Elvira

Ya por la mañana esta vez Erika va a entrenar con su grandote Hersir si su grandote porque es todo suyo y ella ya se entrego a él.

Hersir ✓

Allí estaban los dos en la arena de entrenamiento un lugar amplio y circular con graderías al rededor ese era también un lugar creado por Nicolás donde él en algunas fechas especiales como su cumpleaños hacía traer esclavos que luchaban entre sí a vida o muerte para entretener a ese vil tirano que era tan creativo en lo que entretenimiento para él se refería mientras su pueblo tenía mil y un problemas pues no había un sistema adecuado de salud y ni que decir de educación para los plebeyos que no tenían acceso a ella y las calles eran una desgracia, el pueblo había crecido sin ninguna planificación urbana, calles estrechas y oscuras, sin alcantarillado y mal olor sin acceso al agua potable y amenazas de invasión de otros reinos a lo que Nicolás hacía oídos sordos.

Erika hoy no se podía concentrar. Era realmente agradable pasar tiempo con su recién estrenado esposo. Pero lo que ha visto del pueblo la tiene pensando en cómo ayudar a ese pueblo, ya que quiere poner en práctica lo que sabe de su mundo anterior y ayudarlos y no solo gozar de los beneficios de ser la reina.

Hersir toma a su reina por la cintura y le da un beso talvez asi pueda llamar su atención, pues hoy está totalmente distraída.

Erika corresponde al beso y después de volver en sí se separa y pone una mano sobre el pecho de este._ Ya volví cariño estoy aquí.

Así siguen con las clases de manejo de espadas Hersir por detrás de Erika tomando su mano le enseña los movimientos a lo que el cuerpo de Erika realiza con destreza pues el cuerpo tiene sus propios recuerdos. Ellos dos son observados por un grupo grande de soldados del reino que quiere aprender a manejar las armas que los soldados del imperio trajo consigo. Así mismo ya se ha pasado la vos de la diosa guerrera que ensaya todas las mañanas a primera hora entre los espectadores están el Duque Arturo y el Canciller Conrad que desde aquel día que vieron a su esposa en todo su esplendor ahora corren tras de ella sin saber como acercarse a ella para obtener tan solo un poco de su atención. Y por supuesto desde la ventana de su despacho está Nicolás que la mira como si fuera el lobo feros que quiere devorarse a Caperucita.

TOC, TOC,

Abel abre la puerta sin pedirle permiso a Nicolás, ya que lleva media hora hablando con él sin recibir respuesta pues él solo mira hacia la arena. Y no se da cuenta de que a su despacho ingreso Elvira.

Elvira _ Nicolás mi amor.

Nicolás escucha esa vos aguda y altisonante lo saca de su ensoñación y gira para ver a la propietaria de esa molesta voz. _ Tu aquí Elvira, dime que es lo que deseas._

Elvira se extraña de la actitud tan cortante de Nicolás y además de eso, por qué él no la ha visitado ya casi un mes desde la última vez que se vieron. _ Nicolás Vine a verte, ya que me imagino que estás lleno de trabajo y es por ello que tú no me has visitado últimamente.

Conozcamos a Elvira una bella mujer de 26 años y 1.67 metros de altura, nada mal si ella es la concubina preferida de Nicolás un rey de 35 años, sigamos con Elvira piel blanca tan blanca como la porcelana, cabellos rubios y largos tan largos que cubren casi toda su espalda, ojos verdes color de una piedra de esmeralda hija del conde Torres un hombre de posición media a cargo de unas pequeñas tierras y con el favor del rey su riqueza incremento considerablemente ¿Será por su desempeño o por los favores que le hace su hija al rey?

Nicolás _ Te pido Elvira por favor que no intervengas en mi trabajo y si es verdad he tenido mucho trabajo y por ello no he podido ir a visitarte.

Elvira _ Abel nos podrías dejar solos por favor.

Abel _ Como usted diga concubina.

Elvira _ Lo ves aún me llaman por ese humillante título concubina.

Nicolás _ Dejate de dramas Elvira por favor.

_ Tu me lo prometiste Nicolás que en menos de un mes sería tu reina. _ Dijo Elvira y se puso a llorar.

Esta aptitud ya tenía cansado a Nicolas quien siempre solía consolar a Elvira también era verdad que sus defectos lo compensaban muy bien con lo intrépida que era en la cama. Incluso ella fue de la idea de las concubinas pues a veces hacían tríos o le daba espectáculos a Nicolás de como se entrelazan dos cuerpos femeninos. Eso para Nicolás era otro mundo desde que conoció a Elvira su mirada directa y los gestos que le hacía con los labios habían llamado su atención y se convirtió en su maestra en el plano sexual. Pero vamos eso no lo es todo ya eso a Nicolás no lo satisfacía desde que vio a su esposa después de su accidente en el lago esa mujer sumisa y arrastrada había desaparecido y se transformó en toda una guerrera esa guerrera de la que había oído hablar la que combatía en las guerras de igual forma que los hombres y, sin embargo, esa guerrera se transformó una vez que se conocieron la primera vez que hablo con ella era una pelirroja algo desaliñada.Pero Nicolas pensó que era por el trajín del viaje largo, la espero a que se cambiara y cuando la volvió a ver ella ya no lucia sus pantalones o vestidos con los que se la veía cómoda ahora ella lucia uno de esos pomposos vestidos que usaba cualquier niña del imperio además de eso asentía a todo lo que Nicolás decía los sueños de casarse con una Amazonas se habían hecho polvo. Cuando Nicolás volvió a la realidad y salió de sus recuerdos de cuando conoció a Erika. Ya tenía a Elvira arrodillada en el piso con la cara frente a su entre pierna y con su miembro en la boca. Nicolás la vio y le sujeto el cabello y empezó a embestir el rostro de Elvira con tanta rudeza que la pobre no podía respirar ella empezó a golpear sus piernas con las palmas de las manos para que este se detenga cuando Nicolás se dio cuenta la soltó, a lo que Elvira se levantó la pasada falda del vestido y se montó en el miembro de Nicolás, Elvira también desato el corset de su vestido para así dejar expuesto su pecho ante la cara de Nicolás y esto en vez de exitar a Nicolas fue todo lo contrario pues ese pecho no era igual al de Erika esos si eran pechos redondos y más voluminosos en comparación a los de Elvira que parecían casi unos limones, no habia punto de comparacion, asi que el asunto se fua para abajo y la faena termino antes siquiera empezar.