(Continuación).

Colin.

No entiendo que pasó. Se supone que el can debía caer dormido al tacto pero no funcionó.

Perdido en mis pensamientos, entro en mi casa y me dejó caer en el sofá ignorando mi fuerza.

-¡Ten cuidado! ¡Vas a destrozarme la sala de nuevo si vuelves a hacer eso Colin!- me grita Nathan desde la cocina, pero no le hago caso.

-Oye, ¿qué hiciste? estás impregnado de rosas... ¿Acaso quieres atraer chicos está vez?-

-Jaja que gracioso- bufo ofendido -para que te burlas si sabes cómo obtener la respuesta- contesto mientras tomo mi mochila con la intención de ir a mi pieza, pero Nathan me detiene del brazo con fuerza.

-Por eso te estoy preguntando. No puedo escucharte esta vez. ¿Qué pasó?- insiste cruzando los brazos.

No lo había visto de ese modo. Es la primera vez que no puede entrar en mi mente.

-Solo... Tiene que ver con la chica de ayer. Quería verla un rato más... Entré en su habitación y... Había un perro con ella pero no me dí cuenta de eso. Podía escuchar sus latidos, su respiración pero no percibí el corazón de su mascota... Mi telepatía tampoco funcionó cuando quise silenciarlo... Y al querer huir, mi transformación tampoco se dió en el momento. Tuve que esperar a que ella se alejara un poco para que funcionará, y aún así tuve contacto con las cosas que, se supone, puedo atravesar- le confieso confundido esperando la reprimenda pero, después de un rato, solo escucho una risita.

Levanto la vista pensando que es mi imaginación, pero no. Sigue sonríedo y sacude la cabeza mirándome.

-¿Cuál es el chiste? ¡Estoy hablando en serio!- digo molesto.

-Es que no hay ningún problema. Eso es de lo más normal en los vampiros. Es solo que nunca diste señales de sentir algo en todo este tiempo que llegué a pensar que te convertí sin darte la oportunidad de vivirlo-.

Lo veo aún más molesto. Siempre habla dando tantas vueltas que me pone de peor genio en lugar de ayudarme.

-Estas confundiéndome más. Estaré en mi habitación- me resigno dándole la espalda.

-Te has prendado de ella, Colin-.

Esa frase me llega como una daga, pero quiero estar seguro de que escuché bien.

-¿De qué estás hablando?-

-Qué has encontrado a la mujer que guiará tu corazón en esta vida, ya sea a la felicidad o la destrucción. Te estás enamorando Colin y te está dando tan fuerte que en lugar de pasar a través de los síntomas por etapas estás sufriendo todo a la vez-.

Me quedo en shock mirando a la nada analizando lo que acaba de decir. Nathan pone una mano en mi hombro y me dice:

-Ven, siéntate y escúchame-.

Lo sigo a la sala de estar mientras el busca un par de copas en el bar y saca de la parte de abajo una botella negra de una caja de madera en color rojo. Mientras busca el destapa corchos, me dice:

-A través de los siglos los seres humanos se han referido al enamoramiento como una enfermedad que nubla todo juicio y uso de razón, llegando a cometer desde las peores atrocidades hasta las muestras de valor más grandes...-destapa la botella, de la cual el aroma me llega enseguida. Al servirla en las copas confirmo mi sospecha: eso no es vino, es sangre y no es de animal.

Tapa la botella y camina hacia a mí ofreciéndome una copa. La tomo con el máximo cuidado, ya que extrañamente Nathan se dispone a beber sangre humana y esto es como si abriera su vino más caro y especial.

-¿De quién es?- pregunto mientras hago de catador*.

-Una de los pocos descendientes actuales de Isabel Bathory- responde olfateando con delicadeza su copa -pero ese no es el tema a tratar Colin. Estamos celebrando que mi hijo tiene sentimientos humanos todavía, que no eres solo una máquina asesina sin raciocinio-

-¿Y porque celebraríamos eso? Me está provocando problemas- digo susurrando lo último.

-Porque existimos vampiros que no los encontrarán jamás, que aún no los han vivido, o perdieron la oportunidad de vivirlos-.

Nathan bebe y sin mirarlo lo imito.

-¿Existimos?-

-Primero: la gran mayoría de nuestros iguales pierden el sentido por la sed incontrolable que esto nos provoca;- continúa alzando la copa y bebiendo de nuevo -en segundo: estan los que aún no han encontrado a ese ser que los haga sentir humanos nuevamente, como tú antes de conocer a esta señorita; y en tercero: estamos aquellos infelices que tuvimos la oportunidad de sentirlo, de encontrar a nuestra alma gemela pero, por una u otra razón, la dejamos ir o perdimos la oportunidad de confesarnos- termina consumiendo el resto de la sangre.

-¿Y eso que tiene que ver qué estés festejando por mí?-

-Sigues sin entender qué tienes la oportunidad de ser feliz con ella en tu eternidad, o dejarla pasar su vida ajena a tus sentimientos y verla morir, volviendote un infeliz muerto viviente que no puede terminar con su existencia...- al explicar eso se pone de pie dándome la espalda para terminar diciendo -lo que te está pasando te hará perder el control sobre todos los poderes que has desarrollado y los que aún no manejas a la perfección con el fin de que ella encaje en tu vida, para convencerla y convencerte a ti mismo de que es el amor que necesitas y que buscabas sin saberlo.

Hasta que tomes una decisión tus poderes volverán a la normalidad, pero de ella dependerá lo fuerte, lo noble y lo despiadado que serás en el futuro-. Deja la copa en el bar y se va a su habitación.

Nunca me había contado nada de su vida personal hasta ahora y al parecer le he hechado limón a la herida con mi experiencia.

*Catador: Persona que se dedica a probar o catar vinos para informar de su calidad y de sus propiedades.

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