capitulo 8- Energía espiritual

Belial - Lua jadea después de haberse separado por unos segundos con el demonio

- Sabes bien como prenderme - Este Gruñe para dejarla en la cama nuevamente - Pero está vez no caigo. Debes descansar

- Estoy bien

- No estás bien, sabes que casi pierdes tu energía espiritual

- ¿Q-qué? ¿Energía qué? - Belial frunce los ceños, incapaz de creer que Lua no supiera que era la energía espiritual de los inmortales

- ¿Es en serio no la sabes? - Está asiente con un puchero, el hombre suspira para comenzar a explicar la energía espiritual - La energía espiritual, es algo que tenemos todos los inmortales, ya sean demonios o hadas, es lo que te ayuda a tener tus habilidades mágicas, y que también es la que te convierte en un inmortal sin esa energía, morirás para renacer en el mundo mortal ¿Entiendes? - Lua asiente, además recuerda que leo un parte del libro que explicaba lo de la inmortalidad - Y tú casi perdiste la tuya

- Esa Maldita emperatriz, fue su culpa, además dónde fuiste, cuando me desperté te habías ido, me dejaste sola en ese lugar sabiendo que pasaría - Frunce los ceños mirando mal a Belial - Realmente eres malo

- Sé que soy malo Lua, pero tuve un asunto urgente

- ¿Qué era tan importante para dejarme sola para morir?

- Ése maldito reino, envió sus malditos hadas a atacar mi Reino, y seguro que fue tu principito, parece que se enojó tanto al escuchar cómo te hacía gemir y quiso matar a toda mi gente - Aprieta los puños de solo recordar, si no hubiera llegado a tiempo su reino sería completamente masacrado por eso malditos

- B-bueno

- No importa ahora descansa, debes recuperarte

- Pero… - Belial la pone el dedo índice sobre los labios, sonriendo de lado

- No olvides que sin tu energía espiritual, morirás para renacer y convertirte en un mortal - Lua gruñe no teniendo más opción que quedarse en la cama por todo el día, con los ojos de Belial sobre ella

Mientras tanto, en el reino de las hadas, la emperatriz había Sido gravemente herida, pero afortunadamente, lograron salvarla, tanto como su energía espiritual, Calipso estaba furioso

- Ese maldito demonio, ¿Quién se cree? - Aprieta los puños con fuerza, Belial no solo había lastimado a su madre, sino que también se llevó a Lua, mira a su padre para preguntar - ¿No podemos deshacernos de ese demonio?

- Nosotros no tenemos ni la mitad de su poder - El emperador niega - no estamos a su nivel, solo estaríamos cavando nuestra propia tumba

- Pero padre - Sin embargo, su padre lo Interrumpe

- Pero nada, hijo, no podemos arriesgarnos, - El emperador mira calipso negando con la cabeza

- Pero si lo hicimos una vez, podemos hacerlo de nuevo

- No, no fue nosotros, sino la diosa sin ella, el rey demonio jamás podría haber Sido derrotado

- Y Lua, ¿Qué pasa con ella? - El emperador frunce los ceños

- ¿No me digas que estabas queriendo atacar el reino de los demonios, solo por esa mujer? ¿No serías capaz de mandar a tu gente a morir, solo por salvar esa mujer que incluso te engaño? ¿Verdad calipso?

- C-claro que no.- Niega esté

- esperó que así sea, si había aceptado ese dicho enamoramiento antes era porque, creí que era un capricho tuyo y pronto pasaría, pero veo que la caprichosa fue ella, después de usarte se lanzó hacia ese demonio - El príncipe Aprieta los puños - No olvides que estás comprometido calipso, tu destino es casarte con la diosa que será nuestra guerrera para acabar con ese reino del mal ¿Entiendes?

- S-si padre.

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