Colin.
Sus ojos. Como desee poder reflejarme en ellos.
Me acerco hasta posar mi frente en la suya. Escucho como se acelera su corazón y trata de contener la respiración. Siento una de sus manos sobre mi máscara y descubre mi rostro lentamente.
La obscuridad me favorece tanto que ella no podría distinguirme y menos cuando cambio mi voz a voluntad, pero justo cuando mis labios casi rozan los suyos, la detengo.
La estoy controlando y no quiero que esto sea así.
De nuevo su cuerpo pierde la fuerza y se desvanece sobre la cama con los ojos entrecerrados.
Tomo una de la flores, corto el tallo y la pongo en su cabello.
-De verdad no voy a lastimarte, jamás lo haría- le repito.
Peino el mechón de cabello que cae sobre su frente y le digo:
-Necesito saber si puedo confíar en ti ciegamente. Aún hay tiempo para nosotros, pero demuéstrame que no me estoy equivocando-.
Débilmente pone su mano sobre la mía y me responde entre esfuerzos:
-N-no pude a-agradecerte a-aquel día. Yo... Y-yo...-.
Sus ojos se cierran por completo cuando pongo mi otra mano sobre su frente.
Es mejor que creas que todo fue un sueño.
Camino hacia la ventana y, evaporando mi cuerpo, salgo de su casa.
Esto ha sido demasiado por hoy.
(30 minutos después de vagar por las calles con la mente ausente).
Llego a mi casa. Noto que el auto de Nathan no está, así que tendré tiempo para estar solo.
Voy directo a mi habitación y me recargo en la puerta mientras la cierro. Veo mi celular y decido enviarle un último mensaje:
-Siento no haber podido acompañarte está noche, pero espero y estés bien. Nos vemos mañana-.
Voy a mi rincón de arte y preparo el material para un retrato nuevo. Siento tanta inspiración que estoy seguro podría terminarlo hoy mismo.
Pongo música de piano y sonrío al cerrar los ojos y ver su imagen.
Su rostro tranquilo escondiéndose entre mis brazos, su pecho subiendo y bajando, mostrándome su corazón latente, seña de que existe una vida destinada para este muerto sin sentido.
Comienzo a realizar pequeños trazos que poco a poco voy uniendo.
(1 hora y media después de terminar el cuadro).
Veo el retrato terminado y es perfecto. Quitó un cuadro que está frente a mi cama y cuelgo el nuevo resultado. Me siento en mi cama sin dejar de verlo. Es como si Neftis estubiera mirándome justo ahora y ese lugar para tenerlo es el lugar indicado.
Me quito la camisa, las botas y me acuesto en mi cama mirando como plasmé su belleza.
Neftis, como me gustaría que lo vieras, ver tu expresión y poder llevarla en mi memoria por siempre.
Ya son las 3 de la mañana y escucho que entra en la cochera el auto de Nathan.
Salgo por una copa y al verme me saluda con una sonrisa.
-¿Qué te pasa? ¿Cuántas mujeres conquistaste hoy?- le pregunto sirviendo dos tragos y ofreciéndole uno.
-No hijo mío, no es un "a cuántas", es un "a quién"- responde bebiéndoselo en un instante.
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Comments
Lizbeth Gissela Llanco Bravo
me encanta
2022-03-22
1
Chabela Jesús
Muy buena
2021-04-21
2