Episode 18

-Adela despierta.

Después de que Adela derrotara a los soldados, esta cayó al suelo y perdió el conocimiento de inmediato, Alan preocupado llevo a Adela dentro de la casa nuevamente para que esta se recuperara, pero en cambio su estado cada vez era más preocupante, su fiebre no paraba de aumentar y el rubor de sus mejillas se había convertido en una enfermiza tez pálida.

-Ha pasado un día y aun no despiertas, por favor abre los ojos.

Susurro Alan preocupado, mientras Adela seguida dormida.

-¿He que es este lugar?...esto es hermoso, ¿Dónde estoy?

Adela volteo y observo un florido bosque a su alrededor, mientras las flores de cerezo caían sobre el suelo, y una fragancia a jazmines inundaban su nariz.

-Por fin estas aquí Adela, te estuve esperando.

Se escuchó una agradable voz susurrar en sus oídos, fue entonces que Adela vio una hermosa silueta vestida con flores que cubrían todo su cuerpo, era una mujer inusual, con un cabello blanco y ojos verdes que se mesclaban con el hermoso bosque frondoso que las rodeaba.

-¿Quién…?

-No temas… yo soy Flora la diosa de los jardines, te eh observado desde siempre y siempre eh estado a tu lado, Adela eres hija de quien salvo mi vida en el pasado y de quien considere un hijo para mí, los humanos tienen un tiempo de vida muy corto, por lo que evitamos interactuar con ellos para no crear relaciones ni vínculos, pero eso me fue inevitable después de conocer a tu abuelo.

Adela no podía creer las palabras que salían angelical mujer que estaba frente a ella.

-Espere, me está diciendo que usted es…¿la diosa de la primavera?, pero ¿qué tiene que ver mi abuelo en todo esto? yo apenas lo conocí.

Dijo Adela inquieta por la situación, fue entonces que vio a la hermosa dama sonreírle con gentileza.

-Tu abuelo fue un hombre maravilloso, hace exactamente sesenta y dos años intente convivir con los humanos, pero estos descubrieron que no era como ellos, y me acusaron de brujería, tu abuelo me ayudo a escapar y me salvo, prometí recompensar aquel acto, pero cuando volví para encontrarlo, él ya estaba casado y tenía a sus propios hijos…yo solo desee su felicidad y prometí cuidar esa felicidad que el había formado, al paso de los años me presente ante el para que el me dijera su deseo, pero tu abuelo que ya tenía a su hija casada y su esposa muerta solo me pidió una cosa.

-“Flora, mi hija está embarazada de mi tercer nieto…pero, dicen que el pequeño bebe no podrá soportar el embarazo, así que solo te pediré que cuides del nieto que se encuentra en el vientre de mi hija…yo sé que tu cumplirás tu promesa, yo ya soy abuelo y tú, Flora aun eres tan joven como el día en que te conocí, así que sé que cuidaras de mi nieto”

-Esas fueron las palabras de tu abuelo antes de que yo te diera mi bendición.

Adela miro a Flora quien sonrió con tristeza.

-¿Entonces usted…usted fue quien?

-Sí, yo prometí protegerte y no cumplí correctamente mi promesa, lo siento, sufriste mucho por mi descuido, por esa razón te ayude a volver, dándote una nueva oportunidad, y te bendije con el don de las flores.

Dijo la hermosa diosa Flora que la miraba con cariño.

-Entiendo.

Adela paso un buen tiempo con la hermosa joven mientras esta le contaba aventuras que había vivido junto al abuelo de Adela, fue entonces que de repente unas voces se escucharon por todas partes.

-¡Mamá!

-Mis hijos, Flora quiero volver.

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