4- Abandono de mi madre

Siempre he amado a mi madre, pues ella me ha enseñado la mayoría de cosas que se, a leer y escribir, a tejer y bordar, a coser pues es diseñadora aunque no ejerce su profesión, a dubijar a, pintar, muchos tipos de manualidades, a realizar patrones, cocinar, a bailar, pues le gusta la música igual que a mi, ella siempre ha dicho, que hay que aprender de todo en esta vida pues uno no sabe cuándo lo va a necesitar y yo creo que tienes razón.

creo que fui buena hija siempre fui obediente, aplicada y juiciosa, sacaba las mejores notas en el colegio y mi madre nunca tuvo quejas de mis profesores, pues no me gustaba que mamá me castigara cómo lo hacía con mi hermano David cuando él se comportaba mal o era desobediente pero a pesar de eso siempre he tenido el resentimiento de que no me puso en primer lugar, como en el caso de Alirio, por creerle más a otras personas, como en el caso de Doña María, porque, desde mi punto de vista, le puso prioridad al ser mujer, antes, que el ser madre.

A causa de esto, cada día me fui encerrando más en mi misma, ya no era la niña activa que llegaba del colegio contandole a su mamá lo he había hecho en clases, me volví introvertida, era extremadamente llorona, todos mis compañeros de clases empezaron a llamarme la de cristal, pues a cada broma que me gastaban yo me enojaba y comenzaba a llorar y vaya que les encantaba hacerme maldades, como halar mi cabello, esconderme el bolso o quitármelo, en cerrarme en el baño, etc...

Un día que los chicos me tenian, encerrada en el baño, ya me ardía la garganta de tanto gritarles que me dejaran salir, mientras ellos se burlaban afuera, Franklin el líder de los varones revoltosos del salón abrió la puerta y observándome me dijo

- tienes los ojos verdes de tanto chupar mocos, jajaja se burlo.

Lo miré con rabia, - TONTO..! NO ESTOY CHUPANDO MOCOS..!

- pero mira como has llorado, sabes porque a ti te molestamos más..?

- Porque son IDIOTAS..!

- Noop, es porque tú te enojas y lloras, deja de. hacer eso y verás que se aburren.

- Tu también te aburrirás y dejaras de molestar..?

Nooop, a mí me encanta como tus ojos manchados cambian de color cuando te enojas, dijo acercándose,.. y tomándome de la barbilla depósito un húmedo beso sobre la comisura de mis labios.

Trate de hacerle caso, empecé a controlar mi llanto cada que me molestaban, a tratar de no enojarme, así fui aprendiendo aguantarme mis lágrimas y a controlar mis reacciones y como Franklin dijo, empezaron a dejar de hacerme tantas malas jugadas.

Así fueron pasando mis días en el colegio y aunque también compartía con mis amigas, ya no era igual, aún con compañía me sentía cada día más sola, mamá consiguió un empleo de secretaria en una empresa, cuando i llegaba del trabajo cansada se encerraba en su cuarto con Alirio y en toda la casa solo se sentía el aroma de los cuatro cigarrillos nocturnos que se fumaban diario, en mi corazón, sentía el abandono de mi madre.

Nunca le reclamé ni le reproche nada, nunca le dije cuanto necesitaba que me aconsejará, que me explicara sobre mi pubertad, sobre los chicos, sobre la vida, que me abrazara y me guiara en esos momentos, pues en mi corazón sentía ahogarme con un grito de "Mamá no me abandones en el camino" atrapado en mi garganta,, ; pues me sentía cada vez más indefensa ante mucha cosas.

A los 14 tuve mi primer periodo, pero esa charla de chicas que toda madre debe tener con su hija en ese momento, nunca llegó, como en el colegio ya nos estaban dando educación sexual y mi mesada nunca faltaba, además de que algunas de mis amigas me habían contado, ya sabía que hacer.

Mis hormonas estaban al borde y más con esa lectura que estaba realizando a escondidas cada tarde. Un día, estando sola en la casa, mientras me daba placer como solía hacer cada vez que podía, deseé ir más allá, probar algo de lo que hablaba la madame en sus historias y coloque un objeto en forma de falo y una almohada entre mis piernas, suavemente comencé a moverme como lo hizo Adriana en nuestro juego, se sentía bien y yo a cada momento estaba más húmeda y me moví con más fuerza, esto se deslizó y entro mas,. pero en lugar de sentirme bien, sentí un dolor como si me desgarrara por dentro, toda la euforia y el placer que sentía desapareció para dar paso al dolor.

Las pequeñas gotas de sangre, hicieron que me asustará mucho, sentia ardor y dolor, fui al baño a asearne y me acosté, aunque no sabía a ciencia cierta que era lo que había hecho, de esa forma tan estúpida perdí mi virginidad, ningún chico o hombre tuvo ese privilegio y ya lo descubriría más adelante.

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