bueno como ordene, ¿desea algo o me puedo ir?

“Puedes marcharte, pero vendrás todas las noches y me traerás mi comida”

Lucia: Está bien, espero que no le aburran las historias de cenicienta.

“¿Quien?”

Lucia: Es un cuento, una criada que dormía cerca a las cenizas del horno, una desdichada que un día el mundo le cambió.

“¿Murió quemada?”

Lucia: ¡Ay no! Encontró a su príncipe azul, se volvió reina y vivió Feliz.

“Que aburrido”

Lucia: Me marchó señor así que retírese por que me voy a quitar la venda, ¿o quiere que lo vea?

“No, ya me muevo”

Cuando sentí que no estaba a mi lado, caminé hacia la salida.

Lucia: Una cosa más.

“¿Si?”

Lucia: Pues no le toque el trasero, ¿acaso tiene usted esas colas largas de un demonio?

“No”

Lucia: ¡Bien! Buenas noches señor, nos vemos o mejor nos hablamos mañana.

Salí y cerré la puerta, tenía una sonrisa de oreja a oreja. En definitiva hoy no moriré.

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Comments

Margarita Ochoa

Margarita Ochoa

super entretenida está historia, me encanta ella

2024-04-06

5

Graciela Angeleri

Graciela Angeleri

Muy buena!!!/Facepalm//Facepalm//Facepalm//Facepalm/

2024-03-24

1

Issa

Issa

buenísima me rei tan fuerte que mi jefe me miró

2024-03-12

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