Aquella madrugada estaba tan oscura que apenas y se podía ver algo, ruidos provocados por criaturas del bosque abundaban en todo el pueblo, entre todos esos ruidos un par de suaves pisadas se escuchaban —trajiste todo ¿Cierto? —menciono uno de los responsables.
—Sí, la lámpara, una mochila y un objeto contundente, por si acaso —menciono otra voz.
—No puedo creer que vayamos a hacer esto —exclamó una voz femenina.
—No te acobardarás ahora, ¿Cierto? —menciono la primera voz.
—Sabes bien que no lo haré, pero, no creo que entrar a hurtadillas al antiguo centro de estudio sea lo más correcto —menciono la voz femenina.
—Dejémonos de estas cosas y pongamos en camino, quien sabe que podría aparecer a estas horas —exclamó la segunda voz mientras sacaba un par de máscaras —usaremos nombres claves para correr menos peligro por si nos descubren, yo seré: Roset.
—¿Por qué, Roset? Qué nombre tan extraño —pregunto la primera voz.
—Acorte el nombre de cierta persona importante para mí, puede que si estuviera aquí ahora mismo las cosas fueran distintas —respondió, Roset.
—Roset… no, no me suena en absoluto, en cualquier caso, yo me llamaré: pionera —exclamo la voz femenina.
—Que nombres más extraños, en ese caso yo seré: usuario —menciono la primera voz.
—Y nos dice raros a nosotros —exclamó, Roset de forma sarcástica.
Todos se pusieron rumbo al centro de estudio, cuando lo tenían frente suyo, cada uno agarro una lámpara, se colocaron sus máscaras y se adentraron a este, todos se separaron los unos de los otros a los pocos minutos que llevaban dentro
Pionera estaba en el patio observando todo a detenimiento, se podían notar de forma leve pisadas que habían sido borrados con el tiempo, los muros que rodeaban al centro estaban llenos de hermosos dibujos, cuando Pionera se acercó a ellos logro apreciar algunos nombres que habían sido borrados con el pasar de los años, fue recorriendo pintura tras pintura, en cierto momento encontró una pintura que se notaba fresca.
Cuando retrocedió un poco observó un dibujo horrible: un patio de juegos llena de niños siendo torturados de la peor manera, unos colgados por aquí, otros mutilados por acá, la saldré pintada era tan roja como la sangre misma, Pionera no hizo otra cosa más que gritar, sin embargo… no vino nadie.
Unos momentos antes Roset se encontraba deambulando entre los salones buscando algo, revisaba los pizarrones y recogía las hojas que había en estos, solo hubo unos pocos salones en los que se detuvo a revisar a detalle: esgrima, anticipación y psicología.
Después de haber recopilado varias hojas se sentó en una esquina y comenzó a revisarlas, algunas eran listas de asistencia de alumnos, casi nunca faltaban alumnos a las mismas clases, además de que los papeles de los salones en los que se había detenido también había otros de diferentes salones, la mayoría de los nombres de los profesores estaban tachados, eran pocos los que se podían leer: Mark, Alan, Nahum, Ramón, Alicia, Ro…
Un ruido fuerte llamó la atención de, Roset, este se escuchaba por todos los pasillos, no sabía con exactitud que lo provocaba, pero, estaba seguro de algo, no quería averiguarlo, este corrió despavorido… no llego no a doblar a la esquina cuando algo lo agarro de su playera y se lo llevó.
Usuario estaba en la oficina del director buscando algo, encontró poca cosa: libros, papeles, plumas e incluso algunas vendas, pero nada que le llamara la atención, segundos después de rendirse en su búsqueda, este escuchó el grito de, Pionera, salió corriendo a su búsqueda.
Paso corriendo varios pasillos, cada uno parecía más largo que el anterior, cuando doblo en una esquina vio cómo se llevaban a, Roset —¡Mario! —grito.
Este corrió hacia el lugar donde lo vio, más no había nada, solo un par de hojas en el suelo, se acercó a recogerlas y solo eran hojas de asistencia, nada raro, de nuevo escuchó el grito de, Pionera —¡Lis, ya voy!
Usuario corrió y corrió, cada paso parecía que duraba un siglo, pero después de lo que pareció una eternidad, llegó al sitio de donde provenía el grito, el patio, pero, ella ya no estaba ahí, una voz aguda y risueña resonó —uno, dos, todos tienen tos, tres, cuatro, jugaremos un rato, cinco, seis… estás rimas no me ayudan así que juguemos a algo.
El miedo inundaba a, Usuario, pero incluso con eso dijo —¿Dónde estás mis amigos?
—Yo los tomé prestados por un tiempo eterno, pero sabes, siempre respeto a los ganadores, juguemos a algo y si ganas te los devolveré.
Usuario dudó ante esta propuesta —¿Qué harás si me niego?
—Me los llevo, serán mis nuevos juguetes y nadie nunca los mirará de nuevo —no había ningún rastro de vacile en sus palabras.
—¿Cuál es el juego?
—La ruleta rusa, tienes una probabilidad de cinco en seis de ganar, no te preocupes —con eso, dicho, una pistola cayó ante él —solo ponte su boca en tu cabeza y tira del gatillo.
—Bien, los traeré de vuelta, tengo las de ganar, además, yo como su líder estoy a cargo de ellos.
—Cuanto coraje, estoy asombrado, no es normal ver a alguien así hoy en día, pero… se necesita más que coraje para ganar —Usuario solo le dio una sonrisa llena de seguridad y jalo.
A la mañana siguiente unos rumores se empezaron a esparcir —te enteraste, se dice que se encontraron el cuerpo de, Tommy tirado en el antiguo centro educativo con un pedazo de lo que parece ser hierro en su cráneo.
—Pobre, aún era joven, ¿Cómo habrá pasado eso?
—Eso no es todo, no se ha podido encontrar a los que siempre andan con él, Lis y Mario están desaparecidos.
—Eso es horrible.
Claro, para toda situación siempre debe haber un culpable, para este punto ya no se pregunta ¿Quién puedo haber sido? Solo lo intuyen.
Pensamientos:
Desconocido
No recuerdo el cómo llegue a ese lugar, pero, me encantaría volver, un sitio donde no conocen las armas, eso es ¡Ridículamente divertido!
Puedo hacer cuánto desastre me venga en gana, el jugar con la vida de las personas es algo difícil de hacer aquí, pensar en eso solo hace que me emocioné cada vez más ¿Dónde podría estar ese lugar?
Necesito volver a ese sitio, necesito ver sus caras de desesperación una vez que pierdan toda esperanza… ahora que lo recuerdo, esos tipos fueron un deleite, ver tanta seguridad en sus palabras y al final morir por no saber cómo jugar fue algo divertido…
Aunque... también está ese sentimiento de peligro en el aire, bueno, no debo preocuparme, si no saben que son las armas no podrán hacer nada ante esa preciosura.
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