Le creo a mi hermana

Al otro día, me desperté muy adolorida, me sentía mal, débil.

Iba a levantarme y al correr la sábana noté la mancha de sangre que evidenciaba la falta de mi virginidad, pero era mucho... Me levanté con cuidado y Caminé muy despacio hacia la ducha. Me dolían las caderas, las piernas y especialmente mi intimidad.

Abrí el agua y deje que climatizara para entrar y aliviar el cuerpo, además de higienizarlo. Me agarraba de donde pudiera para mantenerme de pie.

Shampoo, crema, esponja con mucho jabón y agua bien calentita, era delicioso.

Cuando terminé volví al cuarto y quite las sábanas de la cama, pero no tenía fuerzas para tender con unas nuevas, así que quedo desnuda, por lo que fui a dormir en otra cama.

El timbre sonaba incesantemente y no me quedó otra que ir a abrir.

- Voyyyy - Grité estando a veinte pasos de la puerta principal. Debía caminar despacio.

Abrí la puerta y alguien se metió sin permiso.

- ¿Qué te ha pasado? ¡Estás del demonio! - dice Franccesca

Lía - ¿Prefieres la verdad o una mentira?

Franccesca- La verdad, obvio.

Lía -Anoche tuve relaciones con Máximo y quede así. ¿Cómo sabes donde vivo?

Franccesca- Por dios, te dio duro en tu primera vez, que loco es. Sobre tu dirección, fácil, tu madre.

Lía - Ah... - Me quedé callada. - Ahhhhhh - Grité.

Franccesca- Así mismo quería gritar yo cuando tu madre me dijo que "tuvimos una pijamada"

Había olvidado avisarle a mi amiga y ahora mi madre sabe que le Mentí.

Lía - Me va a matar

Franccesca- Digamos que sí, pero no. Le dije que ya te habías ido a tu departamento, pero que dejaste cosas en casa.

Lía - Ay gracias, ojalá te haya creído.

- Tin ton - Sonó el timbre.

Lía - ¿Puedes ir? Yo no puedo ni caminar

Franccesca- Claro.

Vi la puerta abrirse y solo hubo silencio.

- ¿Quién es? - Grité.

Fran vino con su carita sonrojada y detrás de ella, Iván.

Lía - Ah,eres tú.

Iván- Disculpa si esperabas a alguien más, pero mamá me mandó a traerte comida.

Lía - Gracias -No había visto la hora Así que mire hacia el reloj de la pared y me di cuenta que eran casi las tres de la tarde. Por lo menos dormí bastante.

Iván- ¿Quieres ir al médico? tienes mala cara.

Lía- Son cólicos, nada más, no te preocupes. Fran se quedará conmigo - Mentía pero quería ver su cara.

Iván- Bueno, cualquier cosa me llamas.

Lía - Podrías traer comida para Fran, porque veo que mamá te mando poco.

Franccesca- No es necesario, yo puedo hacerlo.

Lía - ¿Segura?

Franccesca- Sí, mira, mejor le escribo a Stev para que me traiga así no te dejo sola - Dijo con el celular en la mano.

Iván se quedo callado, pero estaba serio. Creo que demasiado, ¿No se dará cuenta que siente celos?

Franccesca- Ya está, en unos minutos me trae.

Lía -OK.

Franccesca agarró la comida que me trajo Iván y se dirigía a la cocina.

- Te serviré mientras tanto -

Lía - Gracias... ¿Vez? No necesito nada más. Aquí mi amiga, me ayudará.

Iván - Bien - Se acercó a mí y beso mi cabeza - Mejórate enana, te quiero.

De paso ojeo a Fran y salió sin emitir sonido.

Lía - No seas dura con mi hermano

Franccesca- No lo soy.

Lía - Lo ignoras.

Franccesca- Por más que quiera, no puedo. Lo miro cada segundo, pero debo disimular, además, estoy saliendo con Stev.

Lía - Entiendo - O no, pero supongo que quiere amar y ser amada, cosa que con Iván no será posible por el momento, él no se ha dado cuenta o no quiere admitirlo.

...

No volví a molestar a mi amiga, su novio o lo que sea, vino unos treinta y cinco minutos más tarde y sé esmero en ordenar lo que ella quería, lo que más le gustaba, un bonito gesto.

Cerca de las 21 hs. Franccesca empezó a hacer algo de cenar, ya que se va a quedar conmigo.

En todo el día, no recibí mensaje de Máximo, ni siquiera preguntando si algo dolía. Un chico desalmado, entonces recordé algo.

Lía - ¿Conoces hombres que les gusta oír gemidos aunque sean fingidos?

Franccesca quedó blanca.

- No sé responderte, no conozco sobre eso, además de que soy virgen. Pregúntale a Boris.

Lía - Tienes razón, perdón.

Franccesca- Además, ¿A qué viene esa pregunta?

Lía- Es que, sinceramente, no me sentí cómoda anoche y Máximo me pidió eso.

Franccesca- ¿No podías siquiera gemir?

Lía - No, me dolía demasiado.

Franccesca- Ah...

Lía - No se si es normal, pero quede desconcertada por su pedido. No quería fingir.

Franccesca- Entiendo.

- Tin ton - Volvió a sonar el timbre

Franccesca- ¿Quién será tan tarde?

Lía - No lo sé, tal vez mi hermano.

Fran me miró suplicando para que yo abriera la puerta, pero no podía, me dolían todos los músculos.

Lía - No puedo, ve tú, por favor.

Franccesca Suspiro y luego fue a abrir.

Luz - Hola Lía. ¡Tenemos que hablar!

Lía- ¿De qué?

Luz - De Máximo

Lía- Otra vez lo mismo.

Luz - ¿ Qué te pasó?

Lía - Tuve relaciones y me llego el período - Me daba vergüenza admitir que creía estar lastimada.

Luz - La santa puritana se acostó con el novio.

Lía - ¿Qué quieres, Luz?

Luz- Toma, aquí tienes fotos y datos de tú Máximo entrando al hotel con una Fulana llamada Amber. Anoche.

¿Anoche? ¿Me fue infiel luego de lo que pasó entre nosotros?

Agarre la carpeta y pude ver a Maxi de la mano con otra mujer, entrando a uno de los Hoteles de Mamá. Hasta para eso es distraído.

Lía- Bien, tal vez me falló, lo admito, desde que me dijiste la primera vez, me quedé con la espina e inseguridad, pero bueno, no es mi culpa y de seguro tiene una explicación.

Luz - Veo que no importan las fotos, sino escuchar su versión de la Historia.

Lía- Sí, ambas partes en realidad.

Luz - Ya dije lo que necesitaba, ahora ya esta. - Se dio la vuelta y se fue.

Franccesca- ¿No le crees? - Pregunta después de tanto silencio.

Lía - Sí, le creo, solo quiero saber el Por qué.

Franccesca- Así son los hombres.

Lía - Un asco.

Franccesca- Dijo que ya te había mostrado pruebas.

Lía - Sí, me trajo una carpeta del mismo color, pero la otra mujer se llamaba diferente.

Franccesca-¿Qué piensas hacer?

Lía- Ver hasta donde llega.

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