Capítulo 18 PROPUESTA Y ACCIDENTE

...MÁXIMO NOVIKOV...

Fiorella solo puede verme por varias horas para llevar a cabo lo que cuidadosamente he planeado para la propuesta de matrimonio en unos días y de verdad estoy ansioso, casi al punto de afirmar que la espera me está desesperando.

He decidido combinar alguna de las cosas que más le gustan para proponerle lo más importante el día que ella pueda dedicarme en su totalidad. He planeado que vayamos a una casa que tengo en la playa y contraté al chef que prepara los platillos que a ella más le gustan para que ese día solamente nos atienda a los dos. En ese lugar planeé un almuerzo y después navegar en mi yate hasta el atardecer y mientras nosotros estamos ocupados, se prepararía una mesa para los dos decorada de una manera muy romántica para sorprenderla.

Con el paso de los días mi ansiedad fue creciendo y más al acercarnos a la fecha tan especial.

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Desgraciadamente las amenazas no dejaron de llegar. Hasta mi tío recibió un sobre de las mismas características al igual que lo hizo mi padre.

Un día un sobre llegó a la empresa entre otra correspondencia y lo dejaron sobre mi escritorio ya que tenía mi nombre. Dicho sobre contenía una nota con recortes pero que formaban palabras que yo no podía entender. Tuve que pedirle a la señorita Roselli que se fijara si ella sabía qué es lo que decía aquella extraña nota.

La señorita Roselli me miró con más seriedad de la que acostumbra y me dijo que nada bueno decía aquello. Era un mensaje amenazante en el cual se exigía que nos deshagamos de las sedes más importantes de la empresa o pagaríamos las consecuencias.

Debí decirle a mi padre lo que había recibido y en cuanto a la señorita Roselli hacerle firmar otro acuerdo de confidencialidad; ya que esto no solamente era acerca de temas laborales sino más bien personales. Desgraciadamente esa no fue la única nota que recibimos porque mi padre al día siguiente vino con una muy similar para que la señorita Roselli pudiera interpretarla.

Un día antes de hacerle mi propuesta de matrimonio a Fiorella recibo una llamada de un número desconocido y al atender descubrí que era mi tío, quién me llamaba desde el teléfono de uno de sus guardaespaldas para decirme que mi primo había sufrido un importante accidente y necesitaba dadores de sangre. Nosotros somos gente muy sana y el grupo sanguíneo que compartimos la mayoría de los Novikov es bastante extraño, por lo cual ante un accidente o problema sabemos que varios de nosotros podemos donarnos entre sí.

El carro en el que mi primo se transportaba tuvo un desperfecto en sus frenos, algo que me pareció demasiado extraño ya que somos muy cuidadosos en cuanto a lo que conducimos y a la seguridad. Siempre nuestros vehículos poseen una verificación que se hace casi mensualmente para poder prevenir cualquier inconveniente que pueda afectarnos.

Afortunadamente nada pasó a mayores y él al cabo de unos pocos días podría estar recuperándose en casa. Nos quedó de todos modos la incertidumbre por saber si ese accidente fue algo como tal, o si tuvo que ver con las amenazas que hemos estado recibiendo.

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Fui a recoger a Fiorella. Ella al saber que iríamos a la playa a pasar todo el día juntos vestía acorde a la ocasión; no hace falta aclarar que se veía preciosa.

Almorzamos tal y como estaba planeado y después fuimos a navegar. En mí yate tengo un cuarto que fue testigo de nuestro amor. Luego al atardecer fue cuando volvimos donde una cena ya estaba preparada para los dos.

Fiorella vió sorprendida todo lo que había dispuesto para nosotros y por el brillo de sus ojos y su hermosa sonrisa supe que le había encantado. Había acertado en cuanto a los preparativos. Cenamos su platillo favorito, luego trajeron el postre y cuando lo terminamos le hice la propuesta tan esperada a quien rogaba aceptara ser mi futura esposa. Había estado practicando y ensayando que diría por días pero en ese momento todo se me olvidó

-Fiore el tiempo que he compartido a tu lado ha sido el mejor de toda mi vida. Te amo como jamás creí poder amar a alguien y de verdad me harías el hombre más feliz de este mundo si aceptaras ser mi esposa- abrí el estuche en el cual estaba la sortija que esperaba ella utilice para siempre

-¿Me lo preguntas en serio?- se veía emocionada y a punto de llorar

-Si mi amor, nada me haría más feliz que aceptaras ser mi esposa- le dije con absoluta sinceridad y vi que ella derramaba algunas lágrimas de emoción

-Si mi amor claro que acepto, te amo, te amo, te amo, te amo

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La habitación que compartiriamos estaba iluminada por velas y había algunas rosas adornandola. Ella fue testigo de cuánto la amo y de que deseo complacerla en todo lo que esté a mi alcance, haciéndole el amor y sintiendo como ella alcanzaba la cima fue lo que hizo que la noche terminara con broche de oro.