Capitulo 3

Después de terminar de leer aquellos libros, salí de la biblioteca, ya que necesitaba un descanso y es ese instante note que Gina venía hacia mí con una bandeja de té y varios bocadillos muy ricos para mí seguramente.

-señorita ¿ya termino de leer?- pregunto ella al verme fuera de la biblioteca

-he leído mucho, necesitaba un descanso y respirar el aire fresco y puro - dije relajándome mirando el jardín- ¿cómo está mi hermano?- pregunte al notar que no estaba con él

-ahora mismo se encuentra durmiendo, la señora Margaret fue la habitación del joven amo, le dio de comer y lo hizo dormir, entonces aproveche para venir y traerle algunos refrigerios

-muchas gracias, por tus cuidados hacia mí- dije con una sonrisa, en el pasado nunca lo había podido hacer- Gina, puedes llevar eso a la cocina de vuelta, no quiero nada en estos momentos, ahora tengo que hacer algo, debo hablar con mi padre de un pequeño asunto

-¿hablará con su padre señorita? ¿Está segura?- pregunto y yo la miré sin comprender- según la señora Margaret el señor Adrián está muy ocupado con los asuntos del marquesado, se ha encerrado y no ha dejado de trabajar desde el almuerzo

-necesito hablar con él, iré a verlo- dije y me di la vuelta- regresa con mi hermano y cuídalo, por favor

No quería que mi hermano estuviera solo ni un solo segundo; me encamine al estudio donde sabía que mi padre estaría trabajando.

Él aparte de ser un padre muy amoroso también era un hombre muy responsable con su gente y trabajador, para poder hacer que sus vidas fueran mucho mejores.

Mientras caminaba pensaba en que le iba a decir con exactitud, debía de hablar con él lo antes posible, pero no sabía como hacerlo y eso me ponía muy nerviosa. Cuando llegue a las puertas del estudio me quede parada frente a ellas sin hacer nada, respire profundamente, toque la puerta y espere a que mi padre me dejara pasar; poco después escuche su voz permitiendo mi entrada, abrí la puerta y entre al estudio, me acerque al escritorio donde él estaba trabajando y parecía estar agotado de tanto trabajo y papeleo

-¿qué ocurre princesa?- me pregunto levantando la vista después de dejar los papeles que estaba revisando aún lado sobre el escritorio

-he estado leyendo varios libros en la biblioteca y me preguntaba si podía aprender sobre magia y criaturas mágicas

-si eso es lo que quieres, está bien, cuanto más conocimiento tengas en esa cabecita mejor serás en el futuro, nunca esta demás el saber, además es bueno que quieras conocer aún más sobre el mundo en el que vivimos, buscaré a los mejores profesores para ti ahora mismo. Marco- llamo mi padre a su mayordomo

-si señor

-necesito que consigas por favor unos profesores de magia y criaturas mágicas

-de inmediato señor- dijo el hombre y salió de la habitación

-gracias padre ¿puedo preguntarte algo más? Tengo mucha curiosidad- dije de forma inocente

-¿qué pasa princesa?- pregunto riendo por lo que había dicho yo

-¿por qué la tía Alina no nos quiere?- pregunte rápido

-¿por qué lo preguntas? La tía nos quiere mucho- dijo evadiendo mi mirada como si quisiera ocultarme algo

-ella cada vez que viene de visita nos mira con mucho odio ¿no entiendo por qué es así? Y también me he dado cuenta de que mi prima Ámbar también lo hace

-pensé que no te habías dado cuenta de ello hija- dijo suspirando resignado y volviendo a mirarme- lo que pasa es que ella no nos odia realmente, solo está enojada porque a pesar de nacer en el seno de una familia y una pareja de la raza demoniaca ella nació sin tener poderes como mis padres o yo

-¿eso porque es?- pregunte con mucha curiosidad, ya que eso no estaba en el libro que había leído y necesitaba saber por qué ella nos odiaba tanto

-los demonios cuando nacen tienen un cincuenta porciento de nacer con poderes demoniacos y otro cincuenta porciento de no hacerlo y para su desgracia a mi hermana le toco ese cincuenta porciento - me explico mi padre con calma

"asi que es por eso, ella odia y envidia a todo aquel que tenga magia solo por el hecho de que ella nació sin ellos"- pensé

-pero ella no nos odia - me repitió mi padre- solo está enojada porque no entiende por qué no nació con poderes

"padre si supieras todo lo que ella y su hija nos hicieron en el futuro por culpa de ese odio"- pensé

-tranquila mi amor, tarde o temprano ella lo superara y dejara de estar enojada con todos nosotros - dijo mi padre- está tan enojada que hasta dejo de hablar con nuestros padres y los culpa

-papá, hace un rato leí de un libro un conjuro que decía que con él se podía ver el futuro, lo conjure por curiosidad y este me mostró que habría una guerra en la cual tú ibas a ir y me dejabas a cargo de la tía, también vi que la tía y Ámbar venían a casa a vivir y me maltrataban mucho

-no te preocupes por nada hija mía, ve a pasar el resto del día jugando, ya que mañana vendrán tus nuevos profesores para comenzar a enseñarte

-¿ya los encontraste? Qué rápido eres papá - dije muy sorprendida

-no fue fácil, pero encontré a los mejores profesores para que te instruyan en todos conocimientos, y con respecto a tu entrenamiento para dominar tus elementos la mejor opción sería que te entrenemos tu madre y yo

-eso sería estupendo, también me gustaría aprender a defenderme cuerpo a cuerpo y aprender a usar la espada si es posible

-eres una digna hija- dijo sonriendo orgulloso

-gracias papa- dije y corrí a abrazarlo- eres el mejor papa de todos

Estuvimos hablando un poco más y después lo dejé para que siguiera trabajando, me despedí de mi padre y salí de aquel estudio, fuera de este vi a Gina con Andy en brazos que parecía estar esperándome, ella se acercó a mí.

Los tres salimos al jardín tomé a mi hermano en brazos mientras Gina iba a buscar algo a la cocina.

-sabes Andy- dije mirándolo- esta vez haré las cosas diferentes, salvaré a mi madre y también a ti, en esta vida seremos una familia muy feliz y unida, nadie nos separará jamás

Me quedé un rato hablando con mi hermano mientras lo mecía; al poco rato Gina volvió con un poco de té y mis bocadillos favoritos, cuando ella regresó con todo le pedí que se sentara y comiera conmigo; nos sentamos en el kiosco que había en el centro del jardín, las dos empezamos a comer y bebimos hasta que estuve cansada y el sol comenzaba a irse, poco después regresamos a dentro de la mansión.

Los tres nos dirigimos a mi habitación y estuvimos ahí un tiempo hasta que oímos el toque de la puerta, lo deje pasar y la persona era uno de los sirvientes de la mansión que venía para avisarme que la cena estaba lista y que mis padres me estaban esperando en el comedor, salí de mi cuarto y fui al comedor con ellos. Los tres comimos en un ambiente muy alegre, cuando la cena acabo mis padres fueron a su habitación y yo fui a la mía de regreso para dormir.

Al entrar, Gina me estaba esperando, me puso un lindo pijama de color menta, me hizo una trenza en el pelo, me arropo en la cama para después darme las buenas noches e irse a descansar ella también.

A la mañana siguiente cuando me desperté, me levante de la cama, me vestí con un vestido corto de color lila y baje al comedor donde ya me estaban esperando mis padres, los salude dándoles los buenos días a ambos, me senté al lado de mamá para empezar a desayunar, mientras lo hacíamos mi padre me dijo que había conseguido a los mejores profesores para que me enseñaran sobre la magia y las criaturas mágicas además de que me dijo que también consiguió al segundo mejor de sus soldados, ya que él era el primero, pero que antes debía pedirle permiso a mi madre, lo hice y ella aceptó, le agradecí mucho; en ese momento apareció un sirviente de la casa y me aviso que mis nuevos profesores ya habían llegado, que estaban en la sala, me levante de la mesa, me disculpe con mis padres y salí hacia la sala, ya que quería conocerlos. Cuando llegue a la sala, los vi de espaldas, eran tres personas y apenas se dieron vuelta los reconocí, me sorprendí bastante al ver quienes eran; ellos se presentaron, uno de los sirvientes se acercó a nosotros y nos guio a un salón de la mansión donde ellos comenzaron a enseñarme sobre la magia y sobre las criaturas mágicas que existían en todo el mundo. Los profesores venían todas las mañanas para enseñarme y cada vez que los tenía frente a mí no podía evitar verlos con furia y el ceño fruncido, ya que los conocía a los tres desde antes de que regresara al pasado; esas personas que tenía ahora como profesores en el futuro serían seres despreciables y envidiosos que cazaban y torturaban a los seres mágicos solo por el hecho de que ellos no poseían magia y lo único que podían hacer era estudiar sobre el tema, pero cuando el emperador cambio las leyes y promulgo las nuevas, esos profesores se convirtieron en cazadores despiadados, no se tocaban el corazón ni siquiera por un niño o un bebe y los mataban a sangre fría después de que experimentaban con ellos de maneras atroces.

El tiempo empezó a correr, desde el día que había empezado a estudiar con esas despreciables personas; cuando ellos se iban de mi casa, ya era la hora del almuerzo, comía con mis padres y después del almuerzo me iba al campo de entrenamiento, ya que también había empezado a practicar artes marciales con los soldados y guardias de la mansión con una más de sus filas, algunos estuvieron de acuerdo con ello, otros no dejaban de mirarme muy mal solo por ser mujer, además también había comenzado con mi entrenamiento para dominar mis poderes con mis padres; todos los días aprendía conocimientos nuevos y me daba cuenta de lo increíblemente estúpida que había sido por culpa de mi tía que nunca me dejo aprender algo, por otra parte, también me entere de que en la ciudad se estaba diciendo que yo no tenía poderes; al principio mis padres se molestaron muchísimo debido a esos rumores falsos, pero les dije que a mí no me importaba lo que la gente hablara de mí y ellos dejaron el rumor continuara. Con cada día que pasaba me volvía aún más sabia, también me estaba convirtiendo en una dama muy elegante, además de poderosa y letal, ya sea con mis poderes, los cuales los entrenaba en secreto, o con la lucha cuerpo a cuerpo o con las armas, todos en la mansión se sorprendieron mucho por mi habilidad y con los grandes avances que había tenido en tan solo unos pocos meses y también debido a mi corta edad, al parecer tenía talento natural para la batalla tal como lo tenía mi padre.

Los días se convirtieron en semanas y estás en meses, y una mañana me desperté dándome cuenta de que estaba a dos semanas de la muerte de mi madre

"es hora de cambiar ese suceso"- pensé

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