Episode 16

Adela corrió contra uno de los soldados y lo decapito en el acto, dejando a todos impactados por la determinación que mostro su rostro, al ver caer la cabeza de su enemigo al suelo, “no perdonare a quienes intenten lastimar a mis hijos” se dijo Adela a si misma al levantar su mirada a los soldados aterrorizados frente a ella.

-¡Alan!

-¡Si!

Grito Alan antes de empuñar ambos sus espadas y atacar rápidamente a sus enemigos, Adela observo a Alan a quien le costaba mantener su espada en alto por la gran herida en su brazo por lo que se puso a su espalda para protegerlo.

-Solo ataca cuando sea necesario.

Dijo Adela mientras se dirigía contra los últimos siete soldados que quedaban en tierra, fue cuando estos cayeron desplomados al suelo, que Adela suspiro agotada, Alan podía notar lo débil que esta se encontraba y un pequeño corte que ella tenía en su pierna, pero al mismo tiempo se dio cuenta que esta jamás había dejado de mirar en la dirección en que habían escapado sus hijos, “¡No! Estamos demasiado débiles no podremos con los tres jinetes que quedan” pensó Alan antes que Adela cayera al suelo sujetándose la cabeza, “No moriré aquí, ¡Mis hijos me están esperando! Si no me apresuro no podre alcanzarlos” pensó Adela mientras se levantaba con más valor que nunca y saltaba ágilmente sobre el jinete frente a ella, Adela cayo de pies sobre el lomo del caballo mientras se sentaba con rapidez y pasaba su espada por el cuello del jinete que montaba delante de ella, “No permitiré que me arrebaten a quienes amo nuevamente”. Alan que estaba observando lo sucedido quedo sorprendido por la gran habilidad inigualable de Adela, había acabado de dar un salto de casi dos metros para caer sobre el lomo del caballo de su enemigo, era una escena milagrosa, Adela mato al jinete de aquel caballo, para luego asesinar habilidosamente a los otros dos jinetes restantes, fue al final de acabar con todos, que esta volvió al suelo y Alan la observo sorprendido.

-Adela ¿Cómo hiciste e….

Alan no alcanzo a terminar de hablar antes que esta cayera al suelo agotada.

-Alan, por favor…por favor ve a buscarlos.

Dijo Adela antes de quedar inconsciente por el agotamiento.

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Al paso de casi dos horas cabalgando Dean y Colette seguían distanciándose más y más de su madre, fue entonces que vieron a un hombre de capucha negra cabalgar junto a ellos, y tomar las cuerdas del caballo para detenerlos, los dos hermanos asustados no se atrevieron a observar a aquel hombre pensando que podría ser uno de esos soldados, pero cuando este les ofreció ayuda para bajar del caballo en el que montaban, se sacó la capucha dejando su rostro al descubierto, fue entonces que observaron hermosos ojos negros y un cabello obscuro como el de ellos, por alguna razón dejaron de tener miedo al ver la sonrisa amable de aquel hombre que los estaba ayudando.

-Pequeños  ¿les ayudo a bajar?

Dijo Camilo mientras observaba con una sonrisa amable a Dean y Colette quienes sintieron gran seguridad al mirarlo.

-Gracias señor.

Respondieron los niños aceptando la ayuda de Camilo.

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