Capitulo 4

Esa mañana cuando me di cuenta de que la muerte de mi madre estaba muy próxima salte de la cama asustada, ya que sabía que hoy ella iba a recibir una carta en la cual se solicitaba ayuda para uno de los territorios de ella que se encontraban alejados del imperio. En ese momento salí corriendo hasta la habitación de mis padres, entre en ella sin tocar y note que ellos no estaban y, por lo tanto, ya se habían levantado para comenzar con su día, corrí al estudio donde seguramente ellos estarían, toque la puerta y segundos más tarde escuche la voz de mi padre que decía que podía pasar, de inmediato abrí las puertas y vi que ambos estaban ahí, corrí a ellos velozmente y los abrace con fuerza.

-mamá, papá, tuve una pesadilla horrible- dije llena de miedo

Al oírme los dos dejaron de abrazarme, se separaron y me miraron para después mirarse entre ellos de manera extraña, mi padre me tomo entre sus brazos, cargándome y llevándome hasta donde estaba su escritorio ahí, él me sentó sobre este sin dejar de mirarme

-princesa ¿qué soñaste?- pregunto mi padre con una expresión muy seria

-soñé que mamá se iba de viaje en una semana y unos bandidos la asaltaban cuando estaba regresando y mamá moria- dije llorando desconsolada y me acurruque entre los brazos de mi padre, rápidamente mi padre me abrazo y segundos después se acercó mi madre

-calma princesa, tranquila, no tengas miedo- dijo mi madre consolándome- no va a pasar nada

Me estuvieron consolando y abrazando hasta que me calme, una vez que estuve más tranquila, ellos me hicieron contarle sobre la pesadilla para después salir de la habitación. Salí del estudio sollozando y dejando caer lágrimas mientras me las secaba y cuando las puertas apenas se cerraron me seque las lágrimas y suspire profundamente

"creo que exagere un poco al llorar como lo hice, pero logre que mis padres me escucharan sobre lo que iba a pasar"- pensé, dejando antes una muy buena actuación

Decidí regresar a mi habitación para cambiarme de ropa e ir a desayunar más tarde. Esa mañana me puse un vestido corto de color azul cielo con flores rosa y lilas que combinaban muy bien, me termine de vestir y peinar con la ayuda de Gina para después dirigirme al comedor cuando ya estaba ahí, me encontré mis padres, ellos me miraban de una forma extraña; al sentarme seguían mirándome en silencio hasta que mi madre hablo

-hija, tu padre y yo estamos muy preocupados por ti- dijo ella y yo la miré confundida empezando la segunda parte de mi actuación- hija nosotros no somos nativos de este imperio, lo sabes, tu padre y yo tenemos poderes, eso ya deberías saberlo- explico ella

-sí, lo se- respondí

-tu padre es un demonio y yo soy un hada de las nieves, nuestras razas no tienen sueños, cariño, lo que sea que veamos mientras dormimos es otra cosa

-¿no sueñan?- pregunté fingiendo estar confundida- ¿otra cosa?

-no querida, nuestras razas no sueñan, pero lo que vemos mientras dormimos son premoniciones - explico mi padre- fragmentos de un futuro

-¿significa que lo que soñé va a pasar?- pregunte fingiendo tener miedo

-es algo que puede ocurrir, pero debido a la cantidad de detalles que nos diste es muy seguro que ocurra y lo decimos porque esta mañana a tu madre le llego una petición para que vaya a una de sus propiedades, ya que han tenido graves problemas y la necesitan a ella para solucionarlo- dijo mi padre

-¿mama se va a ir?- pregunté- no vayas mama- dije con ojos suplicantes

-lo siento cariño, pero debo ir- dijo ella mirándome

-sí, es una situación bastante urgente, los habitantes de ese lugar necesitan de nosotros, pero vamos a intentar de que no ocurra lo que viste- dijo mi madre- necesitamos que nos digas si viste algo más aparte de todo lo que nos describiste antes

-mama recibo una carta y a la semana siguiente se iba, pero no vi nada más, lo siento por no ayudar más- dije con tristeza

-no te preocupes princesa, has ayudado mucho- respondió rápido mi padre

Después de hablar y desayunar, mis padres se marcharon para hacer su trabajo y no hablaron más conmigo sobre eso. La semana paso sin ningún problema, pero aun así me preocupaba lo que mi madre iba a hacer con respecto a lo que le dije y pronto el día de su partida llego. Esa mañana después de desayunar ella me explico que se iba a ir de viaje para ayudar a las personas que lo estaban necesitando, pero que en vez de hacer todo el recorrido del viaje iba a usar los portales transportadores para ir y volver sin problemas; escucharla explicarme todo me hizo sentir un poco más tranquila, pero aun así estaba preocupada por ella y por si pasara algo malo.

Al acabar de explicarme todo, me tomo de las manos y las dos salimos de la mansión y nos fuimos a las puertas de la mansión para despedirnos de ella, cuando llegamos mi padre ya nos estaba esperando con Andy en sus brazos.

Al ya estar con ellos en la puerta vi que el carruaje estaba listo, mi madre nos miró a mi padre, a mi hermano y a mí

-Volveré pronto y verán que no pasará nada- dijo con una sonrisa

-por favor, cuídate mucho mi amor - hablo mi padre preocupado

-lo haré cariño- respondió- Liv, hija- llamo mi atención y yo la miré- espero que cuides de Andy mientras no estoy ¿lo harás?

-asi lo voy a hacer - dije firme

-nos vemos en una semana, mis amores- dijo mi madre despidiéndose de nosotros

Ella nos abrazó, nos dio un beso a cada uno y luego se subió al carruaje, segundos más tarde este comenzó a marcharse.

En ese momento no pude evitar llorar como lo había hecho la primera vez, me seque los ojos y levante la cabeza.

-papa- dije mirándolo- ¿estás seguro de que mamá estará bien? Me preocupa mucho lo que vi

-no te preocupes por nada, tu madre va con varios guardias y si ellos no llegasen a ser suficientes para protegerla envíe un escuadrón oculto para que la protegiera también, no le va a pasar nada- me respondió

Oír sus palabras me tranquilizaron un poco más, pero seguía con miedo de perderla de nuevo; los tres entramos nuevamente a la mansión y pasamos la mañana los tres juntos, hasta que llegaron mis profesores y me tuve que marchar para seguir con mi enseñanza, fui al salón de clases y ellos no dejaban de mirarme con desprecio, el cual trataban de disfrazarlo, pero no podían de ninguna manera

"a mí tampoco me gusta estar con ustedes, asesinos inmundos y menos me agrada aprender de ustedes, son de lo peor"- pensé llena de odio

Desde la primera vez que los había visto me di cuenta de que ellos me odiaban por ser hija de quién era, pero a mí no me importaba lo que ellos pensaran, también sabía que los encargados de expandir ese rumor de mí habían sido ellos tres, había sido tan obvio para mí, ya que durante las clases ellos me recalcaban que no tenía poderes y cada vez que lo hacían me daban ganar de congelar sus cuerpos.

La hora de clases paso muy rápido, porque sus clases eran lindas para mí, cuando ellos se fueron me dirigí al comedor y almorcé con mi padre y después seguí con mi rutina.

Los días pasaron y el día en el que mi madre regresaba se hizo presente, mis preocupaciones acerca de ella jamás cesaron desde que se había ido y hoy se habían incrementado aún más.

Durante la tarde estaba con mi hermano en el jardín de mi madre disfrutando de la sombra del gran cerezo azul de mi madre pensando también como estaría ella cuando de repente vi que llego una de las sirvientas, la cual reconocí de inmediato, aquella sirvienta había sido la mujer que me había dicho que mi madre había fallecido en el pasado, ella se me acerco y antes de que pudiera hablar la interrumpí

-¿dónde está mi madre?- pregunte desesperada y ella se sorprendió al ver mi reacción tan desesperada

-su madre acaba de llegar a la mansión, señorita- me informo la mujer tranquila- y ella me mando a decir que desea ver a sus hijos

-¡¿qué?!- exclame

-asi es mi señorita, su madre está de regreso y desea verla a usted y al joven amo también - dijo sonriendo

Me levanté del césped y salí corriendo desesperada, ansiaba verla lo antes posible, pero segundos después regresé donde la mujer estaba, ella todavía no se había podido levantar del suelo

-disculpa, ¿me dices donde está mi madre en estos momentos?- pregunte avergonzada

-la señora Margaret se encuentra con el señor Adrián en la sala de estar de la mansión

-muchas gracias- le dije con una gran sonrisa

Corrí por los pasillos con desesperación hasta que llegue a la sala de estar, me acomode la ropa con una sola mano lo más rápido que pude y toque esperando que me dejaran pasar, uno de los sirvientes me abrió la puerta y entre, apenas lo hice vi a mi padre abrazado a mi madre dándole un beso en los labios, eso me hizo sonreír, pero cuando ellos me vieron se separaron rápidamente y parecían estar muy avergonzados tanto que hasta se habían sonrojado.

-hija ¿por qué no tocaste?- pregunto mi padre

-lo hice y uno de los sirvientes me abrió la puerta, asi que entre- respondí inocente

-mis amores- dijo mi madre y lágrimas inundaron mis ojos

-estas de vuelta, madre- dije feliz y fui hasta donde estaba ella

-nada me ha pasado mi amor, estoy bien

-cuéntame todo, por favor- le pedí

-muy bien- dijo ella tomando en sus brazos a Andy- les contaré todo

Las dos pasamos a sentarnos en el gran sillón de la sala, nos acomodamos y uno de los sirvientes trajo un poco de té, junto a unos ricos bocadillos para después marcharse y dejarnos solos

-muy bien, como saben después de saber acerca de la premonición de Liv, decidí tomar los portales trasportadores, en un principio no los iba a tomar, ya que me gusta ver los paisajes del imperio mientras viajo, pero al final tome el portal, cuando llegue al territorio todos nos pusimos manos a la obra para resolver todo lo que el tornado que había pasado había destruido, así todos los habitantes arreglamos todo, sanamos a los heridos y enterramos a los que habían fallecido, además de que les deje a todos un poco de dinero para que pudieran empezar de nuevo, las reconstrucciones fueron un éxito y cuando terminamos era hora de regresar a casa, pero como descubrí el escuadrón que habías enviado a escondidas mío, Adrián, decidí que los bandidos que me atacarían deberían de tener diversión también, así que mande al escuadrón secreto a buscar a los bandidos, ellos lo hicieron y tal como lo dijo mi preciosa hija esos hombres estaban esperando para matarme, los del escuadrón los capturaron a todos y ellos solitos me dieron toda la información que quería saber

-mi amor ¿sabes quién los envió?- pregunto mi padre con el ceño fruncido

-asi es- dijo ella muy seria - la responsable de ese ataque fue tu hermana

Mi padre al principio se sorprendió muchísimo, para él, era imposible que su propia hermana atentara contra la vida de su familia, pero después de un tiempo lo creyó

-no sé por qué lo hizo, pero ella me quería muerta

-¿los bandidos no lo sabían? ¿No te lo dijeron?

-ellos tampoco, solo tenían órdenes de que me asesinaran y lo hicieran parecer un robo común

-¡Maldita perra!, esto no se lo voy a perdonar jamás, quiero justicia que sufra - dijo mi padre furioso

-todavía no sabemos por qué lo está haciendo, debemos tener calma y cuando tengamos suficientes evidencias haremos que pague caro por ello- dijo mi madre- solo debemos tener calma y tenerla bien vigilada para saber qué piensa hacer ahora que fallo

-está bien, esperaremos, pero aun asi mis padres deben saberlo

-tengamos calma, se lo diremos en el momento apropiado- dijo mi madre calmando a mi padre

-me alegra que estés de vuelta sana y salva- dije feliz lanzándome a sus brazos suavemente

Los cuatro nos abrazamos, los sirvientes trajeron varios regalos que los había comprado mi madre para nosotros de su viaje, los abrimos y nos pusimos a jugar con ellos

-mama ¿cuál era el lugar a donde tenías que ir?- pregunte, ya que nunca me había enterado a donde había ido ella antes de morir

-a mi viñedo en el imperio de Babilonia- respondió ella- sabes como se llama ese viñedo, mi vida- dijo mirándome

-no lo sé ¿cómo se llama?- pregunte, pues realmente no lo sabía, en mi futuro lo   utilizado pero jamás supe como se llamaba aquel viñedo que le había dado refugio a las tantas personas que había salvado de morir

-el viñedo la dulce esperanza - dijo mi madre con una sonrisa

"Es un nombre muy apropiado para ese viñedo"- pensé feliz recordando todas las personas que habían llegado a él sin esperanzas y se habían refugiado ahí.

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