Capitulo 11

Con el recuerdo, decido limpiar mis lágrimas y no hacerle caso a lo que me dijo mi hermano. Prefiero ser quien soy, no negar mis orígenes y raíces, y estar rodeada de verdaderos amigos, no como aquel que solo se rodea de gente hipócrita que se moldea a la sociedad y hace amigos falsos que, cuando los necesitas, no aparecen.

Entro al baño y me doy una buena ducha. Voy dispuesta a salir y distraerme. Voy a ver si los chicos tienen algún plan para ver si me uno a ellos. Le marco a Jenny para ver si los chicos están planeando salir. No repica dos veces cuando ya ha contestado: "¡Amigaaaaaa, ¿dónde estás? Dios, escucho mi plegaria, ayudaaaa, todos morimos del aburrimiento. Así de grave estamos que Carlos y Ángel andan jugando ajedrez. Ahí, pero ¿qué les pasa? Eso no se tira". (Todo lo dice gritando, a mí me toca alejar el teléfono y aún así se oye lo que dice). "Xan, ¿no fue contigo? Xan, dime qué vamos a cazar fantasmas, a cazar un duende, a recoger un cadáver, ¡qué sé yo!, pero sácame de aquiii". Me echo a reír, no puedo con ella, y con mi cara muy seria digo: "Tienen veinte minutos y nos vemos en la Clínica Duarte. Dicen que por el Malecón se ve una mujer caminando y llorando. Veamos qué más hayamos, ¿sí?" Y vuelvo, me despego el teléfono, sé que se viene el grito: "¡aaaaAAA, TE AMO Y NO, EN VEINTE NO, EN DIEZ BEBE, NOS VEMOS ALLÍ SIN FALTA, YA VAMOS EN EL CARRO!".

Me sorprendió cómo dijo y no puedo parar de reír. Agarro mi bolso y cuando me dispongo a salir, el chico fantasma se atraviesa y me dice que me acompañará. Decidida a protestarle, pero no me dejó, solo se esfumó. Salgo corriendo a la escalera y él está con una risa arrogante en la puerta. Este fantasma es raro, aparte me había olvidado de su presencia. Es que cuando me pongo triste, no le paro a nada de lo que está a mi alrededor. Veamos qué pasa. Corro a mi prenda y agarro una gorra camuflada y le digo a Cipriano: "Hoy vamos a pasear". Salgo de la casa y agarro un taxi a la clínica. Llego en 12 al sitio y los muchachos ya están aquí. Jenny se me lanza y me dice que no me desaparezca, que al paso que va, morirá pronto del aburrimiento por culpa de esos dos.

Yo solo niego con la cabeza y me río. Les pregunto si están listos para empezar la aventura. Lo que ellos no saben es que iremos a la morgue. Un amigo de mi mamá la llamó y le dijo que hoy estaba de guardia. Desde hace un mes anda tras de mi mamá para que viniera. El pobre dice que a veces se escuchan pasos o si alguien se arrastrara. Que una noche llegó una señora por COVID-19 y, según se sentó y gritó, y luego así como si nada se desplomó. La gente que la traían abandonaron el sitio y se echaron a correr y él solo pudo rezar. Ya que esa noche tenía guardia y para males esa noche se escuchaban gritos de auxilio y pasos. Esa noche cuenta que fue la peor. Así que, ya que quería divertirme con mis amigos, ella le marcó y le dijo que yo podía ir hoy, y de buenas que ahorita está allí.

"Vamos chicos, caminemos por aquí", empiezo a caminar hacia la clínica y Carlos se me para en frente y me dice que por qué íbamos en esa dirección. Yo no dije nada de ir a la clínica. "Pues fue una mentira blanca. A ti te dan pánico las morgues, pero allí es donde está la mejor actividad. Además, es allí donde nos necesitan". Él se pone pálido, que si estoy loca, que prefiere buscar a la mujer que camina por allí. "Como ya te dije, fue una mentira. Si decía que veníamos a la morgue, tú no vendrías y quiero que le pierdas el miedo a estos sitios". Angel le golpea el hombro y le dice: "Deja de temer. Todos estaremos juntos. Nada malo pasará. Vamos, camina que se nos hace tarde". Y así, él se resigna y empezamos a caminar rumbo a la morgue de la clínica.

Le marco a mi mamá para que le avise al guardia que ya llegamos. Jenny está súper emocionada. Nunca ha entrado. Yo, por mi parte, he entrado como 5 veces a la morgue. Para algunos es un sitio espeluznante, pero para mí es un sitio fascinante. Lo único malo es el olor de algunos cuerpos, pero del resto todo bien jajajaja. Vamos caminando y Carlos va pálido. Angel no pierde la oportunidad de molestarlo y Jenny, pues ella va con una preguntadera. Parece Pepito preguntón. Al fin llegamos a la entrada y aquí nos espera un vigilante. Pensé que sería un hombre joven, pero para mi sorpresa es un abuelo. Nos pide que lo acompañemos. Voy tras de él y nos va contando exactamente todo. Que de hace 6 meses para acá están pasando cosas extrañas y todo desde que descubrieron a un loco. Sí, un loco, porque eso no tiene otra palabra. No saben cómo llegó allí, aunque las cámaras revelaron lo que pasó y cómo fue que estuvo en la nevera y que nunca salió de allí como lo hizo creer.

El hombre, luego de reconocer a su novia, descubrió que ella había muerto porque, según él, la celaba y la encerraba. La joven no aguantó más y se clavó un cuchillo en la garganta. Lo que ella no sabía era que estaba embarazada. Al llegar a su casa, había vecinos afuera y la policía. Le pidieron que viniera a reconocerla, ya que la traían porque, según ellos, traía signos vitales, pero en la ambulancia murió. El hombre fue llevado a la morgue. Dicen que cuando la vio, empezó a gritar y trataba de que ella se levantara. El oficial se conmovió y le permitió quedarse 5 minutos más para que se despidiera. Salió del sitio dejando al hombre en estado de shock. Lo que nadie sabía era que él tenía un plan para que nunca lo separaran de ella.

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