capitulo 3

- niña\, sabes con quién estás hablando?

- con un chico guapo que parece mariquita y no me quiere dar un besito...

Los chicos no paraban de reír. Hacía mucho que no veían a nadie atreverse a hablarle de esa forma y menos llamar marica al joven que tiene a todas las mujeres a su paso suspirando y buscando la oportunidad de salir con él..

- Oliver\, vas a dejar que una mocosa malcriada como ésta te insulte?

Oliver permaneció callado. Soltó la copa que tenía en las manos. Se echó el cabello hacia atrás, se puso de pies y era tan alto como un modelo. Se acercó a la cara de Sáhara, le agarró el brazo y le dijo:

- si me das un beso esta noche\, tendrás que darme algo más... qué estás dispuesta a darme\, pequeño conejito?

Ella se quedó inmóvil. Un escalofrío le recogió la espalda. Su respiración se agitó y el corazón en su pecho latía tan rápido como si fuera a salirse...

La presencia de Oliver era imponente como un ejército que estaba listo para cualquier batalla. Dejaba a cualquiera de rodillas. Tal era su aura

Los labios de Sáhara se abrieron lentamente un fuego corría por sus mejillas y su voz salió lenta

- Todo.... está noche puedo darte todo de mí.

Oliver se sonrojó

Le levantó la barbilla con delicadeza y ternura que contrasta con su aura prepotente, se acercó lentamente y su aliento bailaban entre los dos.

Un beso cálido y suave...

Se sentía como si pudiera darte la vida y quitársela al instante. Era el beso más profundo que le hayan dado alguna vez.

Ambos sintieron un calor extremo en sus cuerpos. Ambos querían más. Había una confianza entre ellos como si se conocieran de toda la vida. Ninguno sintió que estaba mal besar a una persona desconocida.

Todo estaba bien justo en ese momento. Sentían que eran el día y la hora correcto y se dejaron llevar....

Después de algunos segundos sus labios se separaron. Él le susurró al oído:

- en verdad vas a darme todo? Si quieres pasar la noche conmigo sígueme ahora...

Ella asintió con la cabeza..

- voy a buscar mi bolsa a la mesa y a despedirme de mis compañeras.

Ella se fue apresurada hacia la mesa. Sus amigas le hacían una gran algarabía por haber logrado besarlo... se acercó tomó su pequeño bolso y se fue...

Karen la llamó

- Sáhara a donde vas? Te sientes bien? Estas un poco borracha te llamaré un taxi.

- estoy bien iré directo a casa\, ya he pedido el taxi...

- ok. Que te diviertas jajajja

Las chicas siguieron bebiendo y compartiendo toda la noche. Sáhara iba hacia la salida por donde Oliver le había indicado que se juntaran.

Cuando salió por la parte trasera del bar, alcanzó a ver a uno de los chicos que estaban con Oliver..

Este chico era bastante alegre y simpático. Era casi igual de alto que Oliver, tenía cabello rubio rizos que ataba en una larga coleta y sus ojos eran avellanas muy llamativos

- hola\, ven conmigo te llevaré al auto.

- dónde está él?

- Oliver está esperando allí\, yo te llevaré es lo que el dijo.

Ella lo siguió rápidamente. Iba pensando en su mente en qué carajos se estaba metiendo. Estaba camino a ver a un desconocido y aún así no se sentía con miedo. Sentía confianza...

- cuál es tu nombre?

Le preguntó al chico que caminaba demasiado rápido delante de ella. El chico se detuvo y la esperó. Cuándo estuvo cerca le dijo

- mi nombre es Kayn... y tú nombre es?

- Sáhara...

- es un placer conocerte. Eres una chica muy interesnte jaja pensar que Oliver aceptaría salir con alguien que no conoce... sabes lo difícil que es buscarle un Ligue a ese hombre?

Sáhara se sintió un poco tranquila. Quién diría que un chico guapo y adinerado como este que puede tener la mujer que quiera no le gusta salir con ninguna... se río de lo irónico que sonaba.

Luego de caminar como tres minutos llegaron al auto. Ers un auto lujoso que no pasaba desapercibido. Ella se preguntó a qué familia rica pertenecía este chico.

Kayn le abrió la puerta. Oliver estaba dentro. Sereno, parecía dormido pero estaba despierto. Era como un Ángel

Ella subió al auto sin pensarlo dos veces. Y se fueron.

Llegaron al hotel. Subieron a la habitación y allí se perdieron en la pasión. Ambos sabían que era sólo una noche. Así que querían aprovechar cada momento.

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