Capitulo 11

Una semana después de que mis padres se marcharon me llego una carta que decía que ellos ya estaban en Babilonia, eso me hizo sentir mucha tranquilidad, ya que mi familia se encontraba lejos y salvo de la locura del emperador.

Los meses pasaron muy rápido y me hice cargo de todo el territorio muy bien, cuando menos me lo espere el día de la boda había llegado, esa mañana me desperté sin ganas de hacer nada, me quede sentada en la cama pensando lo que hoy iba a pasar mientras veía el vestido de novia que estaba colgado frente a mí, poco después llegaron mis sirvientas para comenzar a prepararme, ellas prepararon mi baño, entre en la tina, me relaje por un rato y luego salí del baño, las sirvientas comenzaron a ponerme el vestido de novia, mi madre había escogido el diseño, era un lindo diseño tradicional, el vestido era de color rojo con flores bordadas por todo el vestido, mientras me vestía miraba a mis sirvientas que me peinaban y me maquillaban.

Cuando ellas terminaron de maquillarme y peinarme, me acomodaron y ajustaron el vestido, mire a las jóvenes que me estaban ayudando, suspire profundamente.

- recuerden el plan- dije mientras miraba el espejo- mañana regresan a la mansión y se van por el túnel\, apenas pasen todos por él quiero que lo destruyan por completo

Después de que mi padre y toda mi familia se marcharon a Babilonia, me quede con los sirvientes restantes, de inmediato tome a todos aquellos sirvientes que tenían el poder de la tierra y les dije que debían hacer un túnel subterráneo, les di los planos y ellos empezaron a trabajar en él; un mes después los sirvientes habían terminado el túnel que se dirigía a babilonia, a un pequeño terreno que le había pedido a mi padre que comprara para mí, y mande a construir una casa para que vivieran por un tiempo ahí. Luego de que se terminara de construir el túnel y la casa, comencé a sacar a los sirvientes de la mansión por aquel túnel, solo se iban cinco por vez para no levantar sospechas y cuando ellos se iban falsificaba cartas de despidos para presentar al emperador si él tenía alguna pregunta al respecto, sabía que estaba cometido engaños y traición pero no iba a permitir que gente inocente muera solo por una orden de él.

- Así lo haremos mi señorita\, no debe preocuparse\, no quedará rastro del túnel- dijo una de las sirvientas mientras terminaba de acomodarme un arreglo en mi peinado- pero los demás sirvientes y yo estuvimos pensando que está mal dejarla a usted sola sin apoyo

- no se preocupen por eso- dije mirando a la chica

- podemos quedarnos algunos de nosotros\, si quiere- dijo otra de las chicas

- no hay por qué\, quiero que ustedes sean libres\, ya yo me las arreglaré\, quiero que ustedes se vayan

- cumpliremos sus órdenes\, pero nos sentiríamos tranquilos y más aún si les decimos a sus padres que uno o dos de nosotros se quedó con usted- hablo la más grande de todas con un tono de preocupación

- si lo pienso\, creo que sería menos sospechoso\, está bien\, pero solo voy a permitir que se quede un guardia y un sirviente\, los demás se van

- le avisaré a los demás para que lleguemos a un acuerdo- dijo la mujer feliz por mi respuesta

- gracias por preocuparse por mí- dije con una sonrisa a todas

- usted se preocupa por nosotros\, como no lo vamos a hacer nosotros por usted- me respondieron todas juntas

A terminar de arreglarme y acabar con los últimos detalles de la boda, salí de la mansión y fui al frente de la casa donde me estaba esperando un carruaje decorado para las nupcias; los sirvientes lo habían preparado para mí, una vez que estuvimos listos empezamos todos el viaje directo al templo, mientras viajábamos me puse a pensar en mi familia y en como me había alejado de ellos, pero también sabia que los volvería a ver en algún momento, poco después llegamos al templo, uno de mis sirvientes me abrió la puerta y me extendió su mano para ayudarme a bajar, mire aquel lugar sin ninguna emoción, respire profundamente y comencé a subir la gran escalera que estaba frente a mí.

Tarde unos minutos en llegar a la cima y en cuanto lo hice, entre en el templo, di una leve mirada hacia el lugar y los únicos que estaban eran el sacerdote, dos testigos y un hombre mayor que se encontraba en el puesto del novio; sabía perfectamente que ese no será mi futuro marido así que asumí que él no quería este matrimonio al igual que yo, camine por el largo pasillo sola y cuando llegue al altar la ceremonia comenzó de inmediato y una hora después estaba casada con el tercer príncipe del imperio del dorado.

Salimos del templo y volví a subirme a mi carruaje para emprender el viaje a la mansión de mi nuevo esposo, con el pasar del viaje me puse a pensar en como sería mi vida de ahora en adelante y también pensaba en no repetir los errores del pasado, mi vida tenía que ser diferente a como había sido antes. Pronto llegamos a la mansión, el mayordomo me abrió la puerta y me ayudo a bajar, todos entramos y el mayordomo me guio directamente a la habitación nupcial, al llegar me senté en la cama y di un suave respiro.

"Me duelen mucho los pies"- pensé-" como me gustaría poder darme un lindo masaje"

- mi señora- dijo el mayordomo haciendo una reverencia ante mí y provocando que yo saliera de mis pensamientos

- ¿qué ocurre?- pregunte

- mi señor\, el tercer príncipe ha dicho que no asistirá al lecho nupcial - me informo y parecía estar triste por ello

- puedes cerrar las puertas- dije naturalmente y él obedeció

Me quité el velo de la cabeza, mire la puerta suspirando, deje el velo en la cama y me acerque a un pequeño escritorio, tome papel, tinta y comencé a escribir. Al acabar de escribir el pergamino, me levanté del escritorio, me volví a poner el velo, ya que no había bebido la poción para cambiar mi apariencia para después abrir la puerta sorprendiendo a todos.

- mi señora\, usted no puede salir- dijo el mayordomo

- ya lo sé\, solo quería que le entregaras esto a tu señor- dije extendiendo el pergamino hacia el mayordomo- todos ustedes ya se pueden ir a descansar\, yo me voy a dormir- dije mirando a mis sirvientes\, luego enfoque mi mirada en el mayordomo nuevamente- entrega el mensaje y procura que lo lea solo el dije volviendo a cerrar las puertas

En cuanto lo hice me quite los zapatos, ya que me dolían mucho los pies, me quite el vestido que pesaba mucho, lo deje en el medio de la habitación y después de quitarte todos los adornos que tenía y me acosté quedándome dormida al instante.

Pov.: Tercer príncipe

Hoy era el día de mi boda y no quería asistir a ella, seguramente esa chica está feliz de casarse con un príncipe, ya que va a subir de estatus.

"Debe de haber invitado a toda la alta sociedad a la ceremonia"- pensé con fastidio

- voy a humillarla- dije sonriendo maliciosamente- ¡Alex!

- si señor- dijo mi mayordomo de confianza entrando a mi habitación

- ve a la boda por mí y dile a mi futura esposa que no voy a ir a la alcoba

- pero señor\, es una orden del emperador\, usted debe ir - me refuto preocupado

- es una orden mía\, ve a esa boda

Las horas pasaron y como estaba muy aburrido llame a una de mis concubinas para que me hiciera compañía pero cuando las cosas se estaban calentando entre nosotros alguien toco mi puerta, molesto lo hice pasar y al verlo note que esta Alex, al verlo hice que mi concubina se marchara, ya que debía hablar con él y una vez que ella se fue, mire a mi hombre de confianza.

- ¿y qué paso? Dime que tuvo una humillación pública- dije con una sonrisa

- no mi señor\, la ceremonia fue realmente simple\, solo estuvo el sacerdote dos testigos del templo y nadie más

- ¿cómo que no hubo gente?- pregunte sorprendido

"eso no me lo esperaba"- pensé

- Así como le digo mi señor

- ¿dijo algo cuando le dijiste que no iba a ir?

- solo me dijo que saliera del cuarto y unos minutos después salió para entregarme esto y me dijo que le diga que lo lea solo usted

- debes ser una carta de amor

- me retiro entonces su majestad- dijo Alex haciendo una reverencia y salió del cuarto

Deje la carta a un lado pero cuando estaba por llamar a mi concubina nuevamente mire el pergamino y decidí abrirlo para ver que decía, en cuanto lo hice mi sorprendí mucho con el contenido y comencé a leer.

"Estimado tercer príncipe

Quiero dejar las cosas claras desde un principio yo no me quería casar con usted y asumiendo por lo que paso yo, el hecho de que no asistió a la boda, me hace creer que usted no quería tampoco este matrimonio y mucho menos quiere conocerme, así que le propongo un lindo trato que nos beneficiara a los dos, como usted no asistirá al lecho nupcial déjeme darle mis cláusulas desde esta carta.

Cláusula número uno: tú y yo nunca nos veremos o conversaremos cara a cara, si quieres algo de mí, manda una carta con tu mayordomo.

Cláusula número dos: seré tu princesa pero solo de nombre, como no nos veremos cuando debas asistir a un evento puedes llevar a una de tus concubinas y decir que soy una mujer de salud muy mala y débil.

Cláusula número tres: no quiero conocer a tus concubinas mucho menos tenerlas cerca, por eso te pido que me des la mansión más alejada que tengas de la mansión principal donde ustedes viven. Por otra parte, quiero que ellas no me visiten porque si lo llegan a hacer yo te juro que regresan a tu mansión como cadáveres, no voy a soportar sus habladurías y humillaciones, soy tu esposa y debes darme ese lugar.

Cláusula número cuatro: me tratarás bien aunque no vengas a mi mansión y entregaras el dinero que yo te pida mensualmente, sin quejas

Cláusula número cinco: no quiero que la sociedad sepa lo que pasa dentro de esta mansión con respecto a nosotros, nadie en la mansión hablara sobre nosotros ni fuera ni dentro de este territorio

Cláusula número seis: con respecto a los deberes que tengo como tu esposa hay dos opciones, me dejas el control a mí o se lo das a una de tus concubinas, por mí está bien, no habrá ningún problema.

Creo que eso es todo por ahora, tú puedes seguir con tu vida y yo seguiré con la mía como si nada pasara entre nosotros, si no cumples con alguna de estas cláusulas te juro que iré por toda la ciudad diciendo todo lo que paso, como por ejemplo que desobedeciste al emperador cuando dijo que debías asistir a la boda, así que yo que tú tendría mucho cuidado, por cierto, si no te diste cuenta no me importará humillarte si no cumples.

Atentamente la tercera princesa"

Cuando termine de leer el pergamino una furia inundo mi ser, esa mujer era alguien de carácter insoportable, tan irritante era que incluso pude imaginar la seriedad y dignidad que ella tenía a la hora de escribir, de inmediato arrugue aquel, esa mujer sin siquiera conocerla ya me sacaba de quicio.

- ¡Alex!- grité y mi mayordomo abrió la puerta

- si mi señor ¿qué necesita?- pregunto él después de hacerme una reverencia

- Dígale a mi esposa que todo lo que pidió lo va a tener\, esa mujer tiene prohibido pisar la mansión principal y mis concubinas tienen prohibido verla a ella

- como ordene majestad

- también dile que quiero que le digas que tendré todo listo mañana por la mañana y cuando este todo preparado la lleves a la mansión más alejada

- ¿la más alejada señor?- pregunto sorprendido

- Así es\, la más alejada- volví a responder- y también dile que va a atener que firmar un acuerdo para esto

- Así lo haré señor

- una cosa más Alex\, ¿cómo es ella?

- ¿mi señor a que se refiere?

- ¿es linda o fea?

- no vi su atractivo majestad\, usted debía conocer a su esposa en la noche nupcial\, pero en cuanto a su carácter puedo decir que es una mujer con la cual usted nunca se enfrentó\, ella tiene dignidad y cierto carácter

- lo suponía\, ya puedes irte\, ve a entregar el mensaje y desde ahora serás también el mensajero entre nosotros

- ¿mensajero señor?- pregunto confundido

- Así es\, ella me pidió que no nos viéramos

- Increíble- dijo mi mayordomo sorprendido

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