Capitulo trece.

Maya con el apuro de correr a su cuarto, no se aseguró de cerrar las puertas y ventanas de la parte de abajo.

Pero ya no volvería a bajar.

Estaba tan asustada se metió a la cama, abrazaba sus rodillas.

Rogaba a Dios que ese hombre no intentara nada y solo quería que Henry estuviera ahí y no se hubiese ido.

Sus ruegos no fueron escuchados, cuando siente alguien subiendo las escaleras.

Se levantó y corrió un mueble para bloquear la puerta.

El guardia, reía afuera.

Ábreme palomita, le decía. Vine hacerte compañía, estás tan sólita. Se mofaba el hombre.

Fuera de aquí, mi marido viene en camino y te echara a patadas, asqueroso!!! … Gritaba Maya.

Ja, ja, ja... Reía el hombre.

Tu marido no llegará, acabo de llamar, pasará la noche en un hotel.

Así que yo cuidare de ti. ¿¿Que te parece palomita?? Mejor abre y la pasamos delicioso. Le dijo el guardia.

El hombre empezó impacientarse. La manilla de puerta se movía, luego daba golpes tratando de abrir. Él era fuerte, Maya veía como se movía el mueble que bloqueaba la puerta.

Se apresura a colocarse y hacer presión para dificultarle más el paso.

Ya no hallaba que más hacer. No tenía a quien pedir auxilio.

Pensó en llamar a Henry, pero con lo sucedido no quería.

Pero dentro de todo ella prefería entregarse a su marido que ser tomada por el asqueroso que intentaba entrar.

Ella suelta el mueble, correr al velador, toma su celular y marca a Henry.

Dejo la llamada abierta, y volvió a empujar el mueble, el tipo había logrado meter una mano.

¡¡Fuera de aquí maldito!!! Le gritaba Maya apretando la mano del tipo con la puerta al empujar el mueble.

El tipo gritaba de dolor.

¡¡Serás mía, no sabes que como lo disfrutarás perra!!! Decía con rabia, el hombre.

En ese momento, Henry que estaba con su amigo, contesta la llamada de Maya, le extrañó, ella nunca lo había llamado.

Al escuchar la voz que no era de Maya se levanta de golpe.

¡¡Maya!! ¡Maya!!! Gritaba Henry. Su corazón se le iba a salir del pecho. Se imaginaba lo peor.

Maya está en peligro, le dice a Ronald.

Ellos bajan toman el auto y se van a la casa. El hotel estaba a media hora.

Henry rogaba a dios que no le hicieran daño a su esposa.

El tipo furioso ya fuera de sí, fue en busca de algo contundente para derrumbar la puerta.

Maya sintió que ya estaba perdida.

Tomo un jarrón, espero a que el tipo entrara, le dio en la cabeza con todas sus fuerzas, le rompió la cabeza al hombre, este se tambaleó por un segundo, Maya estaba por salir, el tipo la toma y la lanza a la cama, se le tira encima y la golpea, Maya grita de dolor, pero no dejaba de luchar.

El tipo la besaba, echa sentía el asco más grande que podía sentir. Ella muerde el labio del tipo, ella quedó con sangre en su cara porque saco el pedazo del labio y recibe otro golpe, ahí Maya se desvaneció.

Henry y Ronald, llegan a la casa, suben las escaleras corriendo. Ven la puerta destrozada.

Henry ve al hombre encima de su esposa y lo toma de la espalda y lo saca, el tipo se le lanza encima, Henry sabe pelear muy bien y lo reduce.

Ronald!! llama a la policía, para que se lleven a esta escoria. Le dice Henry a su amigo.

El tipo que estaba se estaba en el piso se estaba recuperando de la paliza, Ronald que estaba cerca dio una patada qué lo volvió dejar inconsciente.

Henry va donde Maya. La ve con sangre en su cara, su ropa rasgada.

La tomo en sus brazos, la abrazaba y lloraba de verla como estaba.

Ronald ya había llamado a la policía el médico venía en camino.

Poco a poco, Maya fue abriendo los ojos, ve a Henry con lágrimas en los ojos. Que sus instintos fue abrazarlo, se aferraba a él como una niña asustada.

Viniste le dijo a Henry.

Claro que si, no permitiría qué alguien te hiciera daño. Le dice él.

Maya ve al tipo todavía ahí, se asusta más.

Henry la toma en brazos y la saca de ahí, llevándola a su cuarto.

La recuesta sobre su cama. Y la tapa con un enedron.

Llega la policía, Ronald se encarga de todo como abogado.

Henry no quería dejar sola a Maya.

Llega el médico, revisa a Maya, ella estaba aún en estado de shock.

Afortunadamente solo tiene hematomas en el rostro. La sangre que tiene en la cara no es de ella.

Que se dé un baño, la ayudará a relajarse. Le pondré un calmante.

Dormirá toda la noche, le dice el Doctor.

Henry no sabía qué hacer, su nana no estaba en casa para ayudar a su esposa.

Henry habla a su esposa que se dé un baño, Maya se levanta y se dirige al baño, Henry la sigue.

Maya abre la regadera y se mete con la ropa que llevaba puesta.

Lágrimas corrían por si cara.

A Henry se le rompía el corazón, él estuvo a punto de hacerle lo mismo.

Él se metió con ella, lavo su rostro qué tenía sangre, lavo su cabello.

La saco de ahí.

Le dijo que se sacara la ropa mojada.

Ella hacia lo que le ordenaba Henry.

Él se dio la vuelta para no mirar.

Listo le dijo Maya. El tomo una bata de él y se la paso sin mirar a ella.

El tomo una toalla y envolvió el cabello de ella.

Le dijo que esperara afuera que él se cambiaría.

Así lo hizo, Maya.

Él se cambió lo más rápido que pudo, y fue con ella.

Peinó y seco el cabello rubio de su esposa.

Necesitas ponerte un pijama iré por él, le dice, Henry.

Ella le toma la mano, reteniéndolo.

Henry entendió que no quería estar sola.

Busco uno de sus pijamas y se lo paso.

Él se giró para que Maya se lo colocara.

Le quedaba muy ancho, de porte eran casi de la misma estatura, pero ella era más delgada qué él.

Él la tomo de la mano y acostó.

Cuando tocan la puerta.

Maya se asusta y se aferra a Henry que estaba de pie al lado de la cama.

Él la tranquiliza, diciendo que es Ronald su amigo.

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