Capitulo quince.

Maya ese día, se quedó en la habitación de Henry, él la consintió en todo lo que pudo.

Él quería que olvidara la noche horrenda qué había pasado.

Llego la hora de dormir, Henry le dice que por esa noche ella duerma en su cama, ya mañana si quería se cambiaba de habitación.

Él iría a dormir a la habitación qué habían preparado para ella.

Maya estaba tan a gusto en esa cama grande con sabanas de seda negra. Que no quiso ir al otro cuarto.

A Henry tal parece que le gusta el color negro o colore grises pensaba Maya.

La pijama que traía Maya qué era de Henry, era gris.

Henry le dice si necesita algo.

Si, le dice ella, necesito mi pijama.

Se levanta para ir por la pijama y se marea, Henry corre hacia ella y la toma entre sus brazos fuertes.

Los dos se miraron, quedaron frente a frente.

Él se perdía en los ojos azules de su esposa. Deseaba besar esos labios carnosos.

Ella hacia lo mismo, le gustaba la profundidad de la mirada de esos ojos negros de Henry.

Su vista bajaba a los labios de su esposo.

Sentía la necesidad de besarlo. Y ella que era una joven impetuosa, no se detuvo y juntó sus labios con los de él.

El tomo delicadamente con sus manos el rostro de ella, empezó a mover su boca, se pudo dar cuenta que Maya no tenía experiencia alguna en esas cosas.

Él fue muy delicado, movía sus labios sobre los de ella suavemente. Poco a poco fue abriendo paso con su legua para encontrar la de ella.

Maya pareció entender lo que debía hacer y se dejó llevar.

Para él, fue lo más dulce que haya probado.

Para ella fue una experiencia desconocida pero le gustó la sensación que sentía en el momento.

Henry soltó el beso, porque si seguía no podría controlarse.

Cuando ve a Maya aun con los ojos cerrados, le hizo gracia, sonrió y le dio un besó en la frente.

Será mejor que me vaya a dormir, dice Henry.

Maya estaba colorada por lo que acababa de pasar, así que se metió a la cama nuevamente.

Ella no tuvo novios ni nada, ella había seguido al pie de la letra el contrato, donde tenía prohibido tener novio.

Maya pensaba que se debió ver como una tonta ante Henry, por no saber besar.

Henry se retiró del cuarto. Se fue a la habitación que se había preparado para Maya.

Se dio una ducha y se acostó.

A él le estaba gustando más de lo debido su esposa. Él se había prometido nunca más volverse a enamorarse, lo mejor era que tomara distancia de Maya.

Así que se levantaba muy temprano y volvía muy tarde para no encontrase con ella.

Maya por su lado, se iba a la universidad y después a su trabajo. Le extrañaba que su esposo no lo veía.

Lo sentía llegar muy tarde, pero ella no se atrevía ir a su habitación a verlo.

Maya se estaba empezando a sentir sola.

Llamaba a su abuela pero no recibía respuesta.

Ella la había descuidado mucho, así que decidió ir a verla por el fin de semana.

Llega a la casa de campo, nadie salió a recibirla, entro a la casa, llamo a su abuela, no respondía.

La busco por la casa, llego hasta la habitación, ahí estaba ella. Era evidente que su estado de salud no era buena.

Abuela!!! Como no dijiste que estabas enferma?? Te llamé varias veces y no respondiste.

No quería preocuparte, hija. Le dice ella.

Y David donde está?? Pregunta Maya.

Está en el campo, estamos en tiempo de cosecha. El pobre no a tenido descanso, se va al amanecer y no vuelve hasta oscurecer. Únicamente lleva algo de comida y agua. Le dice la Abuela.

Yo me quedaré ayudar abuela, pero primero te llevaré a que te revise el médico.

Así lo hizo, su abuela tenía neumonia.

Dio los medicamentos y se fue ayudar a David.

Trabajaron duro todo el día.

Pero aún había mucho que hacer.

Henry que llegaba tarde, no tenía idea a dónde estaba su esposa. El se la imaginaba en casa. Los empleados ya estaban dormidos cuando él llegaba. Y a Maya la suponía durmiendo.

Ya habían pasado tres días que Maya se había ido al campo.

Henry qué no soportaba la situación de estar huyendo de Maya, decidió ir temprano a casa, iba a cenar con su esposa.

Llaga a casa, Maya no estaba en casa, va a preguntar a Judith, ella le dice que hace tres días que la señora tomo el auto y no ha vuelto.

Al escuchar eso, Henry corre a la habitación de Maya. Revisa el guardarropa y estaba toda su ropa ahí. Había pensado que se había ido. Pero no.

Henry se imaginó lo peor.

¡¡Porque no me dijiste que Maya había salido y no a vuelto!!! Reclamaba a Judith.

Judith muy nerviosa le dice, que no lo veía, como se iba temprano y no volvía hasta muy tarde en la noche.

Acaso no sabes que hay teléfonos???

Seguía muy enojado.

Si, lo sé.

Yo le dejé una nota cuando la señora se fue, en la mesita, indicando una mesa qué estaba en el recibidor.

Fueron a ver la mesita y ahí estaba la nota. El jamás se percató lo que había ahí.

El más calmado le dijo que si sabía donde fue.

Judith dijo que no. Pero si había visto a la señora preocupada por su abuela, que no le contestaba las llamabas

Quizás fue para allá. Le dijo Judith.

Henry se subió a su auto y se fue rumbo al campo. Se estaba oscureciendo, pero tenía que ver que Maya estaba bien.

Llego al campo, Maya, David y Mariane, que ya se sentía mejor después de tomar los medicamentos adecuados, ya había dejado hasta la cama. Estaban cenando tarde.

Sienten que llega un auto, Maya sale a ver, David la sigue con una escopeta.

Henry!!! Le dice Maya, sorprendida.

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