capítulo 17

Después de aquel momento tan divertido entre la familia, Velkan se había ido a su habitación para seguir revisando los documentos que le habían pedido para poder ir a Dubai a hablar con uno de los hombres más ricos del país. Quería hacer un hotel alto y lujoso, así que esa era su oportunidad. Le habían dicho que probablemente se tardarían en responder a su solicitud, pero a él eso no le importó. Estaba decidido a cumplir su sueño y hacerse un nombre por sí solo. Estaba tan metido en su trabajo, con su cabello revuelto, una camisa sin mangas y su trusa color vino, con una taza de café humeante a su lado derecho en otra pequeña mesita para poner exclusivamente algún alimento. Hasta que escuchó su puerta cerrarse, alzó la vista para ver a su amada rebelde desnuda con su ropa a lado de los pies de ella y en su mano izquierda una bolsa de terciopelo.

— Hola mi amor, buenas noches - habló Erea con una voz seductora.

Velkan le contestó tiernamente porque seguía levantado, que debería descansar, aunque por dentro estaba más que excitado y pasando saliva. Con sus ojos no dejaba de recorrer el hermoso cuerpo de Erea. Erea no dijo más, ella se acercó a la cama colocándose en medio de ella. Sacó algunos implementos de la bolsa de terciopelo, dejando ver diferentes instrumentos de placer en diferentes tamaños, colores y texturas. Abrió su compás dejando ver toda su flor, tomó un aceite de almendras dejándolo caer sobre su pecho, su abdomen, por aquella zona que palpitaba con solo ver el rostro de su amado Kan, para terminar en sus piernas. Ella con sus manos masajeó el cuerpo para tomar el primer instrumento color carne, lo llenó con aceite y comenzó sus andanzas. Velkan estaba estupefacto, jamás en la vida había presenciado cosa más erótica y estimulante. Su virilidad estaba más que lista para la acción. Ella lo guió con sus dedos indicando y él, como hipnotizado, se levantó y se desnudó frente a ella.

— ¿Te gusta lo que ves? - preguntó dejando el instrumento a un lado, mirando los ojos de él y pasando su lengua por sus labios.

Él no dijo nada, solo se montó sobre ella y comenzó a besarla apasionadamente, recorriendo su cuerpo con el aceite vertido sobre él. Lo masajeó, disfrutando su textura y cada curva de ella. Le susurró cuanto la ama y la desea y así se fundieron en un solo cuerpo, entregándose y llegando a su clímax tres veces. Él cada vez sabía cómo aguantar más cada vez que hacían el amor, pero de que le faltaba le, faltaba, decía él.

— Eso estuvo maravilloso, gracias linda. Perdona que no sepa cómo manejar yo estas cosas y hacerte algo parecido, dijo apenado.

— Yo nunca te he exigido o te he reclamado nada Kan, pero sí quiero que seas más expresivo. Sabes, hay veces que siento que soy yo la que siempre da el primer paso para intimar, dijo Erea sincera.

Velkan, ante aquellas palabras, decidió levantarse y vestirse. Tenían más de tres meses juntos y parecía que Erea no se daba cuenta de que para él era difícil abrirse en muchas cosas y más en lo referente a lo sexual. Él la miró y le hizo ver que él le había explicado que tuviera paciencia, porque todo esto que estaba pasando era nuevo para él y no sabía en muchas ocasiones cómo actuar, y más con ella que era tan diestra en el tema. Sentía que eran como un niño de Kinder y una universitaria. Esperaba que ella ya lo hubiese comprendido, pero con esos comentarios lo hacían volver a su caparazón. Probablemente estaba mal, pero sentía que ella lo quería cambiar. Pensaba el muestras se acercaba a su escritorio a seguir trabajando.

— Como te dije antes, tenme paciencia Erea. Espera un poco más y me voy a acostar, claro si quieres pasar conmigo la noche.

— Erea, extrañada y un poco molesta, le dijo que mejor se iría a su cama y lo vería mañana en la mañana.

Se despidieron con un beso de piquito. Ella se acercó a su ropa y se comenzó a vestir. Y antes de que Erea saliera por completo, Kan le dijo: pasado mañana no regresaremos a Rumanía, pues es una do mi hermano se irá. Ella lo miró a los ojos y asintió con la cabeza que había quedado claro su mensaje. Salió de ahí frustrada, porque ella quería que él fuera diferente, que fuera más expresivo, que se interesara por los gustos de ella. Que, claro, pensando más detenidamente, él era muy atento con ella. Era caballeroso, siempre estaba atento a lo que necesitara. Le abría la puerta al subir o bajar del auto o de cualquier lado a donde iban. Cuando llegaban a la oficina, en su escritorio siempre encontraba una rosa con una pequeña nota con frases sencillas y triviales como "te amo", "eres la mujer más hermosa", "eres mi ángel". Detalles que nunca había tenido ningún hombre con la que ella haya intimado. Pero sería que ella quería más y eso la asustaba y molestaba a la vez. Así que, molesta y pensativa, se durmió.

Velkan no entendía por qué ese afán de Erea por querer que él fuera otro hombre diferente. Él la amaba y no importaba cómo era. Si se sentía confundido y extraño, nunca le decía cómo vestirse o cómo hablar o comportarse, cosas que para él eran desagradables y fuera de su rutina y vida. Pero siendo ella, no le importaba cómo era. Él quería algo más formal con ella, ¿pero si él no era lo suficientemente bueno?, se preguntó. O probablemente ella buscaba a un hombre mejor que él. No, no, ya estaba pensando cosas de más. Así que decidió mejor dormir y dejar que el destino o la vida, como le decía su padre, dejara fluir aquella relación.

Hola queridos lectores, primeramente les mando un saludo. Sé que no he subido capítulos, pero no es tanto por mí, sino porque me los rechazan por el contenido explícito. Como les mencioné anteriormente, los capítulos "hot" pensaba subirlos por otro lado, pero ustedes díganme si los quieren. Solo pondré lo más elemental. Me gustaría saber sus opiniones, o también está la opción de que se los envíe por privado. Espero sus comentarios, gracias.

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