Presentación

Me quite el sombrero pero mi capa tenía una capucha así que me la puse, solo se podía ver algunos mechones de mi cabello.

Comencé a caminar junto a las otras jovencitas, las escuchaba hablar, decían que la sangre sucia había llegado. Era una mujer casada no debería estar ahí. Y la verdad tenían razón, ¿como un esposo envía a su amada para que otro hombre la haga suya?. Aquí hay gato encerrado, pensé

“Por favor damas den un paso al frente el rey desea verlas”

Yo di el paso, mantenía mi rostro abajo, no quería encontrarme con los ojos de la baronesa.

“Señorita quítese la capa, no podemos saber quién es usted”

Dijo el hombre, yo solo respiré, solté mi capa y la dejé caer al suelo.

“Solo se escuchaba los gritos de asombro”

Mi vista estaba hacia adelante, mi cuerpo recto y mi cabeza a lo alto, la verdad es que no conozco a nadie aquí, así que me vale lo que piensen.

El rey estaba en el fondo, estaba tan oscuro donde estaba ubicado que no lo pude ver bien. Mientras trataba de decifrarlo sentí que me sujetaron del brazo.

Baronesa: ¿Como te atreves a humillarme de esta manera? Te vestiste como una ramera.

Yo me solté de su agarre.

Lucia: ¿Acaso no es lo que quieren tu y mi padre? O ¿como se le dice a una mujer casada que se está ofreciendo a otro hombre?.

Baronesa: Nos vamos, no voy a permitir que me sigas dejando en ridiculo.

La baronesa comenzó a jalarme hacia la salida, yo trabaja de soltarme pero esta mujer si que era fuerte. Mi padre me recibió con una bofetada, vaya que si dolió.

Padre: ¡Eres una vergüenza! Mira cómo estás vestida.

Lucia: Me veo hermosa, como una diosa.

Dije dándole una vuelta mientras sonreía.

Padre: Estás loca Alice, debías venir y ganarte un puesto en este castillo, ahora solo tendrás uno en el burdel del pueblo.

Lucia: Al menos estaré lejos de ustedes.

Baronesa: Que cosas dices niñita, el querido James estará molesto en saber qué clase de esposa tiene.

Lucia: ¿James? Vaya pero que cercanos son, Pense que se llamaba Lord Varon.

Baronesa: Así es, Lord Varon.

Lucia: Aún así me da igual, como es que un esposo que supuestamente le molesta que me vista así, acepta que me traigan a este castillo para que le sirva al rey, vaya a saber si en favores sexuales.

“Otra bofetada llegó”

Baronesa: ¡Que vulgar eres! De nada valió tantos años de educación eres igual que tú madre, una ramera sucia.

Ahora fui yo la que le devolvió el golpe, pero no sería una bofetada, cerré mi puño y apunté Justo a su ojo izquierdo. La baronesa quedó sentada en el suelo.

Lucia: Sabes que Baronesa vete a revolcar a la mierda y llévate este señor que dice ser mi padre, por que para mi no es nadie, esas pelotas que dices tener son de adorno.

Se que me iban a golpear de nuevo pero fui salvada por la campana.

“Señorita, el rey pidió que le diéramos la bienvenida al castillo, por favor dígame”

Yo prácticamente corrí al lado del caballero, si me quedaba un minuto más al lado de mi padre quizás me molería a golpes. Cuando estaba un poco lejos me volteé, los mire sonriendo y les mostré mi dedo del medio, no sé si ellos lo entenderán pero yo me sentía victoriosa.

Lucia: Bueno señor, dígame cuáles serán mis funciones aquí.

Caballero: Tranquila señorita ya le dirán.

Seguimos nuestro camino, de nuevo estábamos en el salón, habían seleccionado 5 jóvenes de las casi 20 que habíamos. Yo era la sexta, veía algunas llorar otras con cara de triunfo y bueno estaba yo que seguía ansiosa por ver al rey.

Caballero: Me presentó soy el encargado del castillo, mi nombre es Bernart yo seré su supervisor, quiero saber cuáles son sus habilidades.

“Yo soy buena tocando el piano”

“Yo recitando poesía”

“Yo soy buena leyendo”

“Yo soy excelente preparando fiesta de té”

“Yo sé bordar”

Bernart: ¿Y usted señorita?

Lucia: Bueno se cosas más prácticas, se cocinar, lavar, coser, si hablamos de lo intelectual sé leer y escribir, conozco de finanzas y métodos de inventarios.

“Lo bueno de mi época es que nos toca aprender de todo”

Bernart: Por favor pasen a la siguiente sala en un momento se les asignará su labor.

Entre ellas hablaban yo seguía embobada con la decoración, era inevitable no pasar mis manos por tan hermosas obras de arte.

Bernart: Yo de usted tendría cuidado con ese jarrón.

La voz de Bernart me espantó, por poco lo dejo caer.

Lucia: Perdón, la verdad es que es muy hermoso, ¿me podría decir cuantos años tiene?.

Bernart: Más de 200 señorita.

Lucia: Vaya, que bien lo conservan.

Bernart: Ya tengo sus misiones, lo más importante es que deseo saber quienes son Virgenes aquí,

“Las cinco mujeres alzaron las manos, yo no podía mentir ya había tenido una hija”

Bernart: Espero que sea cierto si llegan a mentir serán castigadas.

Una de las chicas hablo.

“Señor yo no soy virgen, perdóneme por mentir”

Bernart: Las mujeres Virgenes pasen por aquí, ustedes dos ya viene la señora Verónica, las llevará a la cocina y les dará las funciones.

El hombre salió con las chicas yo me quede con la otra.

Lucia: Hola soy… Alice

“Soy Camila”

Lucia: Pues mucho gusto Camila, al parecer nos toca con el personal de servicios varios.

Camila: Si, seremos sus esclavas

Lucia: Es mejor que estar en este momento en su cama ¿no?

Camila: Tienes razón.

Verónica: Señoritas por favor acompáñame, le mostraré donde dormirán y cuál será su trabajo.

Verónica era una mujer de baja estatura, camina un poco chueco, sus manos reflejaba años al fuego, pobre mujer.

Verónica: Quiero saber sus nombres.

Lucia: Soy Alice.

Camila: Yo Camila.

Verónica: Camila te irás con las mujeres que hacen limpieza y tú Alice estarás conmigo en la cocina, espero que sepa hervir al menos el agua.

“Sé cocinar en las cocinas futuristas pero aquí ni idea”

Llegue a la cocina era más grande que el departamento donde vivía. Me entregaron un vestido, debía cambiar el mío.

Pase a una habitación, me dijeron que ahí dormiríamos todas. Habían solo colchones en el suelo. Debo decir que todo estaba impecable.

El vestido era sencillo pero muy cómodo, el busto era un poco apretado, igual que la cintura pero de ahí para abajo era suelto, se componía de dos colores en la parte superior azul, parte inferior blanco. Al volver a la cocina le pregunté a Verónica que le ayudaba hacer.

Mi primera tarea fue pelar papas, eran muchas. Tome el cuchillo, comencé con la primera, luego la segunda iba así hasta que caí en cuenta que acabaría mañana.

Lucia: Señora Verónica tiene más cuchillos, o bueno necesito solo navajas pequeñas.

Verónica: ¿Para que las quiere?

Lucia: Quiero agilizar mi trabajo.

Verónica abrió un cajón había una cantidad de cuchillas, habían de todos los tamaños.

Verónica: Algunas se usan para la barbería.

Lucia: ¡Son perfectas!

Tome algunas, comencé hacer una mini escalera con ellas, la señora solo me observaba. Cuando termine me envolví mi mano con una venda, tendría las cuchillas en mi mano y no quería lastimarme.

Tome de nuevo las papas una a una las iba pelando, ya podía hacerlo solo en segundos.

Verónica: Eres ingeniosa niña.

Lucia: Soy práctica.

Después de unos minutos acabe. Le entregue la papa a la señora.

Lucia: ¿Y ahora en qué le ayudo?

Verónica: ¿Sabe cortar los vegetales en pequeños trozos?

Lucia: Si, también puedo hacer un picatodo manual, solo deme una recipiente y una cuerda o hilo, solo debemos tirar de él.

Verónica: Eres muy extraña niña.

Lucia: Si le digo que vengo de otro mundo ¿me creería?

Verónica: Pues después de ver lo que hiciste puede ser que te crea.

Verónica me pasó lo que le pedí, comencé hacer mi propio picatodo, mientras lo hacía comencé a pensar, ¿que haré para acercarme al rey? En mi mente solo esta un objetivo y es Salvar a la pequeña Ailyn, lo hago solo por la verdadera Alice. Estoy segura que esa es mi misión aquí, una vez lo haga puedo volver a mi mundo.

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