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Capítulo 8

Cuando las mujeres terminaron, fueron despidiéndose de Anya y procedieron a bajar para después retirarse de la casa.

Cuando ellas se fueron una de las empleadas fue hasta el despacho de Alex a avisarle que ellas, ya se habían retirado. Suspiró con pesadez y se levantó para ir a buscar a Anya para irse de una buena vez.

Al llegar a su habitación, golpeó la puerta y ella rápidamente le abrió. Él al verla se quedó muy sorprendido porque ella estaba muy guapa y es que desde hace años que ella no se veía así, arreglada y hermosa.

En este tiempo solo se había vestido con la ropa de trabajo y cuando estaba sola en su habitación se ponía su ropa vieja y maltratada, por lo que para ella el verse en el espejo había sido toda una sorpresa.

-¡Ya nos vamos!

Dijo él cuando volvió a pensar con claridad.

-Sí, ok. Yo ya estoy lista.

Él obviamente también se había preparado para ir a la casa de sus padres en el momento que Anya se estaba probando los vestidos que él había pedido para ella. Sin ni siquiera mirarse, ambos bajaron las escaleras y salieron de la casa dirigiéndose al auto de él.

Alex obviamente no le iba a abrir la puerta del coche, por lo que se dirigió de inmediato al lado del conductor. A Anya eso no le sorprendió en lo más mínimo, así que no dijo nada y se apresuró a abrir la puerta del copiloto. Una vez los dos sentados adentro, con las puertas cerradas y con los cinturones abrochados, Alex encendió el coche y se fueron a la casa de los padres de él.

El camino no fue muy largo, como ellos vivían lo relativamente cerca, no era extraño que llegaran tan rápido.

Al llegar y estacionarse en la puerta de la mansión de los padres de él, Alex bajo de inmediato y le abrió la puerta a ella, acción que la dejo muy sorprendida. Jamás creyó posible que él le abriría la puerta con caballerosidad, ya que él la odiaba, pero ese solo gesto de amabilidad hizo que el corazón de ella temblara.

Al verla tan sorprendida le tendió la mano para que ella la tomara y le dijo con voz enojada para sacarla de su ensoñación, puesto que había visto como ella reaccionó al tenderle la mano.

-¿Qué estás esperando? ¡Muévete!

El oírlo dirigirse de esa manera a ella, acabo rápidamente con las ilusiones que se estaba haciendo en la cabeza. Anya, dando un gran suspiro, tomó la mano de él y se bajó del auto. Con los brazos aún tomados de esa manera, ambos se dirigieron a la casa.

Al llegar a la puerta, ambos fueron recibidos por una empleada, quien los guía a la sala de estar. Allí estaban presente los padres de Alex, Estefanía y Mauro Ponce. Pero este par no estaba solo, estaban acompañados de Roberto y Carolina López, los padres de Anya.

Si bien a Anya no le hacía mucha gracia el visitar a sus suegros, el ver a sus padres allí sonriéndoles como si nada era muy irritante para ella. Ella había sido muy infeliz por culpa de ellos y ahora los veía allí en frente de ella como si nada hubieran hecho.

Muy ajenos a sus pensamientos, sus padres y sus suegros se levantaron del sofá y fueron corriendo a abrazar a sus hijos, ellos estaban muy contentos de verlos juntos después de tanto tiempo. Habían sido dos años en los que dejaron a la pareja ser libres de ellos para que formaran un matrimonio lo más tranquilo y estable posible, sin saber que habían condenado a la pareja a un matrimonio miserable.

Alex abrazó a sus padres y a sus suegros con cariño, ya que para él, ellos solo había seguidos los deseos de una hija muy mimada y codiciosa. Muy al contrario de él, Anya no abrazo a ninguno de los cuatro. Ella les tenía un gran rencor, por lo que la habían obligado a vivir. Muchas veces se odió a sí misma, por haber aceptado, tal vez sola hubiera estado mucho mejor que como terminó al lado de Alex.

Sus padres y sus suegros, al ver que ella no demostraba ni el más mínimo indicio de haberlos extrañado, se mostraban un poco confusos.

Alex, un tanto extrañado al ver la manera en que ella los trataba, tomo su mano para que no sospecharan nada y le dijo.

-Cariño, toma asiento.

Al no querer enojar a Alex hizo lo que él le pedía y se sentó. Él tomó el asiento a su lado y volvió a tomar su mano para evitar preguntas incómodas de sus padres.

Los padres de estos, dejaron un poco el desconcierto que les provocó la reacción de ella al ver a la pareja tomada de la mano de esa forma tan cariñosa, por lo menos para ellos. Pronto se pusieron a preguntar como les estaba yendo en la vida de casados y Alex contestaba a todo que estaban bien y que eran muy felices juntos.

Anya, al escuchar todas esas preguntas patéticas de parte de sus padres y de los padres de Alex, solo quería levantarse y golpearles en la cabeza con algo. Sin embargo, se tuvo que contener, ya que Alex le contaba una vida de color de rosas, que no entendía ni como fue capaz de inventarse tanta mentira.

Los padres de ellos al escuchar todas las cosas que Alex decía se la creían, por el hecho de que desde que llegaron él no la había soltado, así que pensaron que eran reales. Al Alex sostener su mano de esa manera, les creaba fantasías a sus padres de un gran matrimonio feliz, lástima que no era esa su realidad.

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Comments

Lic. Maria Kogan

Lic. Maria Kogan

Felicitaciones... Realmente me atrapó la trama y, para mi lo más importante es que ESTA MUY BIEN ESCRITA!!!

2024-05-02

1

Angela Arrieta Agudelo

Angela Arrieta Agudelo

que mujer tan estúpida 😡

2024-05-08

0

Anonymous

Anonymous

Estupida masoquista

2024-04-15

0

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