19.- Hola.

...ISABELLA..

Desde lo sucedido a paso una semana, donde gracias a Dios no lo e visto, pero por boca de Izan sé que está en el hospital por un par de fracturas en el brazo, no soy persona de desear el mal a nadie, pero el se lo tenía más que merecido por intentar hacerme daño de nuevo.

Ahora trabajo más cómoda, ya está de regreso Loren, Daniel y Jorge están dentro de mi oficina, sin quitar su vista de mí, es un poco incómodo pero entiendo a mi esposo y mis hermanos, ni se diga, Manuel quería llenar toda la empresa de sus hombres, se me hace un acto muy extremista pero igual y más delante si llegue a necesitarlo, no lo se pero por ahora estoy en paz.

Después de que se enteraron ellos llegaron al siguiente día, Darío dejó su reemplazo en la empresa en Alemania, Manuel pues el es libre de ir y venir, pero Alonzo pidió vacaciones o algo así y dijeron que estaban aquí porque ellos no nos dejarían solos y que apoyarían a su cuñado en lo que pudiera hacer en el futuro, Alonzo cuando supo por boca de Izan en que hospital se encontraba ese monstruo, fue a verlo y no sé que pasaría, porque solo lo escuché hablar con Darío que los guardias se lo quitaron de las manos y lo sacaron de aquel lugar.

Doy gracias a Dios que mis hermanos están de regreso por mi agenda apretada y las largas jornadas de trabajo de mi marido, no hemos tenido tiempo a veces de salir para recoger a los niños, así que pasan gran parte del día solo con sus tios....

Era por la tarde y aun estaba en la oficina cuando se abre la puerta y de inmediato Daniel y Jorge se ponen en guardia, cuando ven entrar a Manuel, le hacen reverencia y vuelven a sentarse, yo me levanto rápido para saludarlo.

-¿ a que debo tu visita hermano?- me sonríe pero es tan forzada, que presiento que algo pasa.

- nena, necesito que tomes asiento- asentí y de inmediato me sente- es sobre tus papas.

- ¿ya los encontraron?- niega cruzando sus brazos- aún no, pero mis hombres tienen algunas pistas y creo que pronto daremos con ellos.

- gracias papá- volteé para arriba agradeciendo, pero la voz de Manuel hizo regresar mi vista a él.

- solo quiero que te sientas preparada, para cualquier escenario cuando demos con ellos- asentí, pero me pareció más que extraño por la forma en que me lo dijo.

También cuando agradecí a mi papá en voz alta vi su cabeza moverse en negación total, Platicamos un tiempo más hasta que se fue dejándome como una espinita clavada en mi corazón, me levante y tras de mí venían Daniel y Jorge, camine hasta la oficina de Izan, toque solo dos veces hasta entrar.

- hola, Isa- le sonreí, caminando hacia el, sin tomar asiento.

- seré breve Izan, ¿que has sabido sobre el paradero de mis padres?- el abrió los ojos y solo negó.

- aun nada, pero los detectives en eso están a penas sepan algo te lo haré saber- asentí, sintiéndome más que engañada, solo me di la vuelta y salí de su oficina, me temblaban las manos del coraje que estaba reteniendo.

Entre a mi oficina, camine hasta la oficina de Loren y le di el resto del día, quedándome sola en la oficina a puerta cerrada, mis lágrimas salían, en realidad, ¿que estaba ocurriendo?, ¿por qué Izan negaba?, y mi hermano decía que estábamos cerca, estoy tan harta que me quieran ver la cara de pendeja ciertas personas.

Me levante estaba decidida a enfrentar a Izan junto a sus mentiras cuando un mareo intenso me hizo perder el equilibrio sentándome de regreso.

- señora, ¿se siente bien?- solo veía a Daniel sin responderle.

- ¿quiere que la llevemos a casa?- pregunto Jorge y solo asentí, cargándome entre sus brazos y solo salimos del edificio.

Me sentía extraña y fuera de lugar, como si no fuera yo, al llegar estaba Alonzo junto a los niños, Vi aún no llegaba; Manuel y Darío no sé donde estaban, salude a mis hijos y solo fui a recostarme un poco, creo que ya era hora de ir al doctor.

Al día siguiente hice lo mismo que todos los días, me di una ducha, me cambié y fui a levantar a mis hijos para alistarlos para la escuela, desayunamos junto a mis hermanos y mi esposo, nos despedimos en la puerta principal, lleve a mis hijos al colegio y me fui directa al doctor a hacerme los exámenes para regresar por la tarde, solo tarde una hora y ya estaba de regreso llenándome por completo de trabajo.

En mi reloj marcaban las tres recibiendo un mensaje que mis hermanos que no podían recoger a mis hijos, no sé en realidad que estarán haciendo ya llevan días así, más que misteriosos y mi esposo entraría a cirugía, tome de inmediato mis cosas y salimos a toda prisa para recogerlos.

Hoy no podia irme a casa antes de la hora, teníamos mucho trabajo y sin pensar me los lleve a la empresa, entramos al ascensor bajo las miradas indiscretas hasta subir al último piso y solo entramos a la oficina, acomodándolos en la mesa para que dibujaran en lo que terminaba mi jornada laboral.

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...ZEUS....

Cuando estuve a punto de hacerla mía esos hijos de puta tenían que estropear todo, pero ese idiota se arrepentirá por haberme mandado al hospital, estoy desesperado porque no la e visto ni mucho menos e sabido de ella.

Al estar en el hospital me visito un hombre, que casi me mata si no es por los guardias y yo estar imposibilitado con este yeso, lo hubiera matado yo con mis propias manos por atreverse a poner sus manos sobre mí, pero, ¿quién demonios se cree?.

Por fin hoy me dieron de alta, voy camino a mi casa, ya Roger me tiene la información y me está esperando en el despacho, al llegar voy de inmediato a mi despacho ignorando por completo a mi madre, entro saludándolo.

- muéstrame la información- el asintió dándome la carpeta, al abrirla de inmediato comencé a leer.

Entre más leía, más mi ira crecía, ¿son mis hijos?, ¿por qué me los oculto?, es una perra, ahora en realidad conocerá mi furia por no permitirme estar en su vida, ni saber de su existencia.

Sin decirle nada a Roger solo tomo la carpeta y salgo directo a la empresa a obligarla a decirme toda la verdad, al bajar camino rápido hasta subir el ascensor, cuando abren las puertas solo doy dos pasos cuando veo a mis hijos corriendo por los pasillos y tras de ellos un hombre y la tonta asistente de ella.

Camino para poderme acercar a ellos pero solo siento que un pequeño cuerpo tropieza conmigo, al fijarme es una hermosa niña y sin esperar a nada la cargo y solo me sonríe.

- hola, mi nombre es Greta Bianco y ¿tú?- me quedé paralizado al escuchar ese nombre, es el mismo de mi abuela, ¿y ese apellido de quien es?, cuando la vuelvo a escuchar hablar- puede bajarme, buscaré a mi hermano.

- hola princesa, me llamo Zeus y, ¿cómo se llama tu hermano?- asintió, volviéndola a bajar.

- Gilés Bianco, adiós, mi mami se molestará si no regresamos- y antes de poder decirle algo solo se fue corriendo.

Iba a caminar en dirección a su oficina pero el estúpido de Izan me detuvo llevándome hasta su oficina.

- ¿que pretendes con ir a buscarla?, no tuviste suficiente con la palisa que te puso su esposo- me sorprendo al escucharlo decirme esa palabra.

- ¿que?, escuché bien, dijiste, ¿esposo?- el asintió, dejandome caer al sofá por la gran sorpresa.- Izan, ¿tú sabías de la existencia de esos niños?- asintió.

- si, ¿por qué?,- fruncí el ceño levantándome hasta aventarlo.

- porque nunca me dijiste que estaba embarazada, sé que ellos son mis hijos y se llaman igual que mis abuelos, Gilés y Greta, eres un imbécil, ustedes me han privado de conocerlos y acercarme a ellos, pero esto termina aquí.

Salgo de la oficina de Izan más que enfurecido hasta llegar a su oficina y abro la puerta de golpe pero está vacía, destrozando por completo el lugar porque por culpa de aquel imbécil se a ido, pero pronto me cobraré una a una, el haberme ocultado a mis hijos.

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