Los Hermanos Volkov. (Continuación De Tus Curvas mi perdición)

¡Mi mujer es divina!

Alexey: Mi cachorra pervertida está en una posición bastante incómoda, pero si la suelto demás que va a intentar dejar las cosas así. Y de hecho cuando dejé de besarla intentó patearme, pero no se lo permití. Luego de eso, la volví a besar, un beso lleno de fiereza y deseo, lleno de pasión, lleno de lujuria.

Abandono sus labios y voy bajando lentamente, chupeteando su cuello, y cuando voy llegando a sus pechos voy dejando un camino de mordidas, sexys, calientes, tanto que debo pensar creo que hasta en los calzones de mi abuela para controlarme. Llego a las puntas de sus generosas montañas y me detengo, saboreando como si fuese un bebé hambriento. Para éste punto, ya he arrancado varios gemidos de mi cachorra y hasta se ha estremecido toda. Eso me hace sentir más que bien, porque quiere decir que se lo está disfrutando. No he pasado mi mano más allá de la liga de su ropa interior, pero muero por tocar su centro.

Cuando lo toco, me doy cuenta que está completamente empapada. Uummmm bebé, como estás de lista para mí, dije con mi voz ya absolutamente distorsionada. Estoy enloquecido de deseo. Y saberla a ella así de preparada para recibirme, me hace encender aún más. No voy a parar, no voy a dejar pasar ésta oportunidad con mi sexy cachorrita.

Bajo su ropa interior y después de los muslos no da por la manera en la que la tengo abierta. Te voy a soltar las manos y a dejar que cierres las piernas, pero cuidado con lo que haces cachorra... Dije susurrando en su oído y al terminar chupé nuevamente su cuello.

Maripau: Alexey es un dios en ésto. Estoy fuera de la sintonía del mundo. Estoy flotando en el espacio, en uno MUY caliente, porque con semejantes caricias y forma de besar de él, pues no hay forma ni manera de evitarlo, y tampoco quiero hacerlo. Hace meses que no tengo una relación sexual y para que mentir, la mayoría de veces no he sentido nada extraordinario o memorable como para decir que deseo tener una vida sexual activa. Pero lo que él me está haciendo es sin dudas la escena más erótica y caliente que he tenido en mi vida.

Cuando me tocó mi zona V, se dió cuenta de cómo me tiene. Habló con una voz ultramega sexy y luego comenzó a sacar la última prenda que quedaba. De pronto volvió a hablar y me dijo lo que sinceramente yo quería escuchar. Él es mi acosador. Él es quien todos los días está pendiente de mi, que coma, que llegue bien a casa... Por dentro brinco de la felicidad, por fuera no dije nada, solo me quedé tranquila y esperé pacientemente a que me dejara en bolas como dicen en mi Colombia. y luego volví a sentir esos labios haciéndome estremecer bajo sus expertas caricias y las sensaciones tan deliciosas a las que me lleva. Si un apice de vergüenza me detalla y de pronto bajo mi atenta mirada comienza a desvestirse. Se quita la camisa y queda con el torso desnudo, ¡Ave Maria! está más papacito de lo que alguna vez creí. Pensé mientras me mordía el labio... Te he dicho que no hagas eso cachorrita.. dijo acercándose rápidamente, me dió una palmada en las pompas que me hizo respingar. Sonrió de lado y por favor siento que estoy a punto de llegar a mi climax por primera vez sin tan siquiera tocarme.

Se quitó zapatos y medias y al enderezarse terminó de bajar todo, pantalón y calzon dejándome así sin aliento. Es más grande de lo que lo ví esa vez en la oficina. Claro que tampoco es que haya detallado mucho. Se me hace agua la boca. Quiero sentirlo, que me haga suya, que me lleve a la gloria que ningún hombre me ha podido llevar.

Ya los 2 estamos como Dios nos trajo al mundo, con nuestras miradas nos devoramos mutuamente, cuando ya nos hemos recorrido, éstas se conectan y finalmente nuestros labios se buscan como el metal al imán. me carga y enrollo mis piernas a su cadera. Se sentó en la cama y de pronto cuando ya estaba por introducir su longitud en mí, me dijo: no me voy a proteger, quiero sentirte al natural. Está bien, yo me cuido, no hay problemas dije con la poca cordura que me queda.

Alexey: Mi cachorra es mucho más sexy de lo que en mis más bajas pasiones y fantasías creí. Tiene una cintura pequeña, unos enormes pechos que me enloquecen, sus pompas están para morderlas, y tiene un frente que es como ella, gordito y generoso. Yo estoy demasiado exitado, no me voy a detener allí. No en este momento, aunque ya después tendré el tiempo y le daré una atención especial. La levanto y se enrolla en mis caderas. Cuando nos sentamos, le confesé lo que realmente quiero. No quiero usar protección, quiero sentirla piel a piel. Paulina es la mujer que quiero en mi vida. La conozco aún más de lo que cree. Soy tan malditamente obsesivo con lo que quiero que ya se hasta sus mañas.

Por fin llegó el momento... Comienzo a introducirme en ella, voy lento, no quiero dañarla, pero ¡Dios! ésto es la gloria. Siento su estrechez, sus paredes me aprietan y yo solo deseo volverme un salvaje y entrar de una vez, pero sé que no soy pequeño. Cálmate Alex, vamos, cuenta hasta mil. La miro y veo su deseo, nuestras miradas están conectadas, de pronto ella sola termina de sentarse completamente de una vez. Su cara muestra un poco de molestia -Amor, estás bien, te lastimé- dije casi a punto de levantarme y cuando creo que ya no puede sorprenderme más, me dice en tono entrecortado y amenazante... Si te sales de mi ¡te mato! Ok, fué lo que dije con una sonrisa en los labios. En lo que se acostumbro a mi tamaño, empezó a moverse de una manera suave y progresivamente fué aumentando la velocidad. Mientras tanto yo le daba atención a sus enormes y deliciooooosoooos pechos, ella seguía buscando su propia satisfacción. Eso me encanta, Paulina es una mujer demasiado segura y hasta en ésto lo es. Definitivamente... Mi mujer es divina.