Realidad

Escuchó voces mi alrededor, todo me da vueltas, siento náuseas, abro los ojos y hay un hombre de mediana edad, tés morena y con risos, camisa blanca y short, encima tiene una bata blanca, me está checando con un estetoscopio los signos vitales, le miró un poco confundida, él me tranquiliza y se presenta.

Hola - soy el Dr. Germán Orantes.

Me puedes contar ¿Qué te pasó?

Estoy mareada, tengo náuseas. Tal vez será, porque no he cenado. Respondí

Él me mira, y pide permiso de si puede conversar conmigo en privado. Solamente preguntas de rutina. Le parece bien.

Claro, sí.

José sale de la habitación.

El Dr. me mira con ojos interrogantes si te sientes preparada responde o si no tranquila, no pasa nada.

¿Ha habido una pelea?

¿Sufres de violencia? Lo digo por lo que hay quebrado aquí.

Yo abro los ojos como platos y digo inmediatamente

No.

No, entiendo de dónde ha sacado esa conclusión, pero no sufro de violencia doméstica física, pero... Me detengo al darme cuenta que es un desconocido y no le voy a contar como me han visto la cara, siéndome infiel.

¿Entonces, hay posibilidad de que estés embarazada?

Arrugó mis cejas y niego con la cabeza.

El Dr. Me dice que me haga unos exámenes de rutina, y que beba mucha agua y que descanse. Luego se marcha.

En el buro qué hay al lado de la cama, hay un pequeño reloj, revisó la hora, son las 10:36 pm necesito levantarme e ir a revisar los niños.

No, no puedo ni siquiera pensar en un embarazo, no, no es posible.

Al salir de la habitación veo a José de pie justo en la puerta, le miró y él dice: ¿podemos hablar?

Todo viene como flashes a mi cabeza, siento mucha rabia y no entiendo como puede estar en frente de mí queriendo explicar. No tiene la más mínima vergüenza.

No. No tengo nada de que hablar. Me dirijo a la habitación de los niños. Antes de entrar doy la vuelta y digo:

Mañana regresamos en la tarde, los niños y yo por nuestra cuenta, y tú espero que te marches por la mañana de aquí y cuando lleguemos a casa, espero no encontrar nada de ti. Le miró con determinación.

Entró a la habitación los niños, duermen tranquilamente, la fiebre ha desaparecido, y ya no están rojos, la crema ha borrado la insolación. Sé que estarán bien y no despertaran hasta la mañana.

Son mi vida - les susurro, mientras depósito un pequeño beso en la sien de mis hijos.

Miró por la ventana la noche afuera se ve maravillosa.

Vuelvo, a mi habitación recojo mis pertenencias personales, no hay rastro de José, agradezco a Dios no quería encontrarlo, regreso con mis cosas y las ubicó en la habitación de los pequeños.

Decido, salir e ir a buscar a Lina. Miró la hora en mi teléfono, son las 11:25 pm me preguntó ¿Y si ya duerme?

No pierdo nada con intentar, caminó hacia su cabaña, necesito verla, qué me abrace y me consuele.

Estoy a punto de tocar la puerta, de pronto la puerta se abre, ella está ahí con pijama y el cabello suelto le cae como cascada, su cabellera rubia le brilla, sus ojos color miel brillan y su sonrisa está resplandeciente, me abraza y susurra a mi oído - te estaba esperando.

Yo no he dicho nada.

Me agarra de la mano y me arrastra por la escalera de caracol, y puedo apreciar una habitación maravillosa, su cama es una King zice toda la ropa de cama es roja, una lámpara de araña cuelga del techo, la luz cálida le da un toque especial, desde el ventanal se puede apreciar el mar y como las olas revientan, también se puede ver la calle principal, ahora entiendo, porque me vio antes de que llegara.

Lina, está mirándome fijamente, antes de venir me puse un vestido corto de verano, mis piernas largas sobresalen por el vestido, dándome un toque dulce y delicado.

Se acerca, se coloca detrás de mi espalda, siento un calor por todo mi cuerpo, mis piernas tiemblan un poco. Dice: sino estás segura de hacer esto, no te preocupes. Solo dilo, quiero que sepas que te deseo, eres hermosa y ahora mismo lo único que quiero es probarte y hacerte mía.

Doy la vuelta, miró sus ojos que esperan una respuesta.

En este momento todo ha cambiado en mí, solo deseo algo y es sentirme deseada, amada, aunque sea solo una noche, no hay prejuicios por quien es, soló sé que deseo a esta mujer y ella me desea.

Solo quiero que sepas que con una chica es mi primera vez. Digo nerviosamente. Y ahora solo deseo que me hagas el amor.

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