UN PEQUEÑO ENCUENTRO

CALEB

Llevé a Sofía a su casa muy de mañana. Luego pasé por la casa cambiando y Llevé a Hernán al hospital.

— Cara más alegre la que tienes amigo.

— Por fin, siento que las cosas están mejorando para bien.

— Me alegro por ti y por Sofía. Ahora no sé si regresar a la residencia en la universidad.

—Tranquilo. No me molesta que estés conmigo en casa.

Llegamos al hospital.

Matilde como cachorro no dejaba de seguirme.

—¿Puedes dejar de seguirme? Me estás fastidiando.

— Pero quiero estar contigo. Me gustas—Me detuve en seco y la miré.

— Antes que te llenes de falsas esperanzas, yo tengo novia y la amo. Creo que eso es suficiente para que olvides lo que sientes.

— No me importa. Yo haré mi lucha contigo. Soy suficientemente bella para hacer que te enamores de mí.

— Haz lo que quieras solo no me fastidies porque te voy a reportar con el director del hospital por acoso.

— Ahora es acoso si trato de conquistarte—Matilde dio la media vuelta enojada.

Lo único que deseo es que Sofía y yo estemos felices. Matilde está demás.

Al terminar el turno en el hospital. Pasé como siempre por Hernán. Matilde fue detrás. Tomó mi mano.

— Caleb.

— Suéltame. No lo hagas. Ya te dije que tengo novia.

— Me gustas. Quería decirte que voy con todo contigo.

Ella se fue.

— ¿Qué fue todo eso?

—Una loca que me camina siguiendo.

— Está muy bonita.

—Te dejo el camino libre. Yo amo a mi Sofía.

Llegué a casa. Hernán se quedó en la sala y yo subí a mi habitación. Me di un baño y me acosté. Me sentía cansado. Cerré los ojos solo un instante. Una llamada entró. Era Sofía.

— ¿Hoy no nos vemos?

— Si quieres llego a tu casa en unos quince minutos.

–Te escucho desanimado.

—Para nada. No niego que estoy un poco cansado, pero para verte mi cansancio nunca será un pretexto. Llego en 15 entonces.

Me levanté de la cama y salí para donde Sofía. Llegué a su casa. En la sala estaban sus padres.

— Buen trabajo Caleb—Me dijo la mamá de Sofía cerrando uno de sus ojos.

— Ya nos dijo Sofía que ustedes dos ya se arreglaron.

— Si— Me sentí un poco avergonzado y pensé que ayer con toda la audacia había llamado para decir que ella estaba conmigo.

Sofía por fin salió del cuarto.

—Te quiero llevar a un sitio muy bonito para que cenemos— decía Sofía con una cara de felicidad.

— Está bien.

Salimos en el auto de Sofía. Llegamos a un restaurante muy vintage. Cenamos y estuvimos platicando un rato. Cuando César entró con una chica. La mirada de los tres era innegable.

— ¿Nos vamos Caleb?

César sentó a la chica y en un instante estaba en nuestra mesa.

—¿Quién diría que yo fui un payaso para ti? Aquí estás con tu ex.

— Pues tú no eres la gran cosa que digamos—Sofía señaló a la chica.

Me levanté y le tomé la mano a Sofía. Salimos del restaurante.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***