una ferraro

Se hacía imposible no reír ante la cara de atónito de todos. Nadie podía creer que una mujer como yo, tan entregada a un amor, al otro día estuviese casada. Claro que nadie les diría que sería por algunas semanas o meses. Mientras ese, como se llame, se hacía a un mejor puesto de no sé qué, la verdad, no presté atención. Solamente necesitaba salir de ese lugar y que todos ellos pagaran.

Ethan balbuceaba algo, estaba con la pulsera aún en mi mano, detallando el anillo, tal vez definiendo el costo y así deducir el estatus de mi ahora esposo de mentiras. Los padres de Ethan solo negaban con la cabeza. Sé que el cariño por mí no se ha perdido, pero sí están decepcionados por las acciones de su hijo. Mi padre estaba asombrado, pero poco a poco en su rostro mostraba una furia que estaba lista para estallar. Clara dejó de consolar a Irina para estar al pendiente de todo, y la boba de Irina tenía una sonrisa triunfante, pensando que había ganado algo. Jajajajajajaja, si tan solo supiera lo que falta, no estaría así de feliz.

El primero en hablar fue Ethan.

- Todo este tiempo me has estado engañando con quién sabe qué tipo, y tienes el descaro de montar todo este show. Tú no puedes estar casada con otro que no sea yo, maldita sea Gabriela. ¿Ese era el amor que decías tenerme? Si ya tenías a otra persona, ¿para qué este teatro? ¿Te querías burlar de mí? Pues lo conseguiste, pero ese matrimonio no puede ser legal. Te deshaces de eso inmediatamente. Tú y yo tenemos planes de casarnos, y van a continuar.

Gabriela respondió:

- ¿Qué parte de que soy una mujer casada no comprendes? Y si estás en un error, digamos que el verte con Irina me hizo pensar un poco mejor las cosas. Y es que definitivamente no me casaría contigo. Prefería casarme con cualquier persona que me lo propusiera, y fíjate, estuve de suerte. Apareció ese hombre, me propuso matrimonio, y heme aquí, toda una mujer casada. Y pienso ser fiel a mi esposo.

Ethan insistió:

- No seas tan absurda, Gabriela. ¿Quién más que yo se casaría con una mujer tan simple como tú?

Horacio: Cállate, Ethan. Todo esto lo has ocasionado tú y tus malas decisiones. ¿Ves a dónde te ha llevado todo? A perder a tu prometida y una gran alianza entre las familias.

Papa: Gabriela, sé que no he sido el mejor de los padres, pero ¿cómo es posible que hagas una cosa como esta? No sabes lo que implica casarte con una persona que no conoces. No es solamente tu vida, es la familia. Tus acciones pasarán a manos de personas que pueden ser inescrupulosas.

Gabriela: Ahí, papá. Más inescrupulosas que la mayoría de los que están aquí. No me hagas reír. Siempre fui la hija sombra para ti, solo por el hecho de no querer estudiar lo que tú querías y porque mamá ya no está. Sin embargo, comencé a pasar más tiempo con Ethan para complacerte en tu acuerdo y, si me enamoré como una estúpida, no voy a permitir que nada de esto continúe. Además, mi esposo no me va a quitar nada. Yo se lo di todo. Le di mis acciones, le di todo a cambio de que me sacara de este lugar, de esta casa. Así que es mejor que tú, tu esposa y tu hija vayan pensando qué van a hacer de ahora en adelante.

Clara: Esto no puede ser posible, tantos años...

Gabriela: Termina, Clara. Dilo. Tantos años fingiendo estar enamorada de papá solo para mantener tu status y ahora todo se te vino abajo. Tal vez si hubieras enseñado a tu hija a no meterse en mi camino, nada de esto estaría pasando.

Ethan, mi amor, no te preocupes por ella. Ella ya está casada y ahora tú, nuestro bebé y yo podemos ser una familia - decía Irina mientras se agarraba a Ethan.

Este se soltó de ella rápidamente y con furia comenzó a caminar hacia Gabriela, pero las palabras de su padre lo hicieron detener.

Horacio: Piensa bien lo que vas a hacer, Ethan. No pienso permitir una falta más a Gabriela. Esto fue lo que elegiste, pues bien, creo que ya todo está muy claro. Gabriela, felicidades por tu boda. El compromiso con mi hijo queda deshecho y espero que ese hombre te dé el valor que el tonto de mi hijo no pudo darte. Y tú, hijo, te di dos opciones y, en vista de que lo tuyo con Gabi no continúa, entonces continúa tu familia con esta muchacha, pero lejos de mi empresa. Prefiero donar mi dinero a caridad que entregárselo a alguien como tú. Y usted, señorita - hablo mientras miraba a Irina - felicidades. Espero que puedan sacar a ese bebé adelante trabajando los dos como debe ser.

Darwen miraba con tristeza a su hijo, pero no pensaba refutarle nada a su esposo. Su hijo tenía que aprender el valor de la sangre por sus propios medios, como ellos lo hicieron algún día. ¿Qué ejemplo le daría a sus hijos, papá? Gabriela piensa bien que es todo esto, todo tiene solución. Si quieres, envío lejos a Irina. Ella no te molestará más, pero termina con todo esto.

Gabriela: No, papá. Ya es demasiado tarde. Permití muchas cosas, pero esto jamás. Ahora, mis acciones al señor Ferraro.

"¿En qué estabas pensando en la calle por un par de cachos?", decía mi padre mientras estremecía mi dolorido cuerpo. "Debí de haberte dejado en la calle después que tu madre murió. Siempre has sido un problema en mi existencia y ahora haces esto".

"Y tú, Irina, fuiste una estúpida. ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? Mira en el problema que estamos por tu culpa". Irina lloraba más fuerte. ¡Qué dramática! Hace unas horas estaba feliz en brazos de Ethan.

Y ahí estaba el verdadero rostro de mi padre, igual o peor que su esposa y su hija, pero nada me hacía daño ahora. Nada. Ya pisotearon mi cuerpo y mi alma. Ya no queda nada más.

Hice una señal a Nana y me alcanzó la maleta que me acompañaría en este viaje. Salí de casa antes que Ethan y papá me alcanzaran. Esta vez ya no podían hacerme daño. Por primera vez, les estaba tocando sentir lo que yo sentí por años en esa casa y con esa traición.

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