8. La enfermedad que infecta el alma

Flynn sentía mucha vergüenza.

_ Discúlpame Elena. _ Decía Flynn con la cabeza agachada.

Elena se sentía un poco mal por haber puesto a Flynn en esa situación, pues ella había tomado demasiada confianza solo por el hecho de querer descansar.

Pasaron las semanas y, un día, como era habitual, Elena estaba acompañando a Flynn hasta que se quedara dormido, ambos estaban leyendo, luego empezaron a conversar sobre lo que harían al día siguiente, conversaron por algunas horas hasta que llegó la media noche, ambos habían perdido la noción del tiempo.

_ Creo que ya debemos dormir, pero antes voy a medirte la presión una última vez. _ Dijo Elena.

_ Está bien._ Dijo Flynn.

Elena empezó a manipular el tensiómetro.

_ Flynn, extiende tu brazo. _ Dijo Elena.

Flynn no contestó, él simplemente estaba sentado sin responder, ahora parecía un poco ido, como si estuviera mirando hacia la nada.

_ ¿Flynn? _ Volvió a llamarlo Elena, mientras lo sacudía suavemente.

Flynn reaccionó al llamado de Elena y, por fin, empezó a mirarla, pero ahora su mirada era completamente diferente a la de antes, parecía serio y confundido.

_ … _ Flynn no dijo nada, solo se quedó mirándola por unos segundos.

_ Flynn, ¿qué ocurre? ¿Algo te hizo enojar? _ Preguntó Elena.

Justo cuando Elena estaba a punto de volver a tocarlo, Flynn la alejó golpeando fuertemente su mano, lo cual hizo que ella se asustara. Elena se levantó rápidamente de su silla muy enojada.

_ ¡Flynn! ¡¿Por qué hiciste eso?! _ Le encaró Elena.

Sin embargo, Flynn no se detuvo y trató de embestir a Elena con su silla de ruedas. Elena logró esquivarlo y lo llamó un par de veces más diciéndole que pare, pero Flynn siguió persiguiéndola. Por suerte, los muebles de la habitación y la alfombra ralentizaban su silla, lo cual le dio a Elena la oportunidad de esquivar todos sus ataques.

_ Flynn, por favor detente, me voy a caer. _ Dijo Elena.

Elena logró sujetar fuertemente su silla justo cuado Flynn estaba a punto de embestirla de frente. Ella lo sujetó igual que la primera vez que se conocieron y lo miró fijamente mientras ambos forcejeaban.

_ Flynn, ¡cálmate! ¿Acaso quieres lastimarme? Soy tu amiga. _ Dijo Elena mientras seguía sujetando fuertemente la silla para que Flynn no lograra avanzar.

Flynn no dudó en patear a Elena con sus temblorosas piernas y aprovechar para tumbarla al suelo. Al parecer, en este momento Flynn era más fuerte que Elena. Luego, cuando la miró tumbada en el suelo, no perdió la oportunidad de, por fin, embestirla con su silla; sin embargo, Elena pudo detenerla con sus piernas. Las piernas de Elena luchaban para evitar que Flynn la atropellase y, al mismo tiempo, recibían todos los golpes. El metal de la silla había logrado cortar y raspar la piel de su pantorrilla, el dolor de Elena era evidente en las lágrimas que empezó a derramar.

Solo cuando Flynn vio la sangre en la pierna de Elena se puso muy pálido y se detuvo. Parecía como si acabara de despertarse de una pesadilla para luego entrar a otra. Ver a Elena tumbada en el suelo y llorando, le despertó una serie de recuerdos que había guardado en lo más profundo de su mente. Flynn rompió en llanto y no dudó en bajar temblorosamente de su silla para ayudar a Elena, pero sus piernas estaban tan adormecidas que terminó cayendo, así que se arrastró para llegar a su lado.

_ Perdóname, perdóname, perdóname… _ Suplicó llorando Flynn mientras revisaba la pierna de Elena.

Elena tenía miedo de Flynn, así que no dejó que él la tocara. Aunque ahora parecía haber vuelto a como era antes, no quería estar cerca de él, así que se levantó y salió de la habitación, dejando a Flynn llorando y arrastrándose en el suelo.

En el baño de su habitación, Elena empezó a lavar la herida de su pierna. Ella no dejaba de temblar, pues todo había ocurrido de imprevisto. No sabía si debía llamar a una ambulancia o llamar a la policía. Elena revisó las heridas de su pierna, tenía algunos raspones y un corte muy marcado que, por suerte, no era muy profundo. Ella empezó a calmarse mientras analizaba la situación. No era prudente llamar a la policía, pues no quería delatar a su amigo y tampoco estaba muy herida, solo muy asustada.

Por su mente pasó la enfermedad de Flynn y el motivo por el cual sus padres querían que ella no supiera demasiado sobre eso. También pensó sobre los medicamentos que le suministra a Flynn, nunca tienen nombre y no sabe que contienen. ¿Quizá su violencia fue debido a alguna reacción provocada por una mala medicación? Anita es la encargada de darle a Elena las raciones de los medicamentos, solo ella podría saber sus nombres.

Elena se lavó la cara luego de vendar su pierna y volvió a la habitación de Flynn. Al llegar, él seguía en el piso, sentado y con las mejillas empapadas de lágrimas, sus ojos estaban rojos y llorosos, Elena no tuvo corazón para insultar o golpearlo. Cuando lo miraba, es como si estuviera viendo a un niño pequeño y asustado, llorando porque hizo algo de lo cual estaba muy arrepentido.

Flynn estaba muy asustado por sus acciones. Cuando Elena se había ido de la habitación, él, inmediatamente, empezó a hiperventilar y a marearse mucho, sentía asco y ganas de arrojar. Casi se desmaya, pero logró reponerse, luego se sentó y empezó a llorar desconsolado hasta que Elena volvió. Flynn no sabía qué hacer o decir, solo la contempló, pues ella tenía una mirada afligida y llena de decepción. Tal vez, en este momento, acababa de perder a la única persona que lo hacía feliz, su única amiga y su primer amor verdadero.

Elena no dijo nada, solo se acercó a Flynn y se arrodilló para estar a su nivel. Ella lo observó por unos segundos y en ningún momento apartó la vista hasta que, por fin, pudo encontrar arrepentimiento en su mirada, solo después de ver eso empezó a ayudarlo a levantarse. Las piernas de Flynn temblaban mientras caminaba con esfuerzo hasta su cama con la ayuda de Elena, él quería decir algo, pero las palabras no le salían, se sentía ahogado.

Justo cuando Elena estaba marchándose de la habitación, Flynn tuvo el valor de hablar.

_ Elena, espera… _ Dijo Flynn con voz temblorosa.

_ Descansa Flynn, mañana será otro día y podremos conversar más tranquilos. _ Interrumpió Elena.

_ Por favor, déjame decirte algo. _ Intentó otra vez Flynn.

_ Mañana por la mañana tus padres vendrán a visitarte, así que debemos dormir. Descansa. _ Dijo Elena antes de cerrar la puerta de la habitación.

A la mañana siguiente, Elena fue a la habitación de Flynn para bañarlo y cambiarlo, pues debía estar preparado para recibir a sus padres. Elena actuaba normal y como si nada hubiera pasado, pero era evasiva cada vez que parecía que Flynn iba a decir algo, lo cual hacía que él dudara en hablarle. Durante toda la mañana Flynn estaba callado y Elena también, todo era muy incómodo entre ellos dos y ninguno sabía como tocar el tema de ayer, así que, mientras que Elena secaba y peinaba el cabello de Flynn, él dio el primer paso.

_ Lo siento… _ Dijo Flynn tratando de que la voz no le temblara._ Lo siento mucho.

Flynn quería llorar cada vez que veía la pierna de Elena, pero no lo hizo, pues él no se sentía con derecho sabiendo que Elena sentía más dolor.

_ Yo no lo hice apropósito. Yo… creo que tuve un colapso debido a mis medicamentos, es la primera vez que me sucede algo así.

Elena no dijo nada para no interrumpir a Flynn.

_ De verdad, lamento que haya pasado eso, merezco tu desprecio y… entiendo si estás asustada y ya no quieres ser mi enfermera. No quiero que te vayas, pero quiero que estés bien.

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