Huye mientras puedas.

Celine sonrió cuando vio a Marina, la manera en como se sintió fue difícil de comprender, quiso leer sus pensamientos o su energía, pero parecía que esta estaba muy bien escondida, cosa inusual en los humanos, pues eran más que un libro abierto.

__¿Me puedes decir la razón de raptar a esa mujer?__Preguntó Celine a su hijo, Eliel se puso a la defensiva, no quería decir que la humana le subía la temperatura y que por primera vez sintió deseos de ver qué había por encima del océano.

__Era prisionera de Ezra, estaba en el palacio y tú sabes que los esclavos humanos solo están por debajo de las calderas, así que debo creer que ella es algo especial para él, vendrá por ella y tendré el motivo perfecto para matarlo.

__Ella no es una humana común, se ve demasiado cómoda con esa cosa en su cabeza, además, no puedo siquiera leer su aura, ¿ves su extraño color de ojos?, deberías mandarla a las mazmorras, finalmente es humana...

Inconscientemente, Marina estaba usando su mecanismo de defensa, estaba hechizando a Eliel, no es que al rey de Decertia le gustara claro que no, Eliel solo podía amar a una sola sirena y esa era Zahida, pero Marina tenía el poder de influir en los sentidos, solo ella no lo sabía.

Pasaron los días y Marina perdió la noción del tiempo, estaba encerrada en una habitación pequeña, con dos tritones custodiando la entrada y anguilas del otro de las ventanas, si quisiera huir no lograría llegar más allá de la enorme barrera de piedra volcánica que protegía el palacio de Decertia.

En tierra firme, Meridia buscaba incansablemente cualquier cosa que pudiera llevarla a Marina, don Camilo sobrevivió casi milagrosamente, estaba entubado y en terapia intensiva debido a las múltiples heridas en su cansado y no tan joven cuerpo.

Un brillo inusual captó la atención de Marina, venía de las ropas de don Camilo, se apresuró a buscar y dio con la brújula de Halime, ahogó un grito en sus manos y guardó el objeto en su ropa.

Ezra se infiltró en las turbulentas aguas del Atlántico, nadó con sus tritones más leales y entró al reino de Eliel. El olor de Marina le llegó como un latigazo a su nariz, una vez que dió con el rastro comenzó la cacería.

De pronto el palacio de Decertia se encontró envuelto en rayos, fuego y sangre, mucha sangre.

Rápidamente, Osías tomó prisionera a la esposa de Eliel una joven sirena embarazada, las demás esposas y Celine se refugiaron en la habitación del trono, detras de un muro de piedra , rogando por qué las demás princesas estuvieran a salvo.

Xina y Namibi se enfrentaron a uno de los emboscadores, ellas tenían poder, pero el tritón tenía demasiada fuerza, tanta que de un solo coletazo fueron empujadas con violencia justo en la habitación en donde estaba Marina.

Xina tenía una gran herida en la cola, la sangre verde salía en chorro ante la mirada aterrada de Namibi__¡Ayúdame, atranca la puerta o van a entrar con facilidad!__Dijo Marina, mientras rasgaba lo que quedaba de su blusa para ponerle un nudo a la cola de Xina.

__Está listo, la herida dejó de sacar eso verde, tienes que salir de aquí ahora o ese torniquete no le va a durar mucho__Le dijo a Namibi.

Xina se apretó más la tela alrededor de su cola y con un gemido de dolor apretó el brazo de su hermana__¡Vamos al pasillo de coral conozco un atajo__Con un rayo partió la ventana y derribó los barrotes de hierro grueso que cubrían.

Ambas sirenas se apresuraron a salir, Marina solo las veia__¿Que esperas humana?__Cuestionó Xina.

Marina levantó una pesada cadena atada a sus pies. Namibi negó con la cabeza, como si no estuviera de acuerdo con los pensamientos de Xina. A regañadientes entró de nuevo y deshizo el amarre de Marina sacándola a la corriente del mar.

Una vez que se hallaron a una distancia prudente, Xina le agradeció a Marina__Gracias humana, por tu ayuda y tú valor, ahora vete huye mientras puedas y sal a superficie a tu mundo, a dónde perteneces__Y con un remolino al agua la envío dentro con solo un soplo de aire.

Eliel puso su tridente en el cuello de Ezra y con un golpe certero lo dejó inconsciente.

¡¡¡El rey de Tritonia cayó, el rey de Tritonia fue raptado!!!, las morenas comenzaron a regar la noticia. En la fosa de las almas, una masacre se había cometido, ante la reina Nabil, justo antes de entrar, un tritón les dio muerte a todas las embarazadas y a los bebés. La rosa se tiñó de un color verde quemado y olía a muerte.

__¿Que hiciste Zahida, como pudiste ser capaz?, siempre fue tu plan, yo lo sabía, yo sabía__Lloriqueó la reina madre cuando vió a su hija parada junto a su nieto, custodiada por tritones de Decertia.

__Fue mejor así madre, Ezra no tiene el valor para gobernar, ¡miraaaa a tu alrededor, no podemos nadar en aguas más allá del Atlántico, no tenemos libertad madre!.

__Y ¿crees que ahora serás libre y gobernarás todo el océano junto al salvador de todos?, ¿realmente era necesario matar a tus hermanas y a los bebés para lograr su triunfo Zahida?.

Zahida arrugó la cara, ella no sabía que Eliel había ordenado matar a todas las sirenas embarazadas y a los recién nacidos.

__Madre, yo...

Nabil le dió la espalda__Ya no me considero más tu madre, ahora le perteneces a Celine__Le dijo sin mirarla, dejando un inmenso dolor en su corazón.

Una onda de energía poderosa sacudió el suelo oceánico, el palacio de Decertia vibró y el candelabro de proporciones inmensas cayó hecho añicos al piso de mármol.

Celine se tomó el pecho, le faltaba oxígeno, sus fosas nasales se expandieron y se levantó rápidamente buscando la dirección del olor, palideció en cuanto lo reconoció.

__¡No es cierto, no es real, no es real!__Se repitió.

La reina Nabil también sintió esa onda, reconoció el poder y centró su atención en el origen, los ojos le brillaron cuando detectó que la onda se había originado en las ruinas de Neptún y que lo que fuese que estalló ahí, era demasiado poderoso como para ser ignorado.

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