Episode 5

-Niños quédense detrás de mí, Colette no dejes que Dean salga.

Ordeno Adela a su hija mientras ella se concentraba en derrotar a sus enemigos. Mientras los niños se quedaban en el pequeño cuarto Adela lanzo unos bolsos adentro y corrió al pasillo para gritarle a Darwin y este la escuchara.

-Hermano ve con madre nosotros estaremos bien.

Darwin que seguía escondido en el primer piso, escucho a Adela y confió en ella al ya saber  las habilidades que esta tenía con la espada, “Bien hermana confiare en ti, nos veremos pronto” pensó Darwin mientras corría rápidamente al sótano para proteger a Sebastián y a su madre. Adela que ya había dado el aviso a su hermano volvió a la habitación y entro junto a sus pequeños en el cuarto oculto, mientras estos aferraban a ella temerosos. Al paso de unos minutos Adela logro calmar a sus pequeños, y estos se quedaron dormidos mientras ella los tapaba para pasar el frio, Adela podía escuchar a los soldados detrás de la gran pared de pueda que se encontraba frente a ella “no importa que, estamos seguros aquí mientras no hagamos ruido” pensó Adela mientras observaba el gran seguro que ella había mandado a poner en la entrada oculta hace algunos años.

-Colette, Daen, mis niños arriba debemos salir de aquí ahora, tomen cámbiense la ropa y pónganse esta, aprovechen también de comer y beber algo.

Dijo Adela mientras estos se ponían la ropa humilde que su madre les había entregado, Adela los observo obedecerla sin hacer ningún reclamo, al ver la ropa de aldeanos que ella les había ordenado ponerse, y de inmediato ella comenzó a guardar algo de dinero que aún le quedaba en el cuarto entre sus ropas, el mango de su espada y de sus cuchillas, “Bien en total solo creo que poder cargar con noventa y ocho monedas de oro…creo que”.

-Dean, Colette vengan aquí…tomen, aquí hay cuarenta monedas de oro para cada uno, no sabemos lo que pueda pasar en el futuro, deben cuidar este dinero, si en algún momento se quedan solos pueden sobrevivir unos días con esto.

-Si madre.

Dijeron los dos pequeños al mismo tiempo al ver a su madre protegerlos con tanto esmero.

Al terminar de comer junto a los niños, los tres bajaron al subterráneo, por el que ella había escapado en el pasado, el camino no había cambiado y podía sentir el olor a humedad en las paredes, fue entones que Adela se fijó en como los dos pequeños caminaban tomados de la mano sosteniéndose fuertemente entre ellos.

-Si están cansados nos detendremos.

Hablo Adela al ver los rostros cansados de sus hijos, ambos se miraron indecisos y se sentaron en él suelo mientras trataban de recuperar el aliento.

-Niños el camino es largo nos tomara mínimo dos horas salir de aquí, así que si están cansados díganme y tomaremos un descanso ¿sí?

-Si mamá.

Respondieron los dos pequeños mientras Adela les sonreía con dulzura.

Al paso de unas horas al fin estaban en los campos cerca de la laguna, Adela se acercó junto a sus dos pequeños a unos caballos los cuales ella ya tenía preparado de antemano en caso de que algo así sucediera, y monto su caballo junto a sus dos hijos.

-Afírmense bien ambos.

Dijo Adela mientras galopaba rápidamente dirigiéndose a una cabaña que había comprado como regalo para Kathy, “Kathy…Kathy siento no haber podido protegerte” pensó Adela mientras sentía el calor de sus hijos junto a ella al galopar.

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