capítulo 5

Paso alrededor de cinco horas en las que viajaron en coche, hasta llegar a la manada del que ahora sería su pareja y su nuevo hogar. Al llegar, Kennedy bajó ya que sentía sofocarse, puesto que en todo el viaje sintió la mirada fija de Logan, logrando incomodarla, aunque sabía que entre él y ella había pasado algo mucho más vergonzoso, pero para una chica de su edad esto era un poco penoso.

Kennedy observó mejor alrededor, dándose cuenta de que la manada estaba muy bien acomodada y que estaba muy bien equipada, podría decirse que parecía una mini ciudad. Al estar distraída mirando, no escuchó cuando Logan le hablaba, sino porque este la sujetó del hombro.

Logan: ¿Escuchaste lo que te dije? (fríamente), (frunciendo el ceño) Qué molesto... te lo repetiré una segunda vez y espero que entiendas... estando en mi manada, nadie puede lastimarte o agredirte, si lo hacen tienes que decírmelo y yo me encargaré de castigar al culpable, ¿entendido? (sentenció)

Kennedy: Sí... no tienes que preocuparte, no causaré ninguna molestia...

Logan: Eso espero... vamos, te mostraré donde te quedarás. (Caminó sin esperarla)

Cuando se dirigían a la segunda planta de la mansión, fueron detenidos por una señora ya un poco más de 50 años...

Logan: Kennedy, te presento a mi nana, Marta. Ella ha estado con nosotros desde que éramos pequeños. Y ella se encargará de lo que necesites, así que cualquier cosa estoy en mi oficina...

Para cuando Kennedy quiso decir algo, Logan ya se había ido.

Marta: (la toma de la mano) No se preocupe, niña, el joven Logan siempre ha sido así, ya que desde su niñez fue serio y jamás le ha gustado convivir con otras personas...

Kennedy: ¿Entonces no le gustó?

Marta: Con usted es lo contrario, ya que es su pareja, él viajó en el mismo coche y me dejó a cargo de usted. Eso quiere decir que usted la mira de otra manera...

Kennedy: Yo no diría eso, pero en fin... vamos a lo que será mi habitación. (Decía mientras cedía el paso a la nana)

Al caminar escaleras arriba, llegaron a un enorme pasillo lleno de habitaciones, cosa que no era nada diferente a la casa de sus padres, así que solo se limitó a observar y ver cuál sería su habitación. La señora se paró frente a una puerta café oscuro de más de 2 metros, la abrió lentamente, dejando ver una habitación extremadamente espaciosa junto a una pequeña sala y una cama enorme...

Marta: Esta será su nueva habitación, mi luna...

Kennedy: (le fue un poco incómodo lo de luna, pero sabía que era una regla en cada manada) ¿Y es solo mía esta habitación? (observando)

Marta: (sonríe) No, mi niña... usted compartirá la habitación con el Alfa, ya que él lo pidió así.

Kennedy (seria): Bien, puedes dejarme sola, quiero descansar...

La señora salió de la habitación dejando a Kennedy sola, quien fue hasta el closet y como lo pensaba, ya había ropa para ella. Tomó un vestido floreado junto a un conjunto de lencería en tono negro y unos zapatos de piso. Entró al baño a tomar una ducha, estuvo media hora para después salir y encontrarse con Logan, quien al verla salir vestida así frunció su ceño...

Logan: ¿Vas a salir? (se acercó despacio a donde estaba ella)

Kennedy: No... solo me duché... (observando cómo este se le acercaba)

Logan (toma un mechón de cabello, colocándolo atrás de su oreja): Bien, que te acompañe Marta...

Kennedy: ¿Y por qué no me acompañas tú?

Logan: Lamento decirte que mi compañía es un poco desagradable y no...

Lamentablemente, esa excusa no funciona con Kennedy, quien quería saber si en realidad este no la odiaba o le disgustaba su presencia, así que antes de que siguiera hablando, lo tomó de la mano jalando fuera de la habitación, hasta llegar a la puerta principal...

Kennedy: Bueno, (tomaba con fuerza su mano) muéstrame el lugar que será desde hoy mi hogar... (sonriente)

Por un momento, Logan quedó anonadado con esa hermosa sonrisa, para después recobrar el sentido. Aunque este era del todo inexpresivo y no soportaba que nadie lo tocara o quisiera mandar en él, lo que hizo esta pequeña no le molestó en absoluto, así que con un semblante serio le contestó.

Logan: Vamos (fríamente).

La pareja comenzó la caminata, pero no se habían percatado de que, mientras caminaban, habían pasado de ir tomados de las manos a que él entrelazara el brazo de la joven al suyo...

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